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jueves, 28 de abril de 2011

De Marcy Houses al Garden (NYC I)

Marcy Houses es un complejo público de viviendas, situado en la zona de Bedford en Brooklyn, Nueva York. Más de 4000 personas -mayoritariamente afroamericanas- viven en los distintos edificios que lo componen, que están acompañados por varias zonas de recreo en las que hay cuatro canchas de basket. Allí nació Jay-Z, rapero, productor musical, auténtico ídolo de la ciudad gracias -entre otras cosas- a su canción Empire State of Mind, reconocido amigo de los más pintones jugadores NBA, y copropietario de los Nets.

Marcy Houses, Brooklyn (NYC)

Jay-Z ha descrito varias veces a las Marcy Houses como un lugar peligroso para vivir, donde el intercambio de disparos con armas automáticas era moneda corriente, y donde el crack era la chuchería preferida de muchos de sus paisanos. Un ambiente parecido al que describe la serie The Wire, basada en el las historias de la zona oeste de Baltimore, The Phamacy, donde se crió Carmelo Anthony tras salir precisamente de Brooklyn con ocho años.

El esperado regreso de los Knicks a la zona de playoff desató en la ciudad mucha atención. Por Manhattan era fácil encontrar anuncios con el rostro de Stoudemire, y del propio Carmelo Anthony, decorando multitud de promociones entorno al evento. Volvía el baloncesto de calidad al Madison Square Garden (The World's Most Famous Arena), y la ciudad esperaba la resurrección tras tantos años de mediocritud.

Cartel junto al Madison. Foto: JKB

Los dos primeros partidos en Boston había alimentado la posibilidad de hacer algo importante en la eliminatoria frente al equipo de Doc Rivers. El propio The New York Times se felicitaba por las buenas sensaciones que anunciaba el equipo de D'Antoni, y aprovechaba para poner en valor el trade con Denver, del que se habría logrado un equipo “más maduro” que el de antes de la operación.

Sin embargo las ilusiones se difuminaron pronto. El pasado viernes 22 los alrededores del Garden eran un auténtico hervidero. Promociones, concursos, aficionados, y reventas (650 U$D la más barata) se agolpaban en las inmediaciones. En la entrada el desfile del público incluía celebrities, empresarios rusos, familias acomodadas de Manhattan, y entronizados ex miembros de las Marcy Houses, o de otros rincones oscuros de Brooklyn, Harlem, o Bronx.

El viernes y el domingo en NYC los Knicks dieron una pobre imagen, con pocas posibilidades de competir contra los veteranos Boston Celtics, que, liderados por un brillante Rajan Rondo, dejaron claro que su intención era ir a Nueva York sin billete de vuelta. La lesión de Chauncey Billups, y los dolores de espalda de Stoudemire eran una pantalla perfecta para tapar otras carencias.

En McSorley's, una taberna mítica. Foto: JKB

En estos días en Nueva York he podido vivir parte del ambiente que ha generado el regreso de los Knicks a los playoff. En las tabernas irlandesas que rodean el Madison el público blasfemaba ante los errores del equipo, mientras las cervezas iban cayendo poco a poco, pero en lugares como las Marcy Houses todo eso queda muy lejos. De todo esto iré hablando en los próximos días, cuando ordene el material que he sacado de mis visitas al Bronx, de la conversación con Felipe Lopez sobre NBACares, de cómo se plantea el futuro en el Madison Square Garden, y de los otros baloncestos de la ciudad.

Con Felipe Lopez en NYC

En la agenda quedaron otros contactos, mi cita con Allan Houston se frustró por los resultados del equipo de D'Antoni, pero mi alojamiento junto a las Marcy Houses fue un buen lugar desde el que mirar lo que ocurría en esos días en Nueva York. Mientras tanto el baloncesto prevalece.

martes, 22 de febrero de 2011

Carmelo Anthony: ‘Stop Snitchin’

Carmelo Anthony (1984) nació en Red Hook, en Brooklyn. Su padre, de origen puertorriqueño, murió de insuficiencia hepática antes de que Melo cumpliera los tres años, dejando mujer y cuatro hijos.

Con ocho años se trasladó a vivir a 'La Farmacia', en la parte oeste de la ciudad de Baltimore, donde se desarrolla buena parte de la trama de la serie The Wire. Allí sus colegas fueron gente como Marlo Stanfield, Slim Charles, o Bodie Broadus.



