Mostrando entradas con la etiqueta NBA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta NBA. Mostrar todas las entradas

jueves, 23 de mayo de 2013

El avión de Daimiel

En el libro de Antoni Daimiel, El sueño de mi desvelo (Editorial Córner, 2013), se narra el principio de la película Las aventuras de Jeremías Johnson para ilustrar la llegada de los primeros jugadores europeos a la NBA en los '80. Algo así como pioneros en tierra hostil. Más o menos como debió sentirse Fernando Martín cuando aterrizó en Portland en 1986 con traje de explorador. Para los que vimos pasar el avión desde una cancha de entrenamiento al aire libre, con tableros de conglomerado, aros rocosos y equipaciones raquíticas, aquello era lo más parecido a alcanzar la gloria. Daba igual que luego apenas jugara, eso nos parecía lo de menos. Él estaba allí. Para nosotros entonces La Meca no era el Madison, sino todo.



El sueño de mi desvelo. Historias nocturnas e imborrables de la NBA narra en primera persona la experiencia de Antoni Daimiel comentando partidos de las NBA -casi ininterrumpidamente desde 1995 hasta la actualidad- sin olvidarse de mirar de vez en cuando por el retrovisor, de recordarnos algunos de los mejores flashes, de contarnos encuentros y desencuentros o de dejarnos intuir conversaciones apasionadas (no necesariamente de baloncesto) en interesantes restaurantes y garitos. Siempre atento a lo que pasaba en una cancha del planeta americano. A veces en estudio y otras en la grada de prensa del All Star Weekend o de las Finals.

Parte del viaje lo hizo acompañándose con el periodista Andrés Montes. Formando un dúo perfecto en técnica, interpretación y virtuosismo. Elementos imprescindibles para que suene bien la música. Contaba Coll que su compañero artístico Tip solía decir que “el absurdo también tiene una lógica” y que el más alto de la pareja “era imprevisible, una sorpresa continua”. Algo que creo se ajusta también a la idiosincracia descriptiva de Montes en sus narraciones, siempre cargadas de una lógica que no fallaba porque conectaba lo terrenal con el espacio sideral. Así fue como pasamos de ver y oir las proezas de Dios disfrazado de jugador de baloncesto en Utah hasta saborear el proceso para dar E.T el salto desde la tierra de Elvis hasta el glamour de Hollywood. Recordando siempre “qué pasó el verano del 99”. Las partes del libro en que habla de Andrés Montes son un homenaje (muy) elegante al artista más importante de la narración deportiva en televisión desde Matías Prats Padre. En buena parte porque aquellas retransmisiones a dos voces y cuatro manos eran canela en rama.

Pero el libro es mucho más. Es una buena forma de hacer periodismo y de relacionarse con el espectador/lector sin necesidad de prismáticos, algo desgraciadamente poco habitual. De la lectura de las entrelíneas se detecta que el asunto no es casualidad, el fondo es tan bueno como la superficie. Meter sonido ambiente a un libro de baloncesto no es tarea sencilla y el texto lo logra hasta enganchar: poniendo música; haciendo arqueología social de Estados Unidos; evocando sutilezas sin bloqueo; redactando crónica rosa y negra (o al revés) y madrugando mucho para contarnos la NBA, la mejor liga del mundo. El sistema de comunicación del avión que pilota (en sentido figurado y en el sentido macarra del término) Antoni Daimiel es perfecto de cara al público y de puertas adentro.

Hay que felicitarse por este ejercicio de memoria tan bien contado.

martes, 8 de enero de 2013

Diagnóstico de una Liga y su fotografía

El pasado domingo una nueva polémica rodeó la cobertura de nuestro baloncesto. En el telediario ni una sola palabra de la jornada de la Liga ACB. Lo señalaba Rudy Fernández en su cuenta de twitter y varios aficionados y periodistas se sumaban al debate. Para algunos el motivo era que la jornada no había finalizado en el momento de la emisión del telediario, argumento algo forzado toda vez que hemos visto jornadas de fútbol reseñadas señalando que en ese momento estaban en juego algunos partidos, con o sin imágenes.


Más allá de esta última anécdota las evidencias apuntan a que el baloncesto en televisión anda totalmente fuera de foco, convertido algo así como el famoso jarrón chino del que hablaban Felipe González o Den Xiaoping hace años, “se sabe que tiene valor pero no se sabe muy bien dónde ponerlo”. El permanente cambio de horario televisivo ha generado mareos y rendiciones de una audiencia a la que le cuesta identificarse con un producto que conoce poco o nada.

Esta falta de sintonía es producto de una mala política de marketing de la propia ACB, atrapada en derivas raquíticas de promoción que se han desinflado antes siquiera de ser burbuja. Si uno entra ahora en la tienda online de la Asociación de Clubes de Baloncesto se encontrará con un armario medio vacío con productos que languidecen a precios nada atractivos. Pensar que cualquier equipo de la NBA tiene roperos mucho más sugerentes, sin publicidad y a menor precio nos puede dar una idea de lo insustancial de la oferta. Tras quince temporadas en la ACB será más fácil ver por la calle la camiseta que vestía Juan Carlos Navarro en Memphis que alguna de las que vistió durante años en el Barça.

Los norteamericanos cuando hablan de negocios comentan eso de “visualizar la gran foto”. Algo que parece, visto desde fuera, ajeno a los dieciocho clubes que componen la ACB. ¿Una tienda online con las equipaciones de todos los equipos? Algunos dirán que no es rentable porque no se venden, algo lógico si es a los precios de auténtica estafa con los que normalmente se proyectan. Hace un año la camiseta de Barça de baloncesto, sin ningún nombre ni número y con una publicidad que parece de un producto contra las hemorroides, costaba 70 euros en unos grandes almacenes de Madrid. Las camisetas de equipos menos lustrosos que Real Madrid y Barcelona tampoco son a precios atractivos al capricho ocasional. Hay que ser muy fan para pillarlas.


Lógicamente no es este asunto el que resta protagonismo mediático al baloncesto ACB, ni mucho menos. Hace poco en Barcelona dos compañeros de la prensa que cubren informaciones de basket me comentaban las dificultades que supone seguir al Barça, en el club catalán “piensan más en la comodidad de los jugadores que en los periodistas” señalaban. Brillante razonamiento el de los encargados de la sección. Quizá alguno piense que la táctica de la incomodidad hacia el difusor es perfecta para generar adhesiones, seguidores y aficionados. Desde luego no lo parece. En la NBA uno se mete hasta la cocina y todo son facilidades hacia los periodistas. Desde la seriedad, la empatía y la lógica productiva para todos. Ocurrió en el partido entre USA y la selección española celebrado en julio pasado en el Palau Sant Jordi. Un periodista habitual del fútbol, tras hablar con Kobe Bryant en la misma pista de entrenamiento, decía: “qué gozada trabajar así, que tipo más cercano”. Cercanía o lejanía por obligación y destreza. Nada es espontáneo. En eso la FEB funciona muy bien.

TVE machaca una fórmula con nuestro baloncesto. No sé cuantas medallas después sigue sin funcionar. Ni frío ni calor. El grabar desde un estudio no ayuda, pero tampoco es el único problema. Este año Iturriaga y Manel Comas, en mi opinión dos excentes comunicadores con perfil propio, lo están haciendo muy bien, pero falta algo para redondear el quinteto. Quizá un director de juego con mucho manejo y alguien que la hunda de vez en cuando, quizá recurrir al valioso archivo de RTVE y preparar recursos para los partidos. No lo sé y no seré yo quién diga lo que hay que hacer ahí. Pero parece que algo no termina de encajar.

