
El actor (Nueva York 1937) desvela otros aspectos de su relación con el deporte de la canasta. “Cuando voy a animar a los Lakers, muchas veces me siento en las filas del fondo. Antes me enfocaban demasiado, sobre todo si animaba un poco escandalosamente. Ahora intento contenerme un poco, pero me resulta complicado cuando vamos ganando. En mi instituto, intentaban meterme en la cabeza esos pensamientos deportivos: 'No importa perder; hay que disfrutar del juego...'. Jamás lo entendí”.
Jack Nicholson añade una idea que tiene mucho que ver con un planteamiento que hacía Alvy Singer (Woody Allen) en la película Annie Hall, mientras veía un partido de los Knicks por televisión, “en el deporte las reglas son absolutas. Si el balón entra en la canasta, son dos puntos; si es un tiro libre, suma uno. No es en plan: '¿Y qué pasaría si el aro que vemos sólo fuera una proyección mental de nuestra percepción...?'. Me gusta esa sensación de certeza que envuelve al baloncesto […]”.
Nicholson, del que Pau Gasol dijo que “trasmite energía al equipo”, es capaz de cambiar su agenda de rodaje con tal de no perderse un partido en el Staples. Su laureada carrera, que incluye tres Oscar al Mejor Actor, es el mejor aval para que los productores se plieguen a sus deseos. El actor habla también del ocio, “lo importante que es en nuestras vidas”, y lo necesario que es cuidar la industria del entretenimiento.
George Lois hizo grande a Esquire. En la década de los'60 Lois -miembro del Art Director's Club Hall of Fame y del Creative Hall of Fame - diseñó algunas de las portadas más brillantes de todos los tiempos, como la de Andy Warhol dentro de una lata de sopa para ilustrar un artículo acerca de la muerte del vanguardismo, o a Mohamed Alí imitando la imagen herida de San Sebastián atravesado por seis flechas. Las portadas de Lois incrementaron la circulación de Esquire de 500.000 ejemplares a 2 millones en una década. Además Lois ha realizado anuncios para MTV, para Volkswagen (Think Small), para campañas políticas, para el USA Today, o el vídeo Jokerman de Bob Dylan.

El pasado junio Gregorio Belinchón entrevistaba a Lois (Nueva York, 1931) en el periódico El País, y el diseñador nacido en el Bronx comenzaba explicando su afición al baloncesto. “Mira, jugué el sábado, cogí el avión para venir aquí [por Madrid] el domingo, el jueves vuelvo y el sábado mis compañeros ni se habrán dado cuenta de que he estado en Europa. Mi mujer les cuenta a nuestros amigos que sí, que juego los fines de semana y no contra gente de mi edad, no. ¡Contra veinteañeros! Para mí el baloncesto es una religión”.
Belinchón cuenta, en una buena entrevista que deja con ganas de más, el especial carácter de un tipo con personalidad que habla de publicidad, de internet, de Mad Men, e incluso menciona sus conversaciones con Phil Jackson. Cuando Lois habla de la exposición que le dedicó el MOMA en el 2008 a una selección de sus geniales portadas, el neoyorquino señala: “Allí se vio una cosa. La sorpresa. Publicidad, diseño... Todo es lo mismo. […] Siempre debes sorprender a la gente. Haz algo diferente. Y nunca hagas revistas para los lectores, hazlas para ti. Porque hay miles de publicaciones. ¿Y por qué te van a comprar?. Pon pasión”.

En la página web del AIGA (American Institute of Graphic Arts) se puede encontrar un buen resumen de la vida y obras de Lois, donde él mismo cuenta que en su momento recibió una beca de baloncesto para ir a Syracuse, “el baloncesto es un tercio de mi vida”. También lo que le dijo un día Paul Rand, otro de los mitos del diseño gráfico estadounidense, por teléfono cuando comenzó a triunfar: "You son of a bitch, did you see the Times this morning? You were an answer in the crossword puzzle!".
Buena parte de la prensa de prestigio ha perdido muchas de las señas de identidad que la hicieron referencia en algún momento. Ahora en las redacciones es difícil encontrar a tipos como Lois. Poco espacio para las personalidades fuertes, se prefiere becarios en situación precaria, enchufados, y titulados en master de la propia empresa. La crisis, la explosión de formatos desde los que difundir contenidos, la tiranía del mercado, o la claudicación de la calidad frente a intereses externos, han perjudicado sobremanera la calidad de la información.
Cuando pienso en lo que se podría hacer desde clubes, departamentos de comunicación, medios, etcétera relacionados con el básquet pienso en hijos de puta como Nicholson y Lois.
“Hacer algo diferente, poner pasión, sorprender a la gente”. Palabra de Lois.