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jueves, 28 de abril de 2011

De Marcy Houses al Garden (NYC I)

Marcy Houses es un complejo público de viviendas, situado en la zona de Bedford en Brooklyn, Nueva York. Más de 4000 personas -mayoritariamente afroamericanas- viven en los distintos edificios que lo componen, que están acompañados por varias zonas de recreo en las que hay cuatro canchas de basket. Allí nació Jay-Z, rapero, productor musical, auténtico ídolo de la ciudad gracias -entre otras cosas- a su canción Empire State of Mind, reconocido amigo de los más pintones jugadores NBA, y copropietario de los Nets.

Marcy Houses, Brooklyn (NYC)

Jay-Z ha descrito varias veces a las Marcy Houses como un lugar peligroso para vivir, donde el intercambio de disparos con armas automáticas era moneda corriente, y donde el crack era la chuchería preferida de muchos de sus paisanos. Un ambiente parecido al que describe la serie The Wire, basada en el las historias de la zona oeste de Baltimore, The Phamacy, donde se crió Carmelo Anthony tras salir precisamente de Brooklyn con ocho años.

El esperado regreso de los Knicks a la zona de playoff desató en la ciudad mucha atención. Por Manhattan era fácil encontrar anuncios con el rostro de Stoudemire, y del propio Carmelo Anthony, decorando multitud de promociones entorno al evento. Volvía el baloncesto de calidad al Madison Square Garden (The World's Most Famous Arena), y la ciudad esperaba la resurrección tras tantos años de mediocritud.

Cartel junto al Madison. Foto: JKB

Los dos primeros partidos en Boston había alimentado la posibilidad de hacer algo importante en la eliminatoria frente al equipo de Doc Rivers. El propio The New York Times se felicitaba por las buenas sensaciones que anunciaba el equipo de D'Antoni, y aprovechaba para poner en valor el trade con Denver, del que se habría logrado un equipo “más maduro” que el de antes de la operación.

Sin embargo las ilusiones se difuminaron pronto. El pasado viernes 22 los alrededores del Garden eran un auténtico hervidero. Promociones, concursos, aficionados, y reventas (650 U$D la más barata) se agolpaban en las inmediaciones. En la entrada el desfile del público incluía celebrities, empresarios rusos, familias acomodadas de Manhattan, y entronizados ex miembros de las Marcy Houses, o de otros rincones oscuros de Brooklyn, Harlem, o Bronx.

El viernes y el domingo en NYC los Knicks dieron una pobre imagen, con pocas posibilidades de competir contra los veteranos Boston Celtics, que, liderados por un brillante Rajan Rondo, dejaron claro que su intención era ir a Nueva York sin billete de vuelta. La lesión de Chauncey Billups, y los dolores de espalda de Stoudemire eran una pantalla perfecta para tapar otras carencias.

En McSorley's, una taberna mítica. Foto: JKB

En estos días en Nueva York he podido vivir parte del ambiente que ha generado el regreso de los Knicks a los playoff. En las tabernas irlandesas que rodean el Madison el público blasfemaba ante los errores del equipo, mientras las cervezas iban cayendo poco a poco, pero en lugares como las Marcy Houses todo eso queda muy lejos. De todo esto iré hablando en los próximos días, cuando ordene el material que he sacado de mis visitas al Bronx, de la conversación con Felipe Lopez sobre NBACares, de cómo se plantea el futuro en el Madison Square Garden, y de los otros baloncestos de la ciudad.

Con Felipe Lopez en NYC

En la agenda quedaron otros contactos, mi cita con Allan Houston se frustró por los resultados del equipo de D'Antoni, pero mi alojamiento junto a las Marcy Houses fue un buen lugar desde el que mirar lo que ocurría en esos días en Nueva York. Mientras tanto el baloncesto prevalece.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Mitch Kupchak en Madrid

El pasado fin de semana Mitch Kupchak (Nueva York, 1954) se paseó por distintas canchas de baloncesto de Madrid. Sorprendentemente la presencia del General Manager de Los Angeles Lakers pasó inadvertida para los medios de comunicación, y pocos aficionados reconocieron a un tipo de algo más de dos metros de altura, pelo canoso, y elegante porte. Kupchak vino acompañado de su inseparable asistente Ronnie Lester, y de varios ojeadores de los Lakers.

