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sábado, 1 de septiembre de 2012

Carne Cruda Realidad

Tomás Fernando Flores, nuevo director de Radio 3 tras los últimos cambios en RTVE, justificaba el cese del programa Carne Cruda señalando que se producía porque “ni cabe en Radio 3 ni se corresponde con el rigor necesario en una emisión pública”, además de señalar que el programa que dirigía Javier Gallego es, en su opinión, “sensacionalista” y propio de una “radio pirata”.


En una época en que desgraciadamente las opiniones cuentan más que los argumentos, la confirmación de algo que parecía previsible en los últimos tiempos es un jarro de agua fría a los oyentes de Radio 3, por más que alguien quiera pensar que los damnificados son sólo aquellos que gustan de las Radios Piratas. Emisiones que por cierto, tienen la virtud de estar realizadas por lo general por amantes voluntariosos de la radio. Un formato en recesión en estos tiempos de monopolios comunicativos.

En 1977 Las Ediciones de La Piqueta publicaba un pequeño libro titulado De qué va el rock macarra, escrito por Diego A. Manrique. En el texto, el conocido 'crítico musical' señalaba que “las formas que mejor representan la experiencia de vida urbana de un altísimo porcentaje de los jóvenes son aquellas que acentúan los elementos tradicionales del rock: volumen, ritmo pesado, agresividad, tensión, impacto, rebelión, sexo, desafío, identificación entre músicos y público...”

En la misma colección publicaba en esos años Jesús Ordovas un libro titulado El Rrollo. Dos autores que seguro muchos oyentes echaran en falta en la actual Radio3, atacada por las derivas hacia el predominio de las músicas del mundo, entendidas estas desde un concepto amplio del término y no sólo desde su acepción discutible como estilo; el buenismo humanitario a golpe de susurro y retórica bienintencionada; o la cadencia plomiza de los locutores recargados en su propia sabiduría, con escasa chispa en su oratoria e incapacidad para transmitir. Poco queda de aquella Radio3 que enganchó con el público a golpe de calidad musical y personalidad propia no hace tanto.

En pleno Siglo XXI se cierre un programa como Carne Cruda que precisamente retornaba a esas características. Milton Mezzrow, músico de jazz que complementaba su virtuosismo tocando el clarinete con oficios como contrabandista y “traficante de la mejor marihuana de Harlem”, señalaba en 1927 lo aburrido que sería “para cualquier músico con alma permanecer sentado en la cadena de montaje de una sinfónica. […] En el diccionario de cualquier músico de jazz, sinfonía significa esclavitud. El jazz y la libertad son sinónimos”.

La sinfonía ahora debe ser el “rigor necesario en una emisión pública”, y la actitud de Javier Gallego un reproche frente a los que pretenden que vivamos en sociedades de marionetas que se mantengan con mayor o menor gracia en la cadena de montaje. En la nueva RTVE ya no hay margen para el periodismo de voz propia, aquello fue un espejismo democrático efímero. Se ha regresado a la lógica de que las reglas las impone el dueño del balón. Desdichado tiempo en el que las expresiones disonantes se quieren limitar a un buzón de voz. Por mucha indignación que haya, nunca habrá respuestas, habla chucho que no te escucho. Las opciones que nos quedan las barruntó Lou Reed en Perfect Day: “damos de comer a los animales del zoo. Después una película y luego a casa”. Terrible paisaje.

Me queda la duda de si el “sensacionalismo” se refiera a la música o al mensaje del locutor. Igual es que, utilizando las teorías de Manrique hace 35 años, ya no es el momento ni del “impacto” musical ni mucho menos de la “identificación entre músicos y público”, cualidad que había logrado Javier Crudo en estos tres años en las ondas de Radio3. Y es que Carne Cruda se realizaba desde la calidad técnica y la independencia. Poco mérito en una sociedad narcotizada a golpe de radio fórmulas y mediocridad informativa. La determinación de los oyentes para apoyar el programa en redes sociales y a pie de calle es una muestra de que lo que se pierde es mucho para una parte de la población. Algo que casa mal cuando el “interés público” es que todos podamos ver el fútbol y cantar los goles cuando lo diga el locutor.

