Dusko Ivanovic, tras ganar la final de la ACB.
Ivanovic aplaude si un jugador falla, pero toma la decisión correcta. No nos equivoquemos, Dusko no es, sólo, un tirano. La forma de entender el baloncesto por parte del entrenador montenegrino no goza de mucha simpatía, pero es efectiva. Ivanovic ha llevado siempre a sus jugadores al máximo, y el tipo es inteligente. Aplaude el fallo pero condena sin misericordia el error. La diferencia es esencial, y su forma de entender el baloncesto desde el banquillo es particular: juega con el resto del equipo, como uno más en la cancha, dirigiendo cada operación.

Ivanovic no deja mucho espacio para la improvisación, y llegado el final de temporada ha demostrado que todos los instrumentos estaban perfectamente afinados para el combate. El Barça llevaba varios días de descanso mientras el Baskonia se peleaba contra el Real Madrid. Si con aquél triunfo alguien pensaba que se podía dar carpetazo a la competición ACB, con una final fácil del magistral Barça, estaba equivocado. Quizá todos lo pensábamos, menos Ivanovic, y eso es mucho.
La energía del Baskonia surge de la vitalidad de un entrenador que no baja la guardia, y que ha contagiado a la afición baskonista un carácter impresionante. Ayer realizaron un partido para enmarcar. Es difícil que otras aficiones más acostumbradas a la exquisitez se deleiten con su manera de entender el baloncesto. Así ocurrió cuando él mismo entrenó al Barça, la falta de feeling era evidente. A Dusko le va más el frío de Vitoria que la brisa del mediterráneo.
Mantener la tensión competitiva hasta el último segundo es un síntoma de un trabajo impecable con el grupo. Nadie se rompe la crisma si otro no le ha convencido de que merece la pena, que se puede hacer, y que es lo que se le exige. Si no te gusta te vas, Querejeta no está para bromas.
Splitter probablemente jugó ayer su último partido como baskonista. La NBA le espera con los brazos abiertos, y allí alguno de los amigos con lo que ha compartido camiseta en los últimos años. El brasileño se ha reivindicado como uno de los pivots más determinantes del baloncesto actual. Un puesto que será muy difícil de suplir. Quizá Barac tenga que romper piedras con la cabeza éste verano para ganar en determinación y carácter. Tras el partido Tiago reconocía que la victoria tenía mucho que ver con los “cojones” que había puesto el equipo en la cancha. No hay duda. La intensidad con la que ha jugado el cuadro gazteizarra es impresionante. La canasta de San Emeterio, patrón de Santander, sale de la testiculina para meterse directamente en la red. La tranquilidad del tiro libre que da una victoria histórica es producto de la confianza. La que misteriosamente no tuvieron algunos jugadores claves del Barça en los momentos importantes.
A los de Xavi Pasqual les faltó ese factor extra que tienen equipos como el Baskonia, esa energía que se enseña en las canchas de entrenamiento de los balcanes, donde creció Dusko, y que ha arraigado en la capital alavesa. Nada está perdido, todo se puede lograr con esfuerzo. Un exceso de relajación condenó a los culés a una eliminación que pocos esperaban.
Splitter dará el salto a la NBA, no echará mucho de menos el aliento en el cogote del entrenador montenegrino, pero lo que ha aprendido en éste tiempo con la camiseta del Baskonia le será muy útil para reivindicarse bajo los tableros de la NBA.
Ayer en el Buesa Arena, en la liga ACB, triunfó el baloncesto, aquel que irrumpe sin atender a mejor lógica que el juego en equipo, el trabajo, y las ganas de luchar. Fue un placer disfrutarlo como espectador.
P.D: La tranquilidad del banquillo viene del otro lado del atlántico. Phil Jackson, el maestro Zen, decía, tras la derrota en el quinto partido jugado en Boston, "no ha sucedido nada anormal, la serie está como se suponía que debía ser con la ventaja de campo a nuestro favor". Y añadió, "ahora nos toca a nosotros ganar el sexto partido y decidir el título en el séptimo, como habíamos anticipado ante la igualdad de la eliminatoria".
Así ocurrió. De vuelta a Los Ángeles, los Lakers ganaron a Boston y la eliminatoria se decidirá en un séptimo partido en el Staples. Yo pronostiqué al principio de la eliminatoria, y mantengo, que será finalmente un 4-3 para Lakers.
Jackson e Ivanovic tienen poco en común. Pueden gustar más o menos, pero no se puede negar que, cada uno en su contexto, la inteligencia con la que gestionan los momentos importantes está al alcance de pocos.