Quizá en estos tiempos que vivimos, no pasa nada por citar lo que se oye, aunque sea un Palau que cada diez minutos canta 'independençia' jugando contra el Real Madrid. Al televidente no le importa que se nos muestre el paisaje, por muy incómodo que pueda parecer. A nadie nos produjo un trauma saber que cuando se jugaba en Grecia en los '80 los ultras gritaban “españoles vais a morir” o cosas por el estilo. Tampoco por ver que hay un sentimiento mayoritariamente nacionalista en una grada o que en Murcia piden agua.


Se dice mucho: “La calidad de nuestro baloncesto no se mide por las audiencias”. Estamos de acuerdo. Pero la vocación de la ACB no es ser una Coordinadora de ONG's, sino hacer negocio con el baloncesto profesional a la vez que se extiende socialmente nuestro deporte. Algo bueno para todos, para los que están por lo primero y para los que nos complace más lo segundo. Felipe López miembro de la especie de ONG con fines lucrativos que tiene Mr. Stern llamada NBA Cares señalaba en una entrevista que le hice para ACB.com: “Antes de la temporada cada jugador tiene en el contrato un número de visitas que debe realizar dentro del trabajo para la comunidad, porque cada franquicia tiene asignadas las visitas y trabajos que deben hacer con NBA Cares a lo largo de la temporada. Es parte de lo que supone estar en la NBA. Es bueno para todos, porque además muchas de las compañías y patrocinadores que están ligadas a la NBA quieren ver este tipo de intervenciones sociales, porque también favorece a sus intereses e imagen”.

Para reconstruir una cancha o plantar árboles en una comunidad desfavorecida a veces van jugadores de distintos equipos. Allí actúan en nombre de la NBA. La gente de esas zonas entabla una relación con los jugadores. Eso sale en la tele. Al que vende millones de refrescos con la cara de un jugador le interesa que este plante arbolitos y salga por la tele, porque beneficia su imagen. Quizá el padre que fue con su hijo, también para ayudar, le prometa que un día van al campo a verle. Y compren entradas. Y camisetas. Y se vendan refrescos. O quizá no tienen dinero para un ticket, pero les apetece ver ahora a ese jugador en el que no habían reparado y, aunque pasaban del baloncesto hasta ese momento, les apetece ver un partido de ese tío alto por la tele. Y se enganchan.


Ahora hagamos la españolización de la misma secuencia. Un grupo de jugadores de distintos equipos van a hacer obra social al más puro estilo anuncio Actitud Azul. Actúan en nombre de la ACB o Liga Endesa, como se prefiera. La gente pilla cercanía con ellos. No es un anuncio y sale en el telediario. Al que vende biofrutas y a la compañía de teléfonos móviles les viene de perlas porque esos jugadores también salen en su anuncio (aunque sea con camisetas de otras temporadas y equipos). A partir de ahí el resto es evidente. Pero sí ni son accesibles, ni se ven sus camisetas, ni se proyecta con cierta tensión, es complicado. Muchos más si cuando se puede ver por la tele es un domingo por la mañana, horario natural de paternidades soleadas con cañita, periódico y el niño correteando por la acera, o mejor, jugando al basket en El Internado.

Incluso sorteando esos obstáculos no se evitaran otros problemas. Por ejemplo, entender lo que pasa en el campo. Lo cuenta Alonso de Palencia en el último número de la Revista Tú al Ramiro Yo a Badalona, al hilo de un artículo narrando un canastón antológico de David Russell cuando era jugador de la Penya. Los comentaristas del encuentro hacían pedagogía del reglamento. Cierto que entonces este deporte era casi un descubrimiento para buena parte de la sociedad de la época, pero ahora el analfabetismo social alrededor del baloncesto FIBA es mayúsculo.


La necesidad de igualar las reglas a las de la NBA me parece perentoria. Al margen de sesudos análisis tácticos, la evidencia es que no tiene mucha lógica que un mismo deporte se juegue de manera distinta a nivél profesional. No pasa nada por rebajarse un poco la flema, la gran referencia para el público social del baloncesto está al otro lado del atlántico. Por no hablar del concepto de mercado global. El resto de nuestros baloncestos pueden seguir con la misma normativa, porque eso genera un tipo de jugador muy técnico, precisamente algo cada vez más valorado en la NBA. De esos que incluso pueden plantar arbolitos aquí y allí. A partir de ese acuerdo ya nos encargamos entre todos los que tenemos relación con este deporte de alfabetizar a las masas, al más puro estilo Movimiento 26 de Julio si hace falta.

Sería difícil de comprender una deriva colectiva hacia el conformismo cuando hay resultados de la selección; excelentes jugadores; buena organización; un torneo brutal como la Copa; pabellones de lujo con buena entrada; un montón de gente con todo tipo de publicaciones, muy activos en las redes sociales alrededor del deporte de la canasta... Lo decían perfectamente el otro día Comas e Itu, esto es ocio de masas. Habrá que jugar el día de navidad -al fin y al cabo la vida del deportista no es tan larga-, vestirse de reyes magos, construir una cancha en La Cañada Real y poner horarios de televisión decentes. Con lógica colectiva, con los dieciocho clubes, con la Asociación de Jugadores y con todos los que vamos detrás.

Lo que no quita un ápice para que algunos prefiramos recogernos en el disfrute del BA-LON-CES-TO más minoritario, ese que se ve un fin de semana en un pabellón gélido con cuatro más en la grada, con un reglamento que beneficia más la formación que el espectáculo y sin la tontería de tirar los tapones de las botellas a la entrada de los pabellones por culpa de la Ley del Deporte. Un plan que, por cierto, a mí me suena incluso mejor que el de “la gran fotografía”.

PD: Ya habrá tiempo de fliparse con la ACB League Pass.

jueves, 21 de junio de 2012

Hablando de todo un poco

El Barça ganó la liga de forma tan sorprendente como el triple de Huertas al final del primer partido. A la larga primó el músculo sobre la velocidad y el Barça sonrió después de mucho tiempo con sensación asfixia. A los de Pablo Laso les faltó un poco de entereza, quizá la aplastante victoria del tercer partido les perjudicó más que beneficiar. Por cierto que Xavi Pasqual dejando a Eidson en el banquillo, en el cuarto encuentro, y planteando una zona desde el primer instante, reafirmó su autoridad y se demostró como un entrenador que -por encima de gustos y opiniones- es un gran estratega. Al quinto asalto llegó el Real Madrid con tantas dudas sobre lo que haría el Barça que no le dio tiempo a preparase el examen completo. Y pinchó. Lo que no quita que los merengues estén muy contentos con la temporada realizada y con la reinstauración de un estilo y una afición.


Foto: Cristobal Manuel (El País)

El Estudiantes sin embargo no vive buenos momentos. Quedarse en la ACB porque otros no tengan dinero para subir es poco honroso y deja en mal lugar a todos, menos a los que legítimamente se ganaron la plaza. Habrá que ver qué pasa en las próximas semanas pero el Estu necesita una reforma integral para construir un proyecto de cimientos sólidos que lo identifique sin dificultades, como ocurrió durante tantos años. De abajo hacia arriba y con la humildad por bandera. Ir de listos no es buena política, y en estos últimos años los aciertos se cuentan con los dedos de una mano.