Otra avión que se marcha a no sabemos dónde. Siempre nos quedará París.

PD1: Aquí dejo el programa que se emitió el 22 de agosto pasado para hablar de mi libro 'El Ritmo de la Cancha', una grabación que fue un lujo gracias a la atención y el cuidado de Javier Gallego.

PD2: Mucho me temo que esto es un nuevo empujón en la dinámica de acabar con Radio3 por la exterminadora política del aburrimiento. Arma de notable éxito en estos últimos años. Suerte a los que siguen y valen.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Ricky Rubio, Norah Jones y Sasha Dobson

A Woody Allen le gustaba tanto Earl 'The Pearl' Monroe que lo comparaba con Marlon Brando. El director de cine hacía la analogía por la capacidad de ambos para seducir al público. Para Allen había grandes actores, que después de años de formación eran magníficos intérpretes, pero Brando tenía un don que pocos poseían, y para el cineasta neoyorquino esa virtud era parecido a lo que Monroe le trasmitía cuando estaba en una cancha de baloncesto, primero en Baltimore y luego en el Madison.



El baloncesto que a algunos nos gusta tiene que ver con con la capacidad de improvisar sobre una melodía, de disfrutar en una cancha colectivamente, y de trasmitir sensaciones. Ejemplos de jugadores que han logrado eso hay muchos, Earl Monroe fue uno de ellos.

De Ricky se ha hablado tanto, bueno y malo, que ya cansa el reiterado debate sobre sus capacidades. Entre sus detractores hay carnaza mirando su etapa en el Barça y algunos momentos en la selección, entre sus partidarios están los que admiran su virtuosismo plagado de momentos y highlights. Para mí, como ya he comentado en alguna ocasión, sus cualidades son indiscutibles y, por encima de las estadísticas,los gustos y otras zarandajas, tienen que ver con una calidad técnica al alcance de pocos. Pero además es que creo que Ricky Rubio sabe seducir con el balón a los compañeros que juegan con él, si estos son capaces de entrar en el ritmo y la improvisación que marca su melodía. Y eso al público que admira el baloncesto como si se tratara de otras disciplinas artísticas, como la música o el cine, nos gusta.

Despido el año con un tema musical elegido como mejor colaboración coral del 2011 por los oyentes del programa de Toma Uno que dirige Manolo Fernández en Radio 3. Una maravilla a cargo de Norah Jones y Sasha Dobson. Un tema, Bull Rider, que se podría aplicar al bueno de Ricky.



Espero que el 2012 cumpla vuestras mejores expectativas; que disfrutemos de buen baloncesto; que “el inicio del inicio” nos pille preparados; y que el Estudiantes, en todas sus acepciones y formas, se salve de la quema actual.

Un saludo y feliz año.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Occupy the NBA, los Gasol's brothers, Urdangarín..

El pasado 22 de noviembre el Senador Malcolm A. Smith de la ciudad de Nueva York hizo un llamamiento a construir un “movimiento nacional de protesta contra el lockout”. El representante demócrata por Queens quería de esta forma unir para la causa revolucionaria a toda la tropa que se mueve entre las bambalinas de la mejor liga de baloncesto del mundo para llevar a la guillotina a los causantes de pérdidas económicas y vacíos emocionales: David Stren y Billy Hunter.


Pero el acuerdo entre los owners y los jugadores cuatro días después calmó los ánimos de un buen número de afectados que ya había expresado el apoyo a la propuesta. Surgía la iniciativa en el contexto del movimiento #OccupyWallStreet, que tras la acampada realizada el 17 de septiembre de 2011 en el Zuccotti Park de Lower Manhattan (NYC) se había extendido por todo el país para protestar por el poder absoluto de las empresas y la evasión fiscal sistemática del 1% más rico del país en detrimento del 99% de la población restante.