En 2004 la gente de las esquinas editó un DVD titulado Stop Snitchin (prohibido chivarse). El mensaje del vídeo era muy ilustrativo: ojo con chivarse de quién es quién en el guetto, cuidado con hablar con la policía. “¿Qué os molesta esa gente? ¿No sabéis que tienen hijos que alimentar?” dice a la cámara uno de los portavoces. Carmelo Anthony asiente a su lado, y ríe la intervención. Aunque Melo es uno de los reyes de la NBA, el barrio siempre es el barrio. Ya lo dice el bueno de Bubbles, "hay una línea muy fina entre el cielo y esto".

Kenny Minor, amigo de la infancia de Melo, comentaba en 2006 al periódico Rocky Mountain News de Denver: “hemos visto todo lo que imagines, desde drogas a asesinatos, en las partes más duras de la ciudad”. Baltimore no es precisamente Venice Beach.

Carmelo Anthony dijo que se trataba de una grabación privada, realizada sin su consentimiento, y que no sabía que iba a ser un documento público. Quizá fue grabado con una cámara como la que le birlaron al detective Thomas 'Herc' Hauk, y esa es parte de la gracia.

La llegada de Carmelo a Nueva York eclipsa la información sobre el pasado All Star Weekend. En la NBA los acontecimientos suceden como si estuviéramos viendo la película Fast and Furious, y no queda tiempo para mirar por el retrovisor. Carmelo Anthony ya está en los Knicks, y eso supone la salida de Wilson Chandler, Danilo Gallinari, Raymond Felton y Timofey Mozgov. En Nueva York se encontrará con su amigo Stoudemire que suspiraba sin recato por la llegada de Melo. En The New York Times ya lo anuncian como “la pareja más eléctrica en décadas” que ha pisado el Madison Square Garden.


Sea como fuere, habrá que ver si Carmelo Anthony cumple las expectativas de un equipo en permanente construcción, de una ciudad que, como dice Gonzalo Vázquez, en una genial entrevista para Solobasket, “tiene mil veces más canastas que rascacielos”, y de unos colegas del barrio para los que Carmelo es uno más. Aquél del que estaría muy orgulloso Avon Barksdale.

PD1: Para saber más sobre la relación entre The Wire y el basket, echar un vistazo a este artículo que me ha servido de referencia para el post: El baloncesto según 'The Wire', en el blog Otras Pelotas.

martes, 8 de febrero de 2011

25 GIGANTES años

El portero del edificio donde yo vivía de pequeño se llamaba Juan José, era un tipo cerrado y enjuto, de origen extremeño y de pocas palabras. El kiosko de prensa que había frente a la casa lo llevaba Joaquín, que había nacido en Valencia, y era todo lo contrario, alegre y dicharachero. El día que apareció sin peluquín fue una revolución en el barrio. Ambos habían sido emigrantes, el primero en Suiza y el segundo en Alemania, y los dos chapurreaban algo de alemán. Mi compañero de clase Juan Segarra vivía cerca, así que cada mañana su madre nos llevaba en coche al Ramiro, en su Seat 124 blanco.


Yo aprovechaba para bajar un rato antes al kiosko, y hacer tertulia con Juan José y Joaquín. El tema siempre era el fútbol, Juan José era acérrimo atlético y Joaquín apasionado madridista. Yo me hice del Barça, y así el encuentro a tres bandas era más divertido. Todos los días, a la misma hora, en el mismo sitio.

En mi casa la prensa era una religión. Se compraba el periódico a diario, y todos los hermanos (somos seis) esperábamos el momento de la siesta de mi padre para quitárselo de las manos y poder leerlo. Era parte del juego, entre sus ronquidos ver quién tenía la habilidad de llevarse el periódico sin despertarle. En mi casa se podía leer, según la temporada, El País, El Mundo, El Sol, El Independiente, ABC, La Vanguardia, y, durante su corta existencia, Liberación.

Ocurrió que un día había una novedad en el kiosko. Una nueva publicación de baloncesto, Gigantes del Basket. Yo ya estaba en la cantera del Estudiantes y el deporte de la canasta era mi pasión. Además se vivía un momento de esplendor con el baloncesto, en buena parte por lo que supuso el famoso madrugón de la final de las olimpiadas de Los Ángeles 1984 un año antes.