En la NBA el Heat de Miami acaricia la gloria. Parece que ha llegado el momento LeBron James. No es mala noticia para aquellos que les guste el baloncesto de camisa floreada y grandes alardes físicos. Sonny Crockett y Rico Tubbs estarán contentos si así ocurre. Pero me temo que el teniente Castillo prefiere baloncestos más sobrios que el ejecutado por los jugadores de Erik Spoelstra. Con independencia de los gustos, la liga de David Stern ha salido airosa de la complicada temporada que comenzó con el lockout y que a los postres llega con dos equipos con mucha velocidad de acción y talento a raudales.

Menos alegrías ofrece el baloncesto femenino de nuestro país. Sóller, Celta y Ros Casares desaparecen de la Liga Femenina. La competición profesional de baloncesto herida de gravedad. Buen momento para replantear cambios de estrategias, de organización y de modelo de competición. No se olvide: el baloncesto es el primer deporte femenino en número de licencias, y la calidad de nuestras jugadoras es más que suficiente para (re)construir un paisaje acorde a las necesidades y proyecciones que merece.

Lo dejo aquí. Lamentando (para variar) mis ausencias del blog. El libro ha despegado de una manera impresionante. Dejo algunos enlaces de la repercusión en los medios, y espero con gusto vuestras críticas y opiniones.

Un saludo.


Foto: Jorge Roche.

El Ritmo de la Cancha en los medios, algunos enlaces:

El País, La Vanguardia,20m,Periódico Diagonal, RNE, Zona 1-3-1, Club Estudinates...

sábado, 31 de diciembre de 2011

Ricky Rubio, Norah Jones y Sasha Dobson

A Woody Allen le gustaba tanto Earl 'The Pearl' Monroe que lo comparaba con Marlon Brando. El director de cine hacía la analogía por la capacidad de ambos para seducir al público. Para Allen había grandes actores, que después de años de formación eran magníficos intérpretes, pero Brando tenía un don que pocos poseían, y para el cineasta neoyorquino esa virtud era parecido a lo que Monroe le trasmitía cuando estaba en una cancha de baloncesto, primero en Baltimore y luego en el Madison.



El baloncesto que a algunos nos gusta tiene que ver con con la capacidad de improvisar sobre una melodía, de disfrutar en una cancha colectivamente, y de trasmitir sensaciones. Ejemplos de jugadores que han logrado eso hay muchos, Earl Monroe fue uno de ellos.

De Ricky se ha hablado tanto, bueno y malo, que ya cansa el reiterado debate sobre sus capacidades. Entre sus detractores hay carnaza mirando su etapa en el Barça y algunos momentos en la selección, entre sus partidarios están los que admiran su virtuosismo plagado de momentos y highlights. Para mí, como ya he comentado en alguna ocasión, sus cualidades son indiscutibles y, por encima de las estadísticas,los gustos y otras zarandajas, tienen que ver con una calidad técnica al alcance de pocos. Pero además es que creo que Ricky Rubio sabe seducir con el balón a los compañeros que juegan con él, si estos son capaces de entrar en el ritmo y la improvisación que marca su melodía. Y eso al público que admira el baloncesto como si se tratara de otras disciplinas artísticas, como la música o el cine, nos gusta.

Despido el año con un tema musical elegido como mejor colaboración coral del 2011 por los oyentes del programa de Toma Uno que dirige Manolo Fernández en Radio 3. Una maravilla a cargo de Norah Jones y Sasha Dobson. Un tema, Bull Rider, que se podría aplicar al bueno de Ricky.



Espero que el 2012 cumpla vuestras mejores expectativas; que disfrutemos de buen baloncesto; que “el inicio del inicio” nos pille preparados; y que el Estudiantes, en todas sus acepciones y formas, se salve de la quema actual.

Un saludo y feliz año.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Occupy the NBA, los Gasol's brothers, Urdangarín..

El pasado 22 de noviembre el Senador Malcolm A. Smith de la ciudad de Nueva York hizo un llamamiento a construir un “movimiento nacional de protesta contra el lockout”. El representante demócrata por Queens quería de esta forma unir para la causa revolucionaria a toda la tropa que se mueve entre las bambalinas de la mejor liga de baloncesto del mundo para llevar a la guillotina a los causantes de pérdidas económicas y vacíos emocionales: David Stren y Billy Hunter.


Pero el acuerdo entre los owners y los jugadores cuatro días después calmó los ánimos de un buen número de afectados que ya había expresado el apoyo a la propuesta. Surgía la iniciativa en el contexto del movimiento #OccupyWallStreet, que tras la acampada realizada el 17 de septiembre de 2011 en el Zuccotti Park de Lower Manhattan (NYC) se había extendido por todo el país para protestar por el poder absoluto de las empresas y la evasión fiscal sistemática del 1% más rico del país en detrimento del 99% de la población restante.

Así fue como el debate que se estaba produciendo en la sociedad estadounidense a partir del levantamiento de Nueva York llegaba hasta la NBA en el contexto del lockout. Dave Zirin (para mí uno de los periodistas deportivos más interesantes que hay hoy en día) escribía de este asunto en su blog Edge of Sports, precisamente con el título de Occupy the NBA. Zirin hablaba de los “miles de trabajadores con bajos salarios, la gente de limpieza de los pabellones, del estacionamiento de los coches” que se habían quedado sin blanca por un enfrentamiento entre "billonarios y millonarios" como muchos, entre ellos Derrick Rose, han afirmado que era. “En algún lugar de Phoenix hay un chico vestido de gorila con un letrero que dice: 'Tus mates a cambio de comida'”, en referencia a The Gorilla la mascota de los Phoenix Suns. Pero Zirin advertía que quizá los jugadores eran tan miembros del 1% de privilegiados como los propietarios.

Etan Thomas, con una larga experiencia en la NBA, vicepresidente de la asociación de jugadores (NBPA), miembro del grupo de negociación en el lockout, y que además es un destacado poeta y activista por los derechos sociales en Estados Unidos, contestaba a Zirin desde ESPN. “Si tu jefe llega y dice: 'escucha, sé que estamos teniendo unos beneficios récord globales en cuanto a ingresos totales y el año más lucrativo en la historia, pero hay algunas decisiones individuales con las que no estamos contentos y necesitamos hacer recortes de sueldo masivos. Necesitamos llegar a un acuerdo para construir nuevas reglas y hacer más fácil deshacerse de ustedes.' ¿Cuál sería tu reacción? Dirías, 'algo de dinero es mejor que nada de dinero', o sería reunir el resto de sus compañeros y protestar”. Por eso, a juicio de Thomas, el lado de los jugadores era el del 99% de la sociedad, a pesar de reconocer que algunos jugadores eran unos privilegiados respecto a buena parte de la población.

Pero el debate amainó tras desbloquearse las negociaciones. En los días posteriores al acuerdo en la NBA, el lanzamiento de misiles en forma de jugador a distintos puntos de la geografía estadounidense fue tal, que parecía el tablero de guerra nuclear de la película Teléfono Rojo Volamos Hacia Moscú. Nada nuevo si no fuera porque los Lakers habían decidido mandar a Pau Gasol a Houston, tras breve escala en Nueva Orleans para repostar y chocar la mano con Luis Scola. Una putada en toda regla que alejaba al de Sant Boi de la farandula angelina, los anillos de púrpura y oro, y las tertulias con Antonio Banderas y Placido Domingo en Sunset Boulevard.


Como ocurrió en Juegos de Guerra la tragedia se evitó sin saber muy bien cómo, al menos hasta nuevo aviso. Pau Gasol me dio la sensación por primera vez de ser un poco softy al declarar que la NBA era “cada vez más un negocio y menos un deporte”. Una afirmación sabida desde tiempo inmemorial y que sorprende si realmente lo descubrió el genial pivot de los Lakers tras verse tratado como un cromo en el patio de un colegio. Quizá, lo ignoro por completo, el BBVA tuvo que echar mano del teléfono rojo para evitar que sus clientes perdieran una referencia tan exitosa...