Así fue como el debate que se estaba produciendo en la sociedad estadounidense a partir del levantamiento de Nueva York llegaba hasta la NBA en el contexto del lockout. Dave Zirin (para mí uno de los periodistas deportivos más interesantes que hay hoy en día) escribía de este asunto en su blog Edge of Sports, precisamente con el título de Occupy the NBA. Zirin hablaba de los “miles de trabajadores con bajos salarios, la gente de limpieza de los pabellones, del estacionamiento de los coches” que se habían quedado sin blanca por un enfrentamiento entre "billonarios y millonarios" como muchos, entre ellos Derrick Rose, han afirmado que era. “En algún lugar de Phoenix hay un chico vestido de gorila con un letrero que dice: 'Tus mates a cambio de comida'”, en referencia a The Gorilla la mascota de los Phoenix Suns. Pero Zirin advertía que quizá los jugadores eran tan miembros del 1% de privilegiados como los propietarios.

Etan Thomas, con una larga experiencia en la NBA, vicepresidente de la asociación de jugadores (NBPA), miembro del grupo de negociación en el lockout, y que además es un destacado poeta y activista por los derechos sociales en Estados Unidos, contestaba a Zirin desde ESPN. “Si tu jefe llega y dice: 'escucha, sé que estamos teniendo unos beneficios récord globales en cuanto a ingresos totales y el año más lucrativo en la historia, pero hay algunas decisiones individuales con las que no estamos contentos y necesitamos hacer recortes de sueldo masivos. Necesitamos llegar a un acuerdo para construir nuevas reglas y hacer más fácil deshacerse de ustedes.' ¿Cuál sería tu reacción? Dirías, 'algo de dinero es mejor que nada de dinero', o sería reunir el resto de sus compañeros y protestar”. Por eso, a juicio de Thomas, el lado de los jugadores era el del 99% de la sociedad, a pesar de reconocer que algunos jugadores eran unos privilegiados respecto a buena parte de la población.

Pero el debate amainó tras desbloquearse las negociaciones. En los días posteriores al acuerdo en la NBA, el lanzamiento de misiles en forma de jugador a distintos puntos de la geografía estadounidense fue tal, que parecía el tablero de guerra nuclear de la película Teléfono Rojo Volamos Hacia Moscú. Nada nuevo si no fuera porque los Lakers habían decidido mandar a Pau Gasol a Houston, tras breve escala en Nueva Orleans para repostar y chocar la mano con Luis Scola. Una putada en toda regla que alejaba al de Sant Boi de la farandula angelina, los anillos de púrpura y oro, y las tertulias con Antonio Banderas y Placido Domingo en Sunset Boulevard.


Como ocurrió en Juegos de Guerra la tragedia se evitó sin saber muy bien cómo, al menos hasta nuevo aviso. Pau Gasol me dio la sensación por primera vez de ser un poco softy al declarar que la NBA era “cada vez más un negocio y menos un deporte”. Una afirmación sabida desde tiempo inmemorial y que sorprende si realmente lo descubrió el genial pivot de los Lakers tras verse tratado como un cromo en el patio de un colegio. Quizá, lo ignoro por completo, el BBVA tuvo que echar mano del teléfono rojo para evitar que sus clientes perdieran una referencia tan exitosa...

Por otra parte, en la vuelta al cole, Marc Gasol renovó por los Memphis Grizzlies, con un contrato de cuatro años por 58 millones de dólares. Una oferta de empleo poco habitual para un chaval de 26 años en estos tiempos que corren plagados de becarios y contratos basura; Rudy Fernández, que se vendió por algunos medios como “fundamental” en el roster de Mark Cuban hace unos meses, trasladó su residencia a Denver tras recuperar las sensaciones de sentirse querido en España; Calderón regresó a Toronto y la tranquilidad canadiense; y Ricky Rubio pudo por fin encontrarse con Kevin Love en Minnesota. La NBA ha levantado el telón.



No hay que alarmarse, los motivos para la protesta que sugería el Senador Malcolm A. Smith han desaparecido. Los camareros del Madison, el Staples, o cualquier cancha de la NBA, seguirán vendiendo "BudSpencers" y gin tonics durante los partidos, los aparcacoches latinos seguirán viviendo de las propinas, y The Gorrilla seguirá haciendo cabriolas para llegar a fin de mes mientras Steve Nash atiende a las indicaciones del coach Alvin Gentry en la banda.