El 11 de noviembre de 1985 bajé al kiosko como todos los días, Joaquín ya tenía preparado mi ejemplar y la conversación por primera vez no fue sobre fútbol. En la portada, con una cabecera que ahora me parece brillante en su diseño, Fernando Martín; en la quinta página el resumen del partido entre el Estudiantes contra el Clesa (103-81), que yo había vivido en directo en el Magariños unos días antes; columna sobre la Lega de Dan Peterson; entrevista a Andrés Jiménez (uno de mis referentes por su juego y su pasión por los comics); y reportaje sobre Pat Ewing, entonces rookie de los Knicks. Era el principio de una larga amistad.

Foto de cantera del Estudiantes en 1984. Ahí estoy yo.

A partir de ese día los martes la tertulia con Joaquín y Juan José era de baloncesto, yo recogía la revista y les hacía un breve resumen tras un primer vistazo. Quién era el tipo de la portada, quién iba primero en la clasificación, qué era y que pasaba en la NBA, quién era el Oso Pinoso y cómo machacaba David Russell saltando niños. Y en mi casa ese día podía ceder la pelea por el periódico hasta terminar de leer el ejemplar de Gigantes del Basket.

'Mejora tu Basket'. Coleccionable de la Revista Gigantes sobre fundamentos individuales y colectivos.

Hoy he comprado mi ejemplar en la Plaza de Lavapiés, a una kioskera que es un encanto pero con la que no hay mucha tertulia. El kiosko de Joaquín cerró hace muchos años, y él desapareció, por lo visto su licencia era ilegal. Juan José se jubiló -a los 65 años- y volvió a su pueblo de Extremadura. En estos 25 años ha pasado de todo. Ya no hay Pacto de Varsovia, ni marchas a Torrejón, ni EGB, ni BUP, David Russell ya no vuela, y dudo que mi hija conozca algún día un programa de televisión tan bueno como La Bola de Cristal.

Eso sí, el Ramiro de Maeztu sigue en la calle Serrano 127, en el Magariños continúa habiendo ba-lon-ces-to a diario, y Gigantes del Basket sigue escribiendo cada semana sobre lo que ocurre en las canchas. Las redes sociales e internet han revolucionado el mundo de la comunicación, y a través de twitter uno puede conversar con los que antes sólo veía en fotos. Hay bloggeros que le roban horas a la noche para escribir excelentes bitácoras. David Simon nos regaló una joya llamada The Wire. En El Cairo soplan vientos de libertad, y Lavapiés bulle al ritmo de muchos mundos, a pesar de que algunos se empeñen en poner puertas al mar. Aunque ya no sea todo igual, la vida es larga y los tiempos de vida excelentes. Motivos suficientes para felicitarse.

PD: Este homenaje llega unos meses tarde, pero me apetecía no dejarlo pasar.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Marta Domínguez, WikiLeaks, y el Estu...

Este fin de semana en el Pabellón Marta Dominguez no jugó el Palencia Basket. El calendario obligaba a visitar la cancha del Grupo Iruña en Pamplona. En la capital navarra el partido se resolvió en la prórroga, con derrota de los palentinos por sólo dos puntos, 74-72, en el polideportivo Anaitasuna. Mala suerte para un equipo que ya ha perdido tres partidos en la prórroga y que ocupa la parte baja de la tabla en LEB Oro.

Polideportivo Marta Domínguez en Palencia

No sólo el equipo atraviesa un momento delicado. El Pabellón Marta Domínguez se ha quedado “obsoleto”, y el Ayuntamiento de la ciudad planea desde hace un tiempo una reforma integral, el alcalde Heliodoro Gallego declaró hace unas semanas que “no será un simple lavado de cara”, sino algo serio. Visto el devenir de los acontecimientos de estos últimos días es muy posible que la reforma incluya el cambio de nombre...

WikiLeaks es un medio de comunicación de carácter internacional que publica, vía web, informes y documentos filtrados preservando el anonimato de sus fuentes. Nada excesivamente original sino fuera porque el material que publica es altamente sensible para gobiernos y administraciones. El pasado Abril sacaron a la luz un vídeo en el que se muestra el asesinato del reportero de la agencia Reuters Namir Noor-Eldeen, su ayudante, y nueve personas más, desde un helicóptero Apache del ejército de Estados Unidos. Esas personas no estaban realizando ninguna actividad sensible de ser reprimida por la fuerza. Reuters pidió explicaciones y después de casi tres años de silencio WikiLeaks aportó las imágenes de lo ocurrido...