Ronnie Lester junto a Mitch Kupchak

Elegido en la decimotercera posición del draft de 1976 por Washington Bullets, proveniente de la Universidad de North Caroline, Kupchak disputó nueve temporadas en la NBA. Logró el campeonato con los Bullets en 1978, y en la temporada 80/81 fichó por Los Angeles Lakers, con los que lograría el anillo de campeón en 1982 y 1985.

La agenda de Kupchak en Madrid estuvo plagada de baloncesto. El viernes presenció el entrenamiento del equipo EBA del Estudiantes, donde juega Lucas Riva Nogueira, un pívot brasileño de 17 años y 2’12 que ya está en el punto de mira de varias franquicias de la NBA; el sábado asistió a la Caja Mágica para ver el partido entre Real Madrid y Joventut; y el domingo, estuvo por la mañana viendo el Fuenlabrada contra el Barça, y por al tarde en Vistalegre la victoria del Estudiantes frente al Unicaja.

Al final del partido en Vistalegre tuve la oportunidad de hablar con Kupchak, en el breve recorrido entre el pabellón y el taxi que le eperaba a la salida. “La NBA es muy distinta, pero me encanta el ambiente que se respira en el baloncesto europeo. Cada vez hay un nivel más fuerte, y las competiciones son apasionantes“.

“No es la primera vez que vengo a Madrid, he venido en varias ocasiones. La primera fue en 1974, con la Universidad de North Caroline jugando un torneo contra el Estudiantes y el Real Madrid”. Fue en la décima edición del Torneo de Navidad, que organizaba el Real Madrid cada año. Precisamente en la final contra el Real Madrid, los Tar Heels perdieron por 112 a 101. “Ni yo me lo creo” declaró luego Pedro Ferrándiz a la prensa. Junto a Kupchak estuvieron en Madrid, a las órdenes del mítico Dean Smith, jugadores como Walter Davis o Phil Ford, elegidos rookies del año en 1978 y 1979.

“Ahora vengo cada año, a ver muchos jugadores, no sólo en España, también en Italia, Grecia, y el resto de Europa. Me interesa ver a jugadores que se están desarrollando, que son buenos, y que pueden dar un salto importante a la NBA”. Sobre si Lucas Riva Nogueira es uno de ellos, Kupchak se muestra hermético, “en los Lakers estamos interesados en todo tipo de jugadores, no hay un modelo específico. Vemos muchos jugadores, analizamos su posible desarrollo, el interés del equipo… Son muchos factores a tener en cuenta, y hay que estudiarlos con detenimiento”. Sus ayudantes esbozan una sonrisa como única respuesta, aunque Adam Phillipe, uno de los ojeadores de los Lakers que han venido con Kupchak, añade “es un gran jugador“.

En draftexpress comparan a Nogueira con Hassan Whiteside, le mencionan como el jugador con “mejor proyección a largo plazo fuera de Estados Unídos”, y varios medios aventuran que podría entrar en la primera ronda del próximo draft.

Kupchak número 25 con los Lakers de la temporada 1985/86

Kupchat ganó un anillo jugando al lado de Elvin Hayes y Wes Unseld en los Bullets (1978), y otros dos con los Lakers (1982 y 1985). “Todos son muy buenos, y tengo grandes recuerdos. Pero el último contra Boston quizá fue el mejor. Aquella final fue increíble”. En 1985, en el sexto partido, en el Boston Garden, los Lakers rompieron la maldición y vencieron en unas finales a los Celtics por primera vez en su historia. Los Angeles Lakers que entrenaba Pat Riley, contaban ya con los principales protagonistas del show time, como Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar, James Worthy, o Byron Scott. Por su parte los Cetics de K.C. Jones, liderados por Larry Bird, tenían por referencias a Kevin McHale, Robert Parish, o Dennis Jhonson. Aquella fue una de las finales más recordadas de cuantas han disputado los dos equipos.