Por aquí tampoco hay motivos para ejercicios perroflauticos: Indultado el consejero delegado del Banco de Santander; trasladado Iñaki Urdangarín al pabellón de los deportistas del Museo de Cera; y desahuciados de sus casas aquellos infelices que osaron comprarse un piso alentados por el ladrillo de Florentino y otros mecenas deportivos, la vida sigue, con sorpresas tan gratas como que Miles Davis saca un nuevo disco veinte años después de su muerte. Una buena noticia para aquellos que creemos que el baloncesto y el jazz, por encima de sus tiempos y circunstancias, tienen algo en común: su capacidad para sorprender e improvisar a partir de una base maravillosa.



Sea como fuere, toca disfrutar de la buena música y el buen baloncesto. El resto, como diría James Carville: “es economía, estúpido”.

Feliz año 2012, y mucha suerte con vuestros proyectos.

PD: Por cierto, estoy participando en el concurso de blogs del diario 20 minutos, si os apetece entrar y que merece la pena votar por el Sputnik os dejo aquí el enlace.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Jazz & Basketball

Wynton Marsalis (Nueva Orleans, 1961) es uno de las referencias más importantes del jazz actual. Marsalis es trompetista, compositor y arreglista. Se trata del músico de jazz de mayor impacto mediático de los últimos veinticinco años y uno de los grandes trompetistas de la historia.


Marsalis es muy crítico con las derivas hacia la fusión del jazz, y reivindica las esencias más auténticas del jazz acústico, con dos referencias claras Freddie Hubbard y Miles Davis. Además es un estudioso del sonido de Louis Armstrong y Duke Ellington. Por si fuera poco, Wynton Marsalis es un apasionado del baloncesto.

En el vídeo que cuelgo a continuación, realizado por The New York Times, Marsalis hace una genial exposición sobre la relación entre el jazz y el baloncesto, entre el virtuosismo y las formas, y la aplicación de variaciones en cualquiera de las dos disciplinas. Para Marsalis el arte tiene que ver con el alma humana y cualquiera puede llevarlo a lo más grandioso. Esa grandeza del arte nunca envejece, ni la de Louis Amstrong ni la de Bob Cousy, se puede tocar o jugar más rápido, pero el arte grandioso prevalece. Señala que los músicos hablan a través de las épocas y no tratan de ganar a nadie, sino de compartir un don, como en el caso de Amstrong. Nadie podrá nunca tocar como él, o escribir como Shakespeare, será distinto.



Luego Marsalis coge la trompeta y pone un ejemplo entre el individuo, el grupo, y la improvisación, al hablar de genios como Earl Monroe. Poner en comunicación las distintos elementos de una banda o un equipo, desde la improvisación, para mantener un ritmo colectivo. Con una jugada todos los protagonistas están llegando a lo mejor, cuando cada persona realmente sabe su función desde esa perspectiva colectiva. Cuando todos y cada uno de los jugadores alcanza esa brillantez individual, en la que se puede improvisar en la misma sintonía que el resto al servicio del grupo, se está alcanzando la perfección, un equipo invencible, como ocurrió con The John Coltrane Quartet o con The Miles Davis Quintet en los '60.

PD1: Me voy unos días de Madrid, aprovechando el puente, así que, en principio, no actualizaré el blog hasta la próxima semana. Un pequeño descanso.

PD2: Este blog tiene sentido porque cree en cosas como las que señala Wynton Marsalis.

PD3: Una última recomendación: escuchar su música.

viernes, 18 de septiembre de 2009

take five . david brubeck 4tet

Absolutamente maravilloso. Yo lo conoci gracias al gran Limontxello. Brubeck ha sido fuente de inspiración del acid jazz, además de icóno del jazz elegante.

Ha escrito numerosos estándares del jazz, entre los que se incluyen In Your Own Sweet Way y The Duke. El estilo de Brubeck oscila entre lo refinado y lo exuberante, reflejando influencias de la música clásica y atreviéndose con la improvisación. En mucha de su música emplea las marcas del tiempos, con las que experimientó a lo largo de su carrera, grabando Pick Up Sticks en 6/4, Unsquare Dance en 7/8 y Blue Rondo à la Turk en 9/8.