Aquel documento, y otros referidos a la muerte de civiles en Afganistán e Irak, no tuvieron tanta trascendencia como las actuales revelaciones sobre el cableado de las embajadas de Estados Unidos informando de cuestiones tan sorprendentes como el gusto de Berlusconni por las velinas, los perfiles mediocres de nuestros gobernantes, o el servilismo generalizado de la clase política y bancaria ante las políticas del gobierno norteamericano. Nada que por otra parte no entre dentro de las lógicas de la hipocresía diplomática.

Hoy, en el diario El País, al hilo de la Operación Galgo y el affaire Marta Domínguez, el periodista Carlos Arribas nos cuenta como la policía supo antes del embarazo de la atleta palentina que buena parte de la familia de la deportista. Las escuchas policiales, que seguían la pista de la nueva banda del doctor Eufemiano Fuentes desde hace meses, revelaron aspectos de la vida personal pero también, supuestamente, una importante cantidad de información sobre el uso y distribución de productos dopantes. La información -con fuente anónima- da una perspectiva de una intensa investigación policial.


Sea como fuere, no parece que en un país donde se premia hasta el exceso el éxito, y no el esfuerzo, sorprenda que haya héroes que decidan mantener su celebridad a cualquier precio. Por muchas medallas que ganemos, sin una cultura deportiva, de responsabilidad social, y de trabajo en la base será difícil revertir este ciclo de alegrías, decepciones y celbrities. Como con los documentos de WikiLeaks terminaremos poniendo más énfasis en la anécdota y el escarnio público que en lo verdaderamente importante.

PD1: El juego del Estu no termina de convencer, y se percibe cierto descontento en los pasillos del Magariños. La derrota del sábado contra el Cajasol (73-77) ha dolido porque lo contrario habría devuelto un aire favorable a repetir algo tan sorprendente como lo ocurrido la temporada pasada, la posibilidad de llegar a la Copa del Rey después de empezar el campeonato con un 0-5. Ya avisaba hace unos días Mattu cuando comenzó la remontada, vía twitter, citando al señor Lobo...

En lo que a mí repecta, hoy por la mañana el Estudiantes sub 21 rozó la gloria. Con sólo siete jugadores logramos hacer un buen partido contra Pizarro en su casa. Un encuentro que aprovechamos para poner en práctica algún nuevo recurso táctico que hemos empezado a trabajar. Al final 53-103 para nosotros.

(9-23 // 16-29 // 18-22// 10-29)

PD2: Leer sobre escuchas telefónicas, como seguidor de The Wire, me remite mentalmente al brillante detective Lester Freemon.

martes, 20 de abril de 2010

Avon Barksdale don't play tonight

Sobre la pista de Avon Barksdale me pusieron hace ya tiempo dos grandes periodistas: Carlos Boyero y Enric González. El primero señalaba en su columna de El País: “la importancia que imprime The Wire a las series de televisión es comparable a lo que supone para el cine la saga de El Padrino”, y añadía: “rechazo radical de los tópicos y del edulcoramiento, una atmósfera admirable, estilo, talento, complejidad emocional, mordacidad, acción, gracia, tragedia, peligro, magia, horror, reflexión, todos esos dones con los que nos enamora ancestralmente el gran cine”. Enric González escribía, en el mismo periódico, “ese terreno oscuro, hecho de secretos y confidencias, en el que policías y narcotraficantes conviven y llegan a comprenderse, es el punto de partida de The Wire”. Más tarde algunos amigos me advirtieron de la calidad del material, y ahora estoy atrapado por la genial producción de HBO.


Lo admito, soy un afortunado. He terminado la primera temporada y estoy a punto de comenzar la segunda. No me gustaría estar en la piel del que ha visto ya toda la serie (cinco temporadas cada una con un foco de atención distinto) y sabe que la trama no va a continuar, que no volverá a ver a unos personajes de los que te termina enganchando su jodida realidad. Igual que ocurre cuando tienes un buen libro en las manos, sabes que su final será un drama. Parece difícil volver a acertar con un título que llegue a gustarte tanto.

La primera temporada se centra en las luchas entre la policía y las bandas de narcotraficantes en el distrito oeste de Baltimore, visto desde ambos puntos de vista. Avon Barksdale es el que domina “el juego” en esa parte de la ciudad. Un tipo del que la policía apenas sabe nada, salvo que es el líder de un grupo dedicado a la distribución masiva de droga. No hay datos sobre él, tan sólo una foto de su etapa de boxeador en un pequeño gimnasio de barrio.

