lunes, 5 de octubre de 2009

"¡Hola everyone!"

“La presentación, una hora larga, la primera de las cuatro que se verán hoy, ha incidido en sus tres vídeos en rostros de deportistas de base, de chavales cuyas pocas posibilidades de salir adelante eran canalizadas por entrar en un equipo deportivo”. Ana Alfageme, escribía así en El País digital sobre la presentación de Michelle Obama en Copenhague. Todavía no se sabía nada del resultado de las votaciones, ni de las otras presentaciones. A mi ya me parecía un detalle sorprendente. Aún así muchos ciudadanos de Chicago creen que el dinero que cuestan unas olimpiadas es mejor destinarlo a mejores fines, por ejemplo hospitales, escuelas, o recursos sociales.



Los discursos de la delegación española me parecieron excesivamente diplomáticos, cuando no faltos absolutamente a la verdad. El ¡Hola everyone! no se traduce en la realidad que yo veo casi a diario. Controles de inmigración, redadas contra sin papeles, y límites cada vez más restringidos a refugiados, sin el más mínimo respeto a los derechos humanos.

Por no hablar de la sensación de que, ya puestos a vivir en la burbuja de la especulación más salvaje, la olimpiada no sea una excusa para nuevos contratos con las constructoras, para obras faraónicas, o para intermediarios que se forren. Florentino&Co encantados.

Lo siento, la realidad no invita a pensar lo contrario. En Madrid apenas hay espacio para el deporte de base. Nulas infraestructuras, las que hay muy caras, pocas dotaciones, y nula sensibilidad por parte de la administración por el fomento de una cultura deportiva. Eso sí, para levantar el éxito patrio no hay problema en cortar el tráfico y encumbra a los héroes. La foto con los políticos no puede faltar.

En Madrid los espacios públicos, parques y plazas, son lamentables. Se fomenta más la ciudad como un lugar de paso, que un lugar de disfrute y reunión social. En el centro quién quiera relajarse tranquilamente en una plaza tendrá que hacer malabarismos para encontrar un lugar agradable donde sentarse a la sombra. Eso sí, parking para coches, bajo antiguos parques, hay unos cuantos. Mejor tener dónde guardar el coche que un árbol. Lo segundo no da beneficio.

Quizá alguno piense que soy un desagradecido. Que el 80% de los madrileños apoyaban las olimpiadas, que lo contrario es asunto de marginales y poco patriotas. También se puede apoyar pensando que vendrán los mejores atletas del mundo. Cierto. Pero tengo la sensación de que esos deportistas, que vivirán en una Villa Olímpica aislada del resto de los mortales, y que su construcción será más tarde vivienda social en régimen de alquiler barato para jóvenes (según dijo nuestro alcalde), serán la justificación perfecta para una nueva limpieza urbana.

Por cierto, hoy, cuatro días después de la derrota, ya se anuncia que esa obra no se realizará. Resulta que si no hay olimpiadas no es necesaria la vivienda protegida. Tampoco nuevos equipamientos deportivos, ni mucho menos salas de concierto, o lugares para la práctica de la música. “¡Qué tendrá que ver!” pensará alguno.

Lula ha asegurado que las favelas de Rio desaparecerán con las olimpiadas, para convertirse en barrios con un mínimo de habitabilidad, "va a surgir una nueva ciudad dentro de la ciudad", dijo ayer, y se plantaran 24 millones de nuevos árboles. Habrá que ver si es verdad.

Mientras Michelle Obama se acordaba de los deportistas de base, y Lula de la gente de las favelas, en Madrid ya no habrá Villa Olímpica, ni viviendas sociales.

Habrá que esperar una nueva oportunidad pare everyone.

2 comentarios:

Maskarilla dijo...

Comentaba alguien en este artículo de Isaac Rosa (http://blogs.publico.es/trabajarcansa/2009/10/03/ahora-a-ver-con-que-nos-ilusionamos/#comments ), que aún no queriendo estas olimpiadas en su ciudad se cortaba de expresarlo públicamente, ya que era muy impopular. Yo no me creo que esta candidatura tuviera el 80% de apoyo del que hablan y me adjudico esa colleja por no haber hecho más contra ella. Muy buen post Jkb, gracias.
+K

Lukkas dijo...

El vídeo de Rio es acojonante. No lo conocia.

Totalmente de acuerdo.