Por otra parte, en la vuelta al cole, Marc Gasol renovó por los Memphis Grizzlies, con un contrato de cuatro años por 58 millones de dólares. Una oferta de empleo poco habitual para un chaval de 26 años en estos tiempos que corren plagados de becarios y contratos basura; Rudy Fernández, que se vendió por algunos medios como “fundamental” en el roster de Mark Cuban hace unos meses, trasladó su residencia a Denver tras recuperar las sensaciones de sentirse querido en España; Calderón regresó a Toronto y la tranquilidad canadiense; y Ricky Rubio pudo por fin encontrarse con Kevin Love en Minnesota. La NBA ha levantado el telón.



No hay que alarmarse, los motivos para la protesta que sugería el Senador Malcolm A. Smith han desaparecido. Los camareros del Madison, el Staples, o cualquier cancha de la NBA, seguirán vendiendo "BudSpencers" y gin tonics durante los partidos, los aparcacoches latinos seguirán viviendo de las propinas, y The Gorrilla seguirá haciendo cabriolas para llegar a fin de mes mientras Steve Nash atiende a las indicaciones del coach Alvin Gentry en la banda.

Por aquí tampoco hay motivos para ejercicios perroflauticos: Indultado el consejero delegado del Banco de Santander; trasladado Iñaki Urdangarín al pabellón de los deportistas del Museo de Cera; y desahuciados de sus casas aquellos infelices que osaron comprarse un piso alentados por el ladrillo de Florentino y otros mecenas deportivos, la vida sigue, con sorpresas tan gratas como que Miles Davis saca un nuevo disco veinte años después de su muerte. Una buena noticia para aquellos que creemos que el baloncesto y el jazz, por encima de sus tiempos y circunstancias, tienen algo en común: su capacidad para sorprender e improvisar a partir de una base maravillosa.



Sea como fuere, toca disfrutar de la buena música y el buen baloncesto. El resto, como diría James Carville: “es economía, estúpido”.

Feliz año 2012, y mucha suerte con vuestros proyectos.

PD: Por cierto, estoy participando en el concurso de blogs del diario 20 minutos, si os apetece entrar y que merece la pena votar por el Sputnik os dejo aquí el enlace.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

El Torneo del Lockout

La película Annie Hall (1977) comienza con el protagonista, Alby Singer (Woody Allen), diciendo a cámara ante un fondo neutro: “Les contaré un chiste viejo. Dos señoras mayores están en un parador de montaña, y una dice: 'Hay que ver lo mala que es aquí la comida'. Y la otra replica: 'Sí, y además dan unas raciones tan pequeñas'. Pues bien, así es como veo yo la vida”.

Final del Torneo de Navidad 1984, Real Madrid vs URSS.

Salvando las distancias, y desde el máximo respeto, a la Liga Endesa-ACB le ocurre algo parecido. El producto es interesante, pero la forma de proyectarlo es deficiente y la cantidad escasa. A pesar del paulatino desembarco de jugadores NBA en nuestra competición (el último de ellos Tiago Splitter), y del proceloso desarrollo que se esta produciendo alrededor del lockout, la segunda mejor competición profesional de baloncesto del mundo no logra atraer los focos de atención de espectadores -más allá de los aficionados que acuden fielmente a los pabellones-, y la tensión competitiva apenas se percibe .

Los síntomas parecen cada vez más evidentes: un reglamento que sanciona en exceso el juego de ataque; un deficiente sentido del espectáculo por parte de los clubes (en lo que al cuidado de los elementos externos al juego se refiere); y un limitado y escaso cuidado mediático por parte de quién tiene los derechos televisivos del baloncesto.

Y eso, a pesar de que hacia muchos años que no había tal cantidad de elementos de atracción alrededor del deporte de la canasta en este país como ahora.

Dicho esto, me atrevo a lanzar una propuesta de las muchas que se podrían hacer. Entre 1966 y el año 2006 se celebró el Torneo de Navidad del Real Madrid. Aunque en los últimos años languideció sin pena ni gloria, el Torneo fue durante un tiempo una referencia dentro del mundo del baloncesto, pasando por ahí jugadores como Bob McAdoo, Bernard King, Drazen Petrovic, o Arvydas Sabonis, y siendo uno de los productos estrellas de TVE durante el periodo navideño.

Repescar aquella formula, no necesariamente alrededor del Real Madrid en lo referido a la gestión, podría ser un balón de oxigeno desde el que experimentar nuevos campos alrededor del espectáculo, la venta de merchandaising, la atracción de aficionados, e incluso, por qué no, el reglamento del juego.

Una aclaración, espero que nadie piense en cheerleaders, palomitas, y acento texano como el resultado de la ecuación que propongo.

Teniendo en cuenta que será difícil ver juntos en una competición corta a jugadores como Kirilenko (CSKA de Moscú), Tony Parker (ASVEL-Lyon) o Deron Williams (Besiktas de Turquía), por poner algunos ejemplos, sería una de las muchas formas desde las que impulsar nuestro baloncesto aprovechando el momento. Surfear en la inesperada posibilidad que se ha producido con un buen número de jugadores emigrados fuera del universo NBA. Focalizar la atención del baloncesto en Europa.

Lo asumo, la propuesta es difícil de vender a algún patrocinador, pero da la sensación que la ola de los acontecimientos ha pillado con el pie cambiado a la Liga Endesa-ACB, que nadie esperaba que el lockout tuviera estas derivas, y que la visión de 'la gran foto', como les gusta decir a los estadounidenses, sigue siendo precaria en estas tierras.

Y así, aunque los ingredientes son buenos, la comida no es apetitosa y las raciones son escasas. Un síntoma parecido al que le ocurría al bueno de Alvy Singer atormentado por amores difíciles y gestiones sentimentales que no terminaban de cuajar. Algo parecido a lo que nos pasa a algunos con nuestro baloncesto.

PD: Una nueva colaboración para elEconomista.es.

lunes, 22 de agosto de 2011

MVP Rose, de Englewood a La Casa Blanca

Englewood es una zona caliente de la parte sur de Chicago, un lugar donde abrirse camino y destacar no es tarea fácil. Según el censo de Estados Unidos del año 2010, la tasa de pobreza de Englewood es del 46% y la de desempleo del 20%, más del doble de la media nacional. La sinfonía de las balas, los altos índices de criminalidad, y la economía basada en el trapicheo es lo habitual. En esa realidad es donde creció Rose juntos a sus tres hermanos, educados únicamente por su madre Brenda Rose.


Derrick Rose (1988) desde su etapa de high school ya apuntaba a futura estrella del baloncesto. Al contrario de lo que ocurre con otras jóvenes promesas del guetto que sobresalen luego en la NBA, Rose no se ha convertido en un personaje distante y engreído. En un encuentro organizado en Madrid por la marca que le patrocina, Adidas, MVP Rose atendió a los medios de comunicación con paciencia y simpatía.

Cuando llega el turno de hablar con Rose confiesa que “más que cansado estoy un poco aturdido, a veces llega un momento que no sabes ni dónde te encuentras”. El número 1 del draft de 2008, elegido por Chicago Bulls, lleva una carrera fulgurante en la NBA. En su primer año fue Rookie of the year; al mando del equipo ha devuelto a la franquicia de Illinois a los playoffs; y, esta última temporada ha logrado llegar a la final de la conferencia Este (para caer 4-1 ante Miami), siendo elegido el MVP de la liga regular más joven de la historia de la competición.