Su habitual compañero musical, el saxo alto Paul Desmond, escribió el tema más famoso del Dave Brubeck Quartet, Take Five, un clásico del jazz compuesto en 5/4, del que aquí dejo el video.

Una buena forma de relajarse antes de la semifinal contra Grecia. Música en estado puro.

viernes, 12 de junio de 2009

Madlib - Slim's Return (Paejazz y buen basket)

Como el asunto del baloncesto viene con una calidad impresionante, pues habrá que subir también el nivel de la música. Ayer dos finales de partido brutales, el de ACB con el triple de Basile (su única canasta en todo el partido), para dar ventaja al Barça en la final frente al Baskonia, y el de el final con prórroga del cuarto partido entre Orlando Magic y Lakers.

Mientras algunos corresponsales en USA nos cuentan, de foma algo oscena, el tedio que les produce las atracciones de DisneyWorld, los partidos han entrado en una dinámica frenética. Perfecto para el espectáculo, mejor para Gasol, el anillo más cerca.

A la música.



Madlib es "un productor, multiinstrumentista, MC y DJ residente en California". Me pasa algo de su trabajo Knattack, como una "evolución musical desde el hip-hop".

En el año 2000, editaría su primera referencia con su alter ego extraterrestre Quasimoto, The Unseen. El disco fue aclamado por la crítica y considerado uno de los mejores del año. Quasimoto fue también la revelación del año según la publicación Hip Hop Connection. Madlib consigue la particular voz de pito del extraterrestre grabando sus raps sobre beats ralentizados y devolviendo la grabación a la velocidad normal más tarde. A partir de ahí Madlib ha realizado multitud de trabajos, alejándose del hip hop para buscar sonidos más cercanos a las sesiones de dj´s y con influencia de jazz. A mí me ha dejado impresionado este tema y este vídeo.

Espero que a MoSweat, que celebra primer aniversario de su blog estos días, le guste.

PD: El domingo la "cooperativa de diseño y comunicación" FREEPRESS, donde trabajo, organizamos una PAEJAZZ en El Solar, a partir de las 13h, en la calle Olivar 48, metro Lavapiés. Os animo a pasaros porque va a ser un buen evento.


El Solar es un espacio autogestionado por vecinos, donde funcionan varios proyectos desde y para el barrio. Allí es donde, por ejemplo, se organiza cada año la Muestra de Cine de Lavapiés, que proyecta películas en diferentes espacios del barrio de forma gratuita, o el taller de reciclaje y reparación de bicis. Parece que ahora el Ayuntamiento quiere terminar con esta experiencia colectiva de participación ciudadana. Un clásico exterminador, muy propio de esta ciudad y esta administración.

El domingo paella, y jam session de Jazz para celebrar que existan este tipo de iniciativas. Esto también es ba-lon-ces-to, al menos para mí.

viernes, 29 de mayo de 2009

Ray Charles. Hit the road Jack!

El pasado lunes, en La2 de TVE, pusieron la película Ray (2004), basada en la vida del popular músico afro americano. Interpretada de forma brillante por Jamie Foxx, la película cuenta la vida de Ray Charles como músico, su difícil infancia, su progresiva adicción a la heroína, así como la exitosa carrera de un virtuoso del piano, ciego desde los siete años.



Hit the road Jack!, es una canción escrita por el artista Percy Mayfield, y grabada Ray Charles. La canción llego al número 1 de la lista de ventas en el año 1961 en Estados Unidos.
El tema es un diálogo entre Ray Charles y sus Raylettes, el coro femenino liderado por Marjorie Hendricks. Precisamente esta última, se encarga de rechazar con una contundente voz las súplicas amatorias de Ray, “No more, no more, no more”. Y le repite diciéndole que como no tiene dinero, ya no le sirve.

Ray Charles (1930-2004) vivió el tiempo álgido de la segregación y la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Charles además fue un precursor de la mezcla de sonidos y ritmos, tocando géneros como el gospel, el jazz, el blues e incluso el country.

Por cierto, de las muchos covers que se hicieron de esta canción, recomiendo la versión reggae grabada en 1976 por el artista jamaicano Big Youth.