Kupchak se retiró poco después, pasando a formar parte casi inmediatamente del staff de los Lakers, primero como asistente de Jerry West, para luego, a partir del 2000, ocupar él mismo el puesto de General Manager. La llegada de Karl Malone o de Gary Payton fueron obra suya, pero también fue responsable de polémicas decisiones, como el traspaso de Shaquille O’Neal a los Heat.


Su mayor éxito, por el que el propio Kobe Bryant le felicitó públicamente, fue el inesperado fichaje de Pau Gasol el 1 de febrero de 2008. Con el catalán en el equipo de Phil Jackson, Los Angeles Lakers han llegado a las tres últimas finales de la NBA, logrando los dos últimos títulos. “Pau Gasol es fantástico, es un gran jugador y estamos muy contentos con él. Yo sé que en España la gente está muy orgullosa de Pau, y tienen motivos para estarlo”, sentencia Kupchak, antes de marcharse rápido al Hotel Palace junto a su comitiva.

PD: Este artículo es mi primera colaboración con la web NBAmaniacs. Para el sector más fanático de la NBA os recomiendo visitarla regularmente, porque hay colaboraciones de lujo...

miércoles, 9 de junio de 2010

Kareem Abdul-Jabbar, Jackie Robinson, y John Wooden

“El éxito es paz mental, que es el resultado directo de la satisfacción propia de saber que te esforzaste en hacer lo mejor de lo que eres capaz”.

John Wooden

La pasada semana estuvo en Barcelona Kareem Abdul-Jabbar. Venía para promocionar el partido que se celebrará el próximo 7 de octubre entre Lakers y Barça en la Ciudad Condal. El mítico pivot de Harlem no sabía todavía que, un par de días después de su llegada, el entrenador John Wooden moriría en el Centro Médico Ronald Regan UCLA de Los Ángeles, a los 99 años de edad.


Kareem concedió unas cuantas entrevistas a los medios de comunicación españoles, en la que la mayoría de periodistas le preguntaba por los actuales Lakers, la diferencia con su época de jugador, la rivalidad con Boston, su pronóstico de la final, y los secretos y virtudes de Pau Gasol. Preguntas, en general, bastante obvias.

Juan Ignacio Gallardo y Eduardo Schell en las páginas del diario Marca dedicaban más espacio que el resto de medios para entrevistar a una de las grandes leyendas del baloncesto del siglo XX. En la entrevista a Abdul-Jabbar le preguntaron cuál fue su modelo como deportista. Jabbar mencionó a Jackie Robinson, el jugador de béisbol que rompió la barrera de la segregación al ser el primer negro que participó en las Ligas Mayores.

Robinson debutó un día después del nacimiento de Kareem Abdul-Jabbar (entonces conocido como Ferdinand Lewis Alcindor, Jr.), el 15 de abril de 1947, en el equipo de los Brooklyn Dodgers. “Para la comunidad negra fue un pionero, un personaje clave, y además, un grandísimo jugador de béisbol. Lo tenía todo. Significó mucho, trascendió la barrera del deporte. Fue mi primer héroe, mi primer modelo a seguir”, señalaba Jabbar.