Naciste en una zona complicada de Chicago, ¿qué importancia tiene en tu carrera tu origen?

Nacer en Chicago me ayudó a ser lo que soy hoy en día. Siempre he recordado de dónde vengo y a la comunidad que pertenezco, cuando puedo voy a Englewood con mi familia y veo a mis amigos. Mi madre prepara comida para gente sin hogar todos los jueves, y mis hermanos también colaboran allí en todo lo que pueden. Estamos muy unidos porque crecí allí, y aunque es una zona difícil es importante seguir cerca de tu gente.

¿Quién ha sido tu inspiración en todo este tiempo?

Mi madre. Definitivamente es la persona que más me ha aportado en la vida. Ella me ha sabido conducir en el camino hacia el éxito, y eso es genial, porque nos educó para ser buenas personas y responsables.



También es habitual verte participar en los programas sociales de NBA Cares.

Si, es muy importante devolverle a los fans el apoyo que te dan. Cuando ganas, pero también cuando pierdes o te equivocas, ellos siempre están ahí. Para la gente de la comunidad es muy importante ver que uno de los suyos ha llegado a lo más alto, y dar una imagen positiva es fundamental para muchos chicos que quiere llegar a ser como los jugadores de la NBA, porque ellos son el futuro.

Llevar la camiseta de los Bulls también es una responsabilidad por estar en el mismo equipo donde triunfó Michael Jordan…

Estar en Chicago es genial, pero hacerlo después de que allí haya jugado Michael Jordan es un estimulo para trabajar más duro. Con él la franquicia vivió unos años estupendos, y yo trato con mi esfuerzo de devolver a los Bulls a ese lugar. La figura de Jordan es un estimulo para trabajar fuerte por alcanzar lo que él consiguió con el equipo.

¿Crees que los Bulls podrán luchar por el anillo de campeones?

Creo que estamos cerca. Será un trabajo duro, pero pienso que tendremos nuestra oportunidad y todos estamos muy motivados por llegar a luchar por el anillo. Este año frente a Miami nos faltó un poco de experiencia pero estamos en el camino correcto.

¿Cómo es Tom Thibodeau como entrenador?

Thibodeau es genial, trabaja mucho. Es capaz de estar viendo vídeos hasta las tres o las cuatro de la madrugada para preparar partidos. No tiene mujer ni hijos, y dedica todo su tiempo al baloncesto y el equipo. Los jugadores le respetamos mucho.


Hace justo ahora un año jugaste con el presidente Obama un partido de baloncesto en La Casa Blanca, junto con otros grandes de la NBA como LeBron James, Dwyane Wade, o Carmelo Anthony, ¿cómo fue aquello?

Que Obama nos llevara a La Casa Blanca para jugar un partido y celebrar su 49 cumpleaños fue una de las mejores experiencias de mi vida. Fue una señal de mucho respeto para mí, pero también para la gente de Chicago porque él allí tiene mucho apoyo. Él trabajó mucho para la gente de Chicago antes de ser senador, y luego cuando se presentó como candidato a la elección de presidente la gente le devolvió el cariño que había mostrado por la ciudad. Obama es el mejor presidente que ha tenido Estados Unidos y es una gran esperanza para todos.

PD1: Esta entrevista la he publicado en NBAmaniacs.

PD2: En estas entrevistas tienes cinco minutos para hablar con el jugador, así que decidí primar los aspectos más humanos que otras cuestiones como el lockout o sus aspiraciones personales. Rose fue extremadamente correcto y amable, y le regalé una camiseta del equipo de baloncesto de Lavapiés, algo que agradeció.

viernes, 12 de agosto de 2011

La diplomacia del ping pong y el lockout

Al principio de la década de los '70 se estableció entre Estados Unidos y China la llamada diplomacia del ping pong. En abril de 1971 el equipo de tenis de mesa estadounidense se encontraba de gira por Asia, y recibió una invitación para acudir a la China de Mao Tse-Tung. Los americanos se presentaron en Pekín en medio de una enorme expectación internacional. El encuentro lo organizó el Comité Nacional de Relaciones EE.UU.- China (National Committee on U.S.- Chinese Relations, NCUSCR) como antesala a la visita del presidente Nixon al gigante asiático un año después. Pero habría que esperar hasta 1979, con el gobierno de Jimmy Carter, para establecer oficialmente relaciones entre ambos países.


En enero del 2009 se celebró el 30 aniversario del establecimiento de esas relaciones. El NCUSCR celebró por todo lo alto un evento en Nueva York presidido por Henry Kissinger, director del Comité Nacional y antiguo secretario de Estado; Zhang Yesui, embajador de China en la ONU; Peng Keyu, consul general de China en Nueva York; Duncan Niederauer, presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York; Jan Berris, vicepresidente del NCUSCR; y David Stern, comisionado y máximo dirigente de la NBA.

La presencia de David Stern no era un asunto menor. La NBA llevaba elaborando un plan económico de intervención en China a nivel superlativo desde hacía años. En 1991 la NBA comenzó a emitir partidos por la China Central Television en abierto, pero sería a partir de principios del siglo XXI cuando el desembarco sería total. En octubre del 2004 los Houston Rockets de Yao Ming jugarían un partido de pretemporada contra los Sacramento Kings en Shanghai y Pekín; en el 2008 se crearía NBA China; en 2009 se invertiría 280 millones de dólares en la construcción de un gran pabellón en Shangai, que sería completado con otro e Pekín y un tercero en Guangzhou, como adelanto a la edificación de doce grandes estadios en el país; en los últimos años se esta desarrollando un programa para entrenadores en colaboración con la Chinese Basketball Association (CBA); además, las visitas de jugadores NBA a China, con motivo de todo tipo promociones, ha sido habitual y constante de un tiempo a esta parte...

David Stern en el acto de la NCUSCR

Precisamente el conflicto generado estos días alrededor del lockout podría tener relación directa con China. Como informaba el blog La Puerta Atrás, Billy Hunter, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto (NBPA), y principal pesadilla de la NBA en la mesa de negociacion, es “consultor de la China Sports Industry Inc., empresa que opera en exclusiva el tratamiento deportivo en China y gestiona la comercialización y promoción del deporte profesional en la República Popular”. Hunter y Stern podrían estar librando una nueva fase de la diplomacia del ping pong, esta vez con China como espectador, y con el futuro inmediato de la NBA en China como parte del juego. Por lo pronto en el país asiático están que echan humo con la situación económica actual del país que preside Barack Obama. No en vano, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, China acapara buena parte de la deuda estadounidense y es su principal acreedor.

El posible desembarco de jugadores como Chris Paul, Carmelo Anthony o Dwyane Wade a la CBA, con motivo del lockout, podría ser un parche económico que cubriera provisionalmente los intereses de todos. Aunque, como señala Miguel Ángel Paniagua en su columna Rank-and-file del último número de la Revista Gigantes, no serán las megaestrellas -y sus posibles acuerdos overseas- las que decidan el devenir del lockout, sino la tropa de jugadores de clase media que puede ver peligrar seriamente su futuro económico con el parón, y que son mayoría en el Comité Ejecutivo del sindicato NBPA.


Ethan Sherwood publicó hace unos días un interesante artículo en Hoopspeak titulado China & the Lockout: Mysterious Millions sobre la relación entre David Stern y China. El autor se preguntaba por la posición de Stern en el lockout, de contener el gasto, cuando precisamente la liga esta invirtiendo enormes cantidades de dinero en China. A día de hoy la liga estadounidense tiene quince acuerdos de negocio con televisiones chinas, y el nivel de seguimiento, e ingresos, de la NBA allí ha sido, a falta de ver el impacto de la retirada de Yao Ming, tremendo. Un volumen de negocio que podría estar también relacionado con lo que se discute en la mesa de negociación visto que cada uno de los protagonistas tiene grandes intereses en el gigante asiático.