La policía no lo sabe pero Avon es un apasionado del baloncesto. Con frecuencia acude a echarse un tiros a canasta con su inseparable 'Stringer', con cierto parecido, pero en afroamericano y con otros roles en la organización, al abogado Tom Hagen que interpretaba Robert Duvall en la genial película de Francis Ford Coppola.

En el capítulo 9 de la primera temporada el barrio está desierto. Nadie en la calles, ni traficantes ni clientes, y los comercios cerrados. Una situación anómala. Los detectives Thomas 'Herc' Hauk y Ellis Carver localizan dónde está la gente. En un playground cercano se disputa un partido a cara de perro entre el Este y el Oeste del distrito. Nada que ver con el All Stars de la NBA, aquí el encuentro tiene un significado muy especial, aunque en apariencia el perdedor sólo debe invitar a una fiesta al equipo contrario y su gente. Pero hay más en juego: fichajes extras, intimidación al árbitro, sobornos, y apuestas.


Los detectives se pegan a la valla para ver cómo discurre el partido, se han situado sin quererlo junto a Preston 'Bodie' Broadus y Malik "Poot" Carr. Dos pequeños traficantes de calle que trabajan para Barksdale. 'Bodie' Broadus al advertir su presencia les pregunta: “¿No deberíais estar trabajando?”. El detective 'Herc' contesta “¿Y vosotros?”. “Estamos en un descanso” responde. “Pues nosotros también” interviene Ellis Carver.

En la cancha podrían estar Stephon Marbury, Allen Iverson, o Gilbert Arenas de jóvenes. En el guetto el jugón es un chico importante. Los detectives poco a poco se dan cuenta que allí están también los peces gordos, los que dominan el negocio. Los rivales de una guerra que trasciende la cancha de juego y que mueve muchos resortes de la ciudad.

Avon Barksdale también está allí, al igual que muchos de su familia que durante años se han dedicado al narcotráfico. El partido será el primero de una serie de acontecimientos que no había planeado. En su mente estaba ganar, pero no siempre salen las cosas como uno espera.

En ninguno de los bandos.

PD: Lo mejor, para quién todavía no la conozca, es conseguir The Wire, y disfrutar de un buen rato de cine y realidad social.

martes, 2 de febrero de 2010

Arenas Bullets, entre la realidad y la ficción.

El pasado 24 de diciembre, Gilbert Arenas, jugador de la NBA, apuntó con una pistola a la rodilla recién operada de su compañero de equipo Javaris Crittenton. Una situación que provocó el pánico en el vestuario de los Washington Wizards. Arenas, suspendido tras el incidente de la competición, simboliza el difícil transito entre el playground y la fama millonaria.


Los Washington Wizards eran conocidos hasta el año 1997 como Bullets. La Magia sustituyo a las Balas, como apellido de la franquicia de la capital de EEUU. Abe Pollin, el ex dueño de la franquicia que falleció el pasado noviembre a la edad de 85 años, consideró que en una ciudad con altos índices de violencia no era conveniente promover el imaginario de las armas desde el equipo de baloncesto. Washington es la octava más grande de EE.UU. con más de 5 millones de residentes, y el área metropolitana que forma junto a la cercana Baltimore tiene una población que excede los 8 millones. Entre 1963 y 1972 la franquicia estuvo instalada en Baltimore, pero, como ocurre con frecuencia en la NBA, el equipo se trasladó a un destino como mayor proyección.

The Wire es una serie de éxito con un protagonismo original, una visión realista de la vida en Baltimore. Muchos de sus personajes se basan en personajes reales y varios actores secundarios son amateurs que interpretan su propia realidad. En el número 117 de DIAGONAL se refería a The Wire como una muestra de “el fracaso del ideal de la igualdad de oportunidades en la educación; y la farsa de unos medios de comunicación más preocupados por las ventas y los beneficios que por la información”.