Casi treinta años después del debut de Robinson, en 1974, Hank Aaron, otro jugador de béisbol afroamericano, superó la marca de home runs establecida años antes por el mítico jugador blanco de los Yankees Babe Ruth. Los días antes a que Hank se acercara a la barrera del récord recibió numerosas amenazas de muerte y temió por su vida. Cuando por fin golpeó la pelota fuera del campo estableciendo un nuevo récord, un aficionado blanco se lanzó desde la grada para abrazarse a él y felicitarle, Hank Aaron torció la espalda en lo que pareció un gesto de miedo para protegerse de una agresión, y corrió sin mirar atrás hacia la base.

Tuvo que pasar mucho tiempo hasta la llegada de jugadores negros sin miedo a reivindicar sus éxitos, su talento, y su orgullo. Mucho más hasta llegar a la explosión internacional de merchandaising alrededor de figuras como Michael Jordan o LeBron James. Antes, muchos jugadores se tuvieron que ganar el respeto en una cancha de baloncesto, en una época y un contexto muy difícil. Sin duda uno de ellos fue Kareem Abdul-Jabbar.

Abdul-Jabbar ha declarado en numerosas ocasiones que John Wooden, su entrenador en UCLA, fue “algo muy importante en mi vida”. Antes del segundo encuentro de las Finales que enfrentan a Lakers y Celtics, el Staples homenajeo a John Wooden. Allí Kareem declaró: “Era mucho más que un entrenador de baloncesto. Para mi él fue una verdadera bendición en mi vida. Siempre estaré agradecido por poder ser uno de sus alumnos”.


Wooden nació en 1910 en Halls (Indiana), una de las plazas fuertes del Ku Klux Klan, pero nunca jugó bajo las leyes de discriminación del estado. En 1947 (el año en que nació Abdul-Jabbar y debutó Jackie Robinson), cuando el equipo de Indiana State fue invitado a jugar un torneo en Kansas, Wooden rechazó la invitación después de descubrir que la Asociación Nacional de Baloncesto Intercolegiado (NAIB), el patrocinador de la conferencia, no permitiría a su único jugador negro, Clarence Walker, participar. Esto ocurrió tres años antes de que Red Auerbach, nacido en Brooklyn, seleccionara en el Draft, para los Boston Celtics, al primer jugador afroamericano de la NBA, Chuck Cooper.

Me habría gustado poder entrevistar a Kareem Abdul-Jabbar, preguntarle más cosas sobre la lucha por los derechos civíles; los cambios en la sociedad norteamericana en los últimos 50 años; qué piensa de la polémica Arizona Bill y la postura de Los Suns; incluso sobre su prescripción médica que le permite fumar marihuana en el estado de California.

Pero especialmente me habría gustado preguntarle por lo que supuso un entrenador como John Wooden en la destrucción de las barreras raciales, en la formación de personas y jugadores dignos, en su concepción del baloncesto más allá de los innumerables éxitos deportivos que obtuvo.

Kareem es el mejor ejemplo.

viernes, 4 de junio de 2010

Amazing Pau

Lo comentaba Phil Jackson antes del primer partido de la final, el duelo entre Pau Gasol y Kevin Garnett será decisivo en la eliminatoria. Ayer en la victoria de los Lakers (102-89) pudimos ver la importancia del jugador catalán en el equipo angelino. Es pronto para pronósticos y especulaciones. Queda mucha serie, y la eliminatoria tiene que viajar a Boston, donde seguro que el ambiente será apoteósico. Pero me parece que estamos acariciando el principio del momento más puntero de un jugador que pasará a la historia del baloncesto.



Hace dos años Pau aterrizó en Los Ángeles desde Memphis. Un viaje parecido al que puede experimentar cualquier humano que se traslade del planeta tierra al espacio sideral. Gasol entonces flotaba en una nube que parecía increíble, salir de un equipo que atravesaba una dinámica plana y mortecina, en una ciudad cuyo único entretenimiento, prácticamente, era visitar el museo de Elvis, al equipo donde tienes a Jack Nicholson escupiéndote en el cogote cuando sacas de banda, y, en una ciudad donde ir a la playa, o pasear con el coche, es una auténtica alucinación.

