viernes, 14 de marzo de 2014

Del juego al estadio

Hace unos años, en un curso de formación de entrenadores de baloncesto de primer nivel, el profesor (también entrenador) preguntó al alumnado por cuáles eran los requerimientos para ser un buen entrenador. En el contexto del curso, uno de los alumnos señaló: “Ser una buena persona”. El profesor inquirió sobre el significado de la respuesta, a lo que el alumno contestó: “Que los jugadores se diviertan, que jueguen todos, que las decisiones sean justas, que les formemos para ser también buenos ciudadanos...”. El profesor frenó al alumno de forma tajante: “A divertirse no se viene al baloncesto, se va al parque de atracciones”. La anécdota es ilustrativa de las lógicas formativas en las que vivimos en relación al deporte. Hace no tanto, un entrenador de primer nivel señalaba la disquisición entre “divertirse” y “disfrutar”. Propuesta mucho más interesante para debatir, especialmente si hablamos de juego, deporte y ética. Pero la lógica más extendida -desgraciadamente- es la que señalaba el profesor del curso de entrenadores: La diversión no está en las prioridades actuales del deporte en edades tempranas, no digamos cuando se habita en el deporte de élite. Primero la victoria, luego ya veremos.

Mi nuevo libro, Del juego al estadio. Reflexiones sobre ética y deporte (Clave Intelectual, 2014), comienza por ahí. Escrito junto con Claudio Tamburrini, investigador del Centre for Healthcare Ethics de la Universidad de Estocolmo en Suecia, se trata de una conversación a dos voces alrededor de la ética y el deporte en diferentes contextos, desde las primeras etapas más relacionadas con el juego, hasta los procesos que se producen en el espacio hiperprofesional, donde las lógicas que imperan tienen multitud de derivas. Es un libro multideportivo, pero donde el fútbol ocupa un espacio importante, en buena medida porque su relevancia social es indiscutible.

Santiago Segurola, preguntaba a Pep Guardiola en el libro Fútbol y pasiones políticas: “¿Que te ha enseñado el fútbol?”. A lo que el técnico catalán respondía: “Adoro este juego, pero me ha enseñado lo que significa el egoísmo. Es un mundo que depende tanto de la prensa, del efecto mediático, de los poderes económicos, que no puede ser ni muy limpio, ni transparente”. Algunas de las secuencias que señala Guardiola están en Del juego al estadio: el éxito y su gestión desde edades tempranas; la ética que manejamos para hablar del deporte; las situaciones que se producen a pie de cancha; la cuestiones relacionadas con la política y la sexualidad; el lugar que ocupan la prensa y el espectáculo; el profesionalismo en relación a la salud y el dopaje. Asuntos poco habituales en el debate deportivo, cuando precisamente el deporte ocupa las preocupaciones de millones de personas en todo el mundo, expresadas por la importancia mediática que tiene.

Además el libro trata en un último capítulo la experiencia del propio Claudio Tamburrini, secuestrado por la dictadura argentina el 23 de noviembre de 1977 cuando era estudiante de filosofía de la Universidad de Buenos Aires y portero profesional del club Almagro. Claudio protagonizó, 120 días después de su secuestro, una espectacular fuga de Mansión Seré, centro de tortura de la Fuerza Aérea argentina durante el último gobierno militar. En su exilio en Suecia, donde reside hasta la actualidad, teorizó sobre la relación entre la ética y el deporte.

Hace unas semanas era noticia que el primer jugador abiertamente gay en activo en un deporte profesional estadounidense, Jason Collins, jugaba con los Brooklyn Nets. Al respecto, en mayo de 2013, Sports Illustrated realizó un número sobre la situación del jugador de la NBA. En el editorial de la revista se señalaba: “La declaración de Jason Collins en estas páginas demuestra, como pocas cosas, que no somos la nación que fuimos hace diez, cinco o incluso dos años. Parece una obviedad que su decisión prenderá la llama de más cambios. Pero cuando, como en este caso, nuestro mundo deportivo analizado hasta el infinito y salvajemente popular aparezca por fin como el último indicador rezagado de un cambio cultural que ya está teniendo lugar, la pregunta que habrá que hacerse es: ¿cómo hemos llegado a esta situación?”.


De eso trata el libro, de analizar y reflexionar sobre la situación actual del deporte. De sus derivas, negativas y positivas, en relación a las sociedades que habitamos y a los nuevos tiempos de vida que se plantean en relación al espacio que los ciudadanos debemos ocupar, dentro y fuera de una cancha, más allá de lo que señale el cronómetro o las interpretaciones mediáticas de una actividad física que genera enorme expectación e interés. Un debate también imprescindible y perentorio para los que firmamos éste libro, que cuenta con prólogo de Ángel Cappa y epílogo de Ángel Luis Lara. Espero que os guste el resultado.

PD: Os dejo algunos enlaces de noticias relacionadas con la publicación del libro.


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