En cualquier caso, entre aquel partido de tenis de mesa de 1971 y la situación actual muchas cosas han cambiado en la política internacional y en el baloncesto. El antiguo enemigo es hoy un socio prioritario en la economía de Estados Unidos, y la NBA es uno de los actores más interesados en que esa relación fluya de manera positiva. Lo que ocurra en el futuro entre Billy Hunter y David Stern tendrá mucho que ver con cómo gestionar los ingresos de la competición, pero también, parece, con cómo relacionarse con China.

PD1: Este artículo saldrá publicado en NBAmaniacs.

PD2: Henry Kissinger, director del NCUSCR y polémico premio nobel de la paz en 1973, es uno de los personajes más oscuros de la política estadounidense.

sábado, 6 de agosto de 2011

Entrevista a Felipe López (NYC IV)

NBA Cares es la organización encargada de fomentar iniciativas sociales a nivel local e internacional en la liga que dirige David Stern. En estos días NBA Cares está recorriendo Estados Unidos, en una caravana que llegará a 10.000 escuelas y que pretende contactar con 15 millones de personas antes de que acabe el año 2012. El lockout impide que los jugadores se impliquen en estas actividades hasta que no haya un nuevo acuerdo con la liga, pero entrenadores como George Karl, Monty Williams, o ilustres veteranos como Chris Mullin, están estos día involucrados en distintas actividades para la comunidad.


Felipe López es uno de los “embajadores de programas comunitarios de NBA Cares”, cargo que el ex jugador dominicano compagina con la gestión de su propia fundación, The Felipe Lopez Foundation orientada a ayudar a los más desfavorecidos. López fue una de las grandes promesas de la universidad de St. John's y uno de los máximos anotadores de la historia de la Universidad de Nueva York. Elegido en el puesto 24 del draft de 1998 jugó con Vancouver Grizzlies, Washington Wizards y Minnesota Timberwolves, pero una inoportuna lesión en la rodilla truncó su carrera en la NBA. En la temporada 2006 vino a España para jugar en el Plus Pujol Lleida de la liga LEB, con un notable rendimiento. Un año que recuerda con especial cariño, “en Lleida me tratarón muy bien, fue una gran experiencia”, poco después se retiró del baloncesto y entró a forma parte de la estructura de la NBA, con un trabajo enfocado principalmente hacia la comunidad latina.

Con Felipe López en NYC (detrás su coche)

¿Cuándo aparece NBA Cares y cuáles son sus objetivos?

NBA Cares es un programa que surgió en octubre del 2005, esta basado en hacer trabajos en zonas que tienen necesidades o que viven en situaciones complicadas, aportando una imagen de la NBA más allá de ser una liga deportiva, sino también como una organización humanitaria que se preocupa por mejorar la vida de las personas, especialmente de los niños y jóvenes. Nuestras iniciativas consisten, por ejemplo, en reconstruir escuelas, ayudar a arreglar parques, bibliotecas, casas... en las comunidades más necesitadas. También trabajamos a nivel internacional, y se ha realizado un esfuerzo importante por dar a conocer nuestros proyectos en otros países lo que favorece una mejor imagen de la NBA.

¿Cómo se seleccionan esos proyectos?

A nivel internacional tenemos algunas oficinas que localizan lugares que tienen necesidades, fundamentalmente en África y Asia. También después de catástrofes como huracanes o desgracias naturales, la NBA decide intervenir ayudando de alguna manera, construyendo infraestructuras, o llevando a jugadores que puedan ser un estímulo para apoyar a esa población afectada. A nivel de Estados Unidos estudiamos proyectos ciudad por ciudad, y atendemos a peticiones que nos solicitan. Hay programas de NBA Cares diferentes, por ejemplo uno que tiene que ver con el incentivo de la lectura en las escuelas, otro para luchar contra la obesidad infantil y el sobrepeso, o el Green Day, un programa para apoyar un planeta más sostenible y que la gente tome conciencia sobre asuntos como el reciclaje. Además esta la noche latina, que es un evento vinculado a NBA Cares, para acercar la NBA a la cada vez más importante comunidad latina de Estados Unidos. A nivel internacional, por ejemplo con África, hay mucho trabajo alrededor del combate de enfermedades como la malaria o la desnutrición.

¿Los jugadores intervienen de manera voluntaria?

Lo que sucede es que antes de la temporada cada jugador tiene en el contrato un número de visitas que debe realizar dentro del trabajo para la comunidad, porque cada franquicia tiene asignadas las visitas y trabajos que deben hacer con NBA Cares a lo largo de la temporada. Es parte de lo que supone estar en la NBA. Es bueno para todos, porque además muchas de las compañías y patrocinadores que están ligadas a la NBA quieren ver este tipo de intervenciones sociales, porque también favorece a sus intereses e imagen.



¿Cómo valoran los jugadores este tipo de trabajo?

Muchos jugadores vienen de situaciones sociales complicadas, de este tipo de comunidades donde luego se hacen proyectos de la NBA. Este trabajo es una motivación para muchos jóvenes que viven en zonas difíciles para jugar al baloncesto, y para ver que las estrellas de la NBA son gente como ellos. Muchos de estos chicos tienen muy difícil comprar entradas para ver un partido de la NBA, o estar cerca de sus ídolos, y de esta forma, con estos programas, la NBA se acerca a ellos y a sus sueños de seguir adelante.

¿Cuáles son los jugadores que el público siente más cercanos?

Todos los años se elige al jugador del año de NBA Cares. Pau Gasol ha sido uno de ellos, porque ha realizado un importante trabajo en Los Ángeles, en África, e incluso en España. Él es un símbolo de lo que representa la NBA, no sólo como jugador, sino como persona. Los jugadores intervienen en estas actividades no sólo porque lo ponga en un contrato, sino porque lo sienten de corazón, porque saben que tiene un fuerte impacto en la gente, y eso es muy positivo. Aquí en Nueva York, un jugador como Carmelo Anthony también representa mucho para la gente. Su imagen puede inspirar a muchos jóvenes que viven en situaciones complicadas y que quieren llegar donde él han llegado. Algunos jugadores después de retirarse se mantienen en la estructura de la NBA colaborando con NBA Cares, y al tener un pasado importante son muy valiosos en su aportación.

¿Qué proyectos de futuro hay?

A pesar del lockout la NBA esta en un buen momento, y hay muchos proyectos grandes en el horizonte. Queremos llegar a más países, porque es muy positivo para la NBA y para proyectar su imagen por el mundo, más allá de lo que el deporte, desde una visión humanitaria.

¿Qué importancia tiene la comunidad latina para la NBA?

Es muy importante lo que está pasando con Pau Gasol, Al Horford, o Manu Ginóbili. El auge que generan estos jugadores es doble, porque son jugadores que proyectan muy atracción aquí, pero también en sus países de origen, y la NBA se esta dando cuenta que es algo muy bueno para la competición. Pau es un icono no sólo en España, también en Los Ángeles y en muchos lugares de Estados Unidos. Ellos han tomado lo que nosotros empezamos, porque cuando yo llegué aquí fui uno de los primeros latinos que jugaba en la NBA, y de entonces ahora ha crecido mucho la presencia latina en los equipos. Eso es muy bueno. Para mí Gasol es uno de los mejores jugadores que hay en su puesto, y su proyección como persona es tremenda.