Gilbert Arenas (nacido el 6 de enero de 1982 en Tampa, Florida) podría ser un personaje más de la serie. Arenas siempre ha vivido con un pie en la realidad y otro en la ficción. Su madre quedó embarazada del futuro jugador siendo adolescente. Como ella tenía recurrentes problemas con la policía, Gilbert se crió en un hogar de acogida. Un par de años después su padre se hizo cargo del chico. El padre pasó de prometedor jugador de fútbol en la universidad, a ganarse la vida como actor de medio pelo. Se dejó ver en los dos primeros capítulos de Miami Vice y luego, tras trasladarse con su hijo a Los Ángeles, en pequeños papeles para Hollywood. Nada especialmente reseñable. Mientras,Gilbert Jr. empezaba a engancharse al baloncesto en los playgrounds de California.

No tuvo nunca las cosas fáciles, y pocos creían en él. El número 0 en su camiseta, se debe a que, en su época de high school, su entrenador le dijo que iba a jugar 0 minutos. No fue la última vez que se chocaría contra el muro de la desconfianza. La prestigiosa universidad de California (UCLA) no lo admitió porque “dudaba de su actitud y su rendimiento académico”, y finalmente marchó a Arizona, donde haría muy buenos números. Cuando aún le restaban dos años para terminar su ciclo universitario, decidió dar el salto a la NBA. En el draft de 2001 Arenas fue elegido en 2ª ronda por Golden State Warriors, una elección muy inferior a su rendimiento. Aún así supo reivindicarse como jugador. Su entrenador no contaba con él, pero terminó su primera temporada de titular. Ese año Gilbert acudía cada noche al pabellón de entrenamiento del equipo a ejercitarse. En 2003 ficharía por Washington convertído ya en una referencia de la NBA. Comenzó a sonreírle la suerte y figurar como una de las estrellas de la liga. En 2003, Arenas, recibió el premio al Jugador con mayor progresión de la NBA, y ha sido All-Star en tres ocasiones (de 2005 a 2007), en otras tantas fue elegido en los Mejores Quintetos de la liga.

Su suerte volvió a cambiar el pasado 24 de diciembre, Arenas y Crittenton, base suplente del equipo, se fueron calentando en el vestuario del Veriton Center, el estadio de los Washington Wizards. Unos días antes habían tenido una discusión por una partida de cartas. En el vestuario de los Wizards,Arenas decidió retomar el asunto. Ante el asombro y el pánico de sus compañeros, el bueno de Gilbert sacó de su taquilla una pistola, hizo como que la cargaba, y apuntó a su compañero de equipo. Crittenton también sacó un arma.

En la taquilla de Gilbert Arenas se encontraron cuatro armas sin munición. Arenas se tomó en un principio el asunto con ligereza, bromeó sobre su parecido con John Wayne, y pocos días después, en el partido que les enfrentaba a Filadelfia, realizó de forma irónica el gesto de disparar con las manos a sus compañeros durante el calentamiento. A David Stern, máximo dirigente de la NBA, lo ocurrido no le hizo ninguna gracia y retiró al jugador de la competición de forma indefinida. El mechandaising con su imagen desapareció de los expositores de la franquicia. Arenas se podría enfrentar a una condena de cinco años de cárcel. No tenía licencia para tener armas y en las normas de la NBA no se permite su posesión en los vestuarios. Pasados unos días Arenas reconoció publicamente un error, que podía significar el portazo definitivo a su carrera.


Mientras llega la fecha del juicio, Arenas y Crittenton han sido apartados del equipo por lo que resta de temporada. Según Stren “ambos han expresado arrepentimiento por sus acciones y la compresión de la gravedad de sus transgresiones”, además de comprometerse a “hacer trabajos comunitarios y convertir las lecciones aprendidas en un mensaje educativo para los demás”.

En EEUU mueren al año cerca de 40000 personas por armas de fuego. Gilbert Arenas cruzó la línea entre la ficción y la realidad, y fue declarado el malo de la película. Los medios de comunicación le crucificaron rápidamente, pero pocos consideraron que su actitud tenía que ver con unas circunstancias que nunca le fueron favorables, y que él interpretó el papel que siempre le habían asignado.

PD1: Mucho se ha publicado sobre el asunto Arenas. Yo me atrevo a recomendar varios artículos que he leído. Por un lado el del blog de Pirrimarzon, y el debate que suscitó en los comentarios; por otro el de David Alandete en El País del pasado 8 de enero; el de Antoni Daimiel en su blog; y, especialmente, el de David Carro en la Revista Gigantes nº1263.

PD2: Éste artículo saldrá publicado, parcialmente, en el número 119 del periódico Diagonal.