¿Cómo afecta el lockout a NBA Cares?

Sobre el lockout no te puedo decir mucho, lo mío es que hagamos proyectos para la comunidad y dar oportunidades a los chicos para que vean que es posible un futuro mejor, y que la NBA se acuerda de ellos.

PD: Esta entrevista la he publicado en ACB.com y se puede ver aquí.

jueves, 28 de julio de 2011

Serge Ibaka, carácter africano

Serge Ibaka inició ayer su trayectoria con la selección española de baloncesto. El jugador de los Oklahoma Thunder será una de las referencias en la pintura del equipo que disputara el próximo Eurobasket de Lituania. Un día antes de iniciar la concentración, y ponerse a las órdenes de Sergio Scariolo, el jugador atendió a la prensa en Madrid.


La marca de ropa que patrocina a Ibaka, Adidas, citó ayer 25 de julio a los medios de comunicación en un hotel madrileño. El encuentro se producía pocas horas después de que el jugador regresara de unos días en la República del Congo, donde había participado en el campus que él organiza, y donde además ejerce de colaborador de UNICEF para promover los derechos de los niños. “República del Congo fue donde nací, donde esta mi familia, es volver a mi país natal para ayudar un poco a los jóvenes que siguen el baloncesto, y también para ayudar a los niños de la calle, porque allí hay muchos niños de la calle, esa fue mi idea del viaje”, relata Ibaka durante el encuentro con la prensa. A pesar de parecer cansado, Ibaka va atendiendo por turnos a numerosos medios acreditados.

Apenas diez minutos para responder a las distintas preguntas. No tiene mucha voz, ni parece un tipo especialmente comunicador, pero trasmite muy buenas sensaciones como persona, algo que confirman los que le conocen de cerca. El jugador de los Oklahoma Thunder se incorpora mañana a la selección, y esta impaciente por trabajar a las órdenes de Scariolo y “ayudar al equipo”. Una posibilidad que ya deseaba desde que aterrizó hace cinco años en L’Hospitalet, “desde el primer año que estuve aquí soñaba con jugar al baloncesto con España, y el sueño se ha hecho realidad”.

Pero el proceso hasta acabar llevando la camiseta de la selección no ha sido fácil, primero porque existía la duda de si Sergio Scariolo se decantaría por la elección del también nacionalizado Nikola Mirotic, y segundo, porque el trámite para su nacionalización se dilató durante un tiempo hasta ser aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 15 de julio. Confirmado en la lista que jugará el Eurobasket de Lituania, y conseguido el pasaporte español, Ibaka se muestra humilde a la hora de afrontar el reto, “de la selección espero aprender muchísimo, porque son jugadores que llevan mucho tiempo jugando al baloncesto y que tienen más experiencia que yo, que saben como funciona esto. Yo estoy listo para aprender lo máximo que pueda”.

Si España llega a la final, que se celebra el 18 de septiembre, Serge Ibaka podría celebrar su 22 cumpleaños en el Kaunas Arena. Una casualidad que pondría la guinda perfecta a unos trayectoria que han corrido a una velocidad de vértigo. De joven promesa en L’Hospitalet, a jugar en la ACB con la camiseta de Manresa, para luego convertirse, en sólo dos temporadas, en uno de los mejores jugadores defensivos de la NBA, siendo esta última titular en el equipo que lidera Kevin Durant. “El nivel físico es mayor (en la NBA), también el sistema es más ofensivo, y hay más espectáculo, con mucho 1×1, y un juego un poco más rápido… pero no hay tanta diferencia porque la ACB también tiene mucho nivel, y para mí es la segunda mejor liga del mundo” señala Ibaka.


En cuanto a sus jugadores de cabecera, Kevin Garnett, “ un jugador que me inspira mucho”, y el líder de los Thunder, “he aprendido mucho estando en el mismo equipo que Kevin Durant, de cómo es la NBA, de cómo trabajar duro. Muchas cosas”. En el pasado Slam Dunk Contest celebrado en Los Ángeles, Serge Ibaka aprovechó para reivindicar sus raíces africanas en el Staples Center. La liga que dirige David Stren está desembarcando con fuerza en África, y jugadores como el propio Ibaka, Luol Deng, DeSagana Diop, o dentro de poco Biyonbo, confirman una mayor presencia africana en la NBA. El jugador nacido en Brazzaville comenta que lo que esta ocurriendo “es muy importante para África, para los jóvenes, y para el valor y el orgullo con el baloncesto”, consciente de que con su nacionalización no podrá defender nunca los colores de República del Congo, “estoy con España porque quiero”, insiste en el compromiso con la gente de su país natal, “quiero ayudar a los niños allí, es el país donde he nacido y no voy a olvidar de dónde vengo”.

Escuchando a Ibaka, y sobre todo viendo cómo juega, uno tiene la sensación de que Ryszard Kapuscinski no se equivocaba cuando decía, “África tiene su propia personalidad. A veces es una personalidad triste, a veces impenetrable, pero siempre irrepetible. África era dinámica, era agresiva, estaba al acecho”. Serge Ibaka llega a la selección para incorporar esos elementos, para aportar la fuerza que ha mostrado en los últimos años, y también para añadir un poco de su carácter africano a la selección de Sergio Scariolo. El mismo que le ha convertido en un jugador determinante en la NBA. A pesar de los viajes, y de jugar una larga temporada con los Thunder, él lo tiene claro, “estoy deseando empezar”.

PD1: Este artículo lo he redactado para NBAmaniacs, y se puede ver aquí. En el turno de prensa que se hizo el encuentro con Ibaka estaban también acreditados: Gigantes, Revista NBA, Skyhook, Solobasket, y Fiebrebaloncesto.

PD2: Durante este tiempo de verano el ritmo del blog es menor, en buena parte porque estoy en la recta final de mi libro. Hasta que comience el nuevo curso, en septiembre, el ritmo de publicaciones va a estar algo ralentizado.

PD3: Hablando del libro y de África, aquí os dejo un pequeño adelanto de una de las historias, un vídeo del equipo de los Gulu Hawks de Uganda, unos campeones.



PD4: Buen verano a todos y todas. Mucho más baloncesto a la vuelta de las vacaciones...

lunes, 18 de julio de 2011

Entrevista a Antonio Gil (NYC III)

Nueva York es la ciudad de referencia del streetball. La cantidad de canchas de baloncesto que hay en las calles de La Gran Manzana no se puede comparar con ningún otro lugar del mundo. Antonio Gil, corresponsal de Gigantes del Basket para cubrir la información de la NBA desde NYC, colaborador de distintos medios de comunicación, y uno de los fundadores de Crossover Magazine conoce bien el ambiente que se vive alrededor de los múltiples torneos que se celebran cada verano allí.


Antonio Gil en el torneo de Dyckman en Washington Heights.

¿Qué representa el streetball en Nueva York?

En Nueva York hay multitud de canchas de baloncesto, pero lo cierto es que esta más arraigado en unos barrios más que en otros. Cada uno de ellos tiene su propio estilo de basket, sus propias rivalidades, y sus propias canchas icono. El streetball está en esta ciudad desde el momento en que se colocó el primer aro de baloncesto en la calle. Hablando con muchos jugadores, para un libro que estoy preparando, la mayoría te dice que el streetball es simplemente jugar en la calle, nada más.

¿Cómo ha evolucionado el streetball en la ciudad?

Ha evolucionado en paralelo al desarrollo de la ciudad. En los '50 es cuando surge, no hay ni tantas canchas ni la infraestructura que hoy en día existe; en la década de los '60 va dando un giro, empiezan a surgir las primeras referencias del baloncesto de la calle como fue Earl The Goat Manigault; en los '70 la ciudad tiene un subidón después de años muy duros y el baloncesto también vive cierto resurgimiento, a finales de la década Julius Erving es la auténtica estrella del streetball de Nueva York, en concreto de la liga que se juega en Rucker Park, y junto con el Doctor J. juegan gente como Kareem Abdul-Jabbar o Earl The Pearl Monroe; en los '80 la ciudad vive una explosión en importancia que también llega al streetball; y en los '90 es la consolidación del proceso, a finales de los '90 es como si alrededor del baloncesto de calle se hubiera llegado a la cima de todo lo que se venía construyendo desde los '60. A finales de los '90 muchos jugadores neoyorquinos llegan a la NBA. En todo ese tiempo hay una evolución natural del basket, que se ha generado al mismo ritmo que la evolución de la ciudad.

¿Qué importancia tiene Rucker Park?

Es La Meca de basket, suena a tópico, pero el 90% de la gente con la que hables de streetball en Nueva York te lo va a decir. Si el Madison Square Garden es la cancha más mítica de la NBA, Rucker Park lo es del streetball, incluso me atrevería a decir que del basket neoyorquino en general. Aquí si juegas al baloncesto antes o después tienes que pasar por Rucker, y si quieres ser alguien importante en el baloncesto tienes que triunfar allí. No es sólo la cancha, es la grada, el público, el barrio de Harlem -con la tradición que tiene alrededor del basket- y la liga que se organiza allí, la EBC (Entertainer's Basketball Classic). El Rucker es historia, tu puedes ir a cualquiera de los otros grandes torneos de Nueva York, y aunque quizá otros son más importantes -como el Dyckman- la cancha no es tan mítica. Hace unos años Kingdome era un torneo muy importante, está también en Harlem, pero no es el Rucker Park. The Cage es una de las canchas más famosas de NYC, es una referencia para cualquiera que venga aquí a ver el baloncesto, a finales de los '90 tuvo un torneo muy importante, pero no se puede comparar con el Rucker. El ambiente que se respira allí es muy especial, si pisas la cancha te das cuenta que hay mucha historia, es el cemento que ha pisado The Goat, Joe The Destroyer Hammond, Pee Wee Kirkland, y también decenas de jugadores NBA.


Jugando el torneo de West 4th (The Cage) el pasado verano, Antonio con el 13 a la espalda.

¿Rucker es tan importante por Manigault?

Rucker entra en la leyenda como cancha de baloncesto por Manigault. El fue el inventor del doble mate, de recoger las monedas encima del tablero... Nueva York es una ciudad, especialmente en lo que se refiere al streetball, que funciona por boca-oreja, lo que pasa en un partido al día siguiente se sabe en las canchas del resto de la ciudad. En aquella época no había medios como ahora, y su leyenda fue corriendo de una punta a otra de Nueva York.

¿Por qué Manigault fue una leyenda para jugadores de la NBA como Kareem o Julius Erving?

Cada jugador tiene una historia distinta, pero hay una tendencia generalizada a pensar que si alguien es un crack en el streetball es que es un gran jugador que puede llegar donde quiera, incluso en la NBA. The Goat lo fue en la calle, pero desgraciadamente no pudo llegar a la NBA. Es cierto que la NBA es una liga muy compleja, en muchos sentidos, y allí no puede jugar cualquiera. Para entrar en la NBA tienes que estar en el momento adecuado, con el entrenador adecuado, y la suerte necesaria. El problema de los jugadores de streetball, como por ejemplo Manigault o Joe Hammond, es que son auténticos cracks del baloncesto, pero no están preparados para la disciplina que implica la liga. A Joe Hammond le ofrecieron un contrato en la NBA los Lakers y Chicago, y él dije que no, y en plan bravuconada comentó “tengo más dinero en el colchón de mi cama ganado por las drogas de lo que me vais a pagar”. Jugadores como él tenían el talento pero no tenían las formas, y es difícil incorporar a un jugador que se ha criado en la calles en la disciplina de un equipo. Puede ir Kobe Bryant a Dyckman, y, porque un jugador le destroce ese día, ese chico pueda jugar en la NBA. Son dos mundos distintos. Un ejemplo es Adris De León, su apodo aquí es 2 Hard 2 Gurad, uno de los jugadores más temidos a la hora de defenderle, por todos sus recuersos en ataque, temido en la canchas de Nueva York, sin embargo en Palencia de LEB ha jugado siete minutos por partido. No es lo mismo jugar en una dinámica de torneo, que en una profesional.

El streetball se ha relacionado con el ambiente social de las zonas más duras de la ciudad, ¿forma parte de la épica?

Algunos jugadores han construido su personaje en base a esas características, y algunos forman parte de los iconos de los barrios. Rubén Alcaraz, que estuvo viviendo aquí un tiempo, y con el que hice la revista Crossover, contaba que se encontró un día por casualidad a Joe Hammond por Harlem y le propuso una entrevista. En ese momento Hammond estaba totalmente enganchado, y muy mal fisicamente, pero paseando por la calle con él se daba cuenta que seguía siendo una leyenda en el barrio. Este hombre estaba en su apogeo en los '80, y mucho tiempo después seguía siendo una referencia para sus vecinos. Aquí muchos chicos sólo tienen el basket, no es un tópico, es la realidad, y muchos salen de la marginalidad gracias al baloncesto.


En 2008, representando a la Rock Steady Crew en el 31 aniversario del grupo, en un torneo benéfico en The Cage, junto a Bobbito García.

Hay reglas, especialmente en la NCAA, para limitar la participación de los jugadores en el streetball. ¿Qué opinión te merece?

Es una relación ridícula. Yo soy bastante detractor de las normas que hay alrededor de los jugadores en la NCAA. Hay mucha gente que se esta enriqueciendo alrededor de una serie de jugadores que tienen muy limitados sus movimientos. Hay una norma para los jugadores universitarios que dice que no pueden disputar más de un torneo de streetball por verano, y estas obligado a devolver el uniforme que te dan para jugar, y estas obligado a que si tu equipo gana el torneo el jugador NCAA no puede coger ni un duro. El nombre de los apodos en el streetball tienen algo que ver con esto. La NCAA pide un libro de resultados de todos los torneos. Por ejemplo, el año pasado Corey Fisher estaba apuntado al torneo de Dyckman, y luego Fisher anota 105 puntos en un torneo que no es Dyckman. La NCAA lo investigó, para ver si había desobedecido el reglamento. Por eso alrededor de los apodos hay mucha historia, porque hay jugadores que los usan para ocultar su verdadera identidad, aunque luego nadie sabe quién esta exactamente entre el público...

¿Cuál es la relación entre los medios de comunicación y el streetball?

En general los medios maltratan al streetball, y al revés desde el streetball no se tiene una buena opinión de los medios. En los torneos de verano la prensa no es bienvenida, y el comisionado y la seguridad de los eventos no quiere que la prensa entre en los torneos. En los playgrounds cuando hay torneos la seguridad evita que entre alcohol, armas, y prensa. Puedes ir allí y tomar tus notas, pero no hacer tus fotos ni tu propio reportaje. Esos días la cancha es de los participantes, y ellos imponen su ley. El streetball vive de lo que se comunica en las calles mucho más de lo que puedan decir los medios de comunicación. Pero lo que si es cierto, es que la literatura sí ha ayudado al streetball, cuando tu lees Heaven is a Playground, The Cage, o Rebound, es cuando te puedes hacer una idea de lo increible que es y del ambiente que se vive en las canchas.