Ayer Gasol fue el jugador de los Lakers que más tiempo estuvo en la cancha, 46:34 min., para 23 puntos, 14 rebotes, 3 asistencias, y 3 tapones. Unos números muy por encima de los de Garnett, que en 34:47 min., anotó 16 puntos y capturó 4 rebotes.



Doc Rives, el entrenador de los Celtics, dijo, sobre la actuación de Pau ayer, "Fue el mejor jugador en la pista. Hizo pases y jugadas increíbles y tiró a canasta cuando tenía que hacerlo". Hasta el presidente Obama declaró hace unos días que Pau es el mejor pívot que hay actualmente en la NBA.

Pau apunta como protagonista de un momento único también para nuestro baloncesto. Veremos qué pasa en los próximos partidos. Por lo pronto el de Sant Boi ha enseñado una nueva faceta, la del jugador maduro, que se reivindica cuando todos le esperan y lo asume con naturalidad. Que se preparen los Celtics...

miércoles, 19 de mayo de 2010

¿Cheers vs Sunset Boulevard?

Es complicado imaginar todo lo que se mueve estos días en la NBA. Por un lado unos finales de conferencia que parecen ir hacia una nueva edición de la más tradicional de las rivalidades, un Lakers-Celtics. Ante la sorpresa general, un equipo viejuno como Boston ha superado a rivales que se creía muy superiores. Cleveland, y, por el momento, Orlando, han visto que la esencia de los Celtics, el juego de equipo, ha superado a los conjuntos que gravitan en torno a uno o dos nombres propios.

No siempre fue así, tras los tiempos gloriosos de Bird, McHale, Parish, y compañía, los de Massachusetts pasaron una auténtica travesía del desierto. Hace dos temporadas la dinámica cambió. La combinación Garnett, Allen, más Pierce, logró recuperar los viejos laureles y ganar un anillo sin excesiva dificultad a L.A. Un nuevo tiempo de gloria para los orgullosos verdes que a buen seguro fue muy celebrado en Cheers.



Ahora Celtics vuelve a la carga con el mismo trio de estrellas y un base que se ha reivindicado como uno de los mejores en su puesto, al alcanzar cierta madurez y capacidad de decisión. Rajan Rondo, el mismo que metió 52 puntos al Estudiantes en la semifinal del Torneo Junior de L'Hospitalet del 2004 , con la camiseta de la OAK Hill Academy, ha asumido galones en un equipo que muchos daban por muerto y que todavía tiene mucho que decir en la NBA.

Por su parte, en el Oeste, los Lakers han funcionado con ritmo propio. Donde parecía que había pinchazo, al dejar marchar a Ariza por Artest, se ha demostrado que se trataba de un calculo perfecto. Un defensor a cara de perro, que genera mucha intensidad en los partidos decisivos. No parece que Los Suns tengan capacidad de colocar algún obstáculo en el camino de los chicos de Phil Jackson hacia la final. Además de Ron Ron, Pau Gasol determinante y regular, Odom enchufado saliendo del banquillo, Kobe en su particular mundo de fantasía, y Fisher siempre dispuesto cuando se trata de disparar sin margen de error.



De ser así, David Stren puede dar botes de alegría. El alto comisionado quería un enfrentamiento LeBron-Kobe, un atractivo más que suficiente para las NBA Finals, que dejara en caja toda la atención que está suscitando la estrella de Ohio. El nivel de paranoia colectiva que genera el futuro de LBJ era una apuesta suculenta para plantarla en una cancha frente a los mediáticos Lakers de Kobe Bryant. Perdida esa posibilidad, devolver a los espectadores el más tradicional de los enfrentamientos de baloncesto es suficiente motivo para estar contento. Si llegara el caso, un par de declaraciones calientes previas de Garnett y Artest, una reedición de camisetas con la leyenda BEAT L.A!, y alguna sugerencia de ejercicio zen desde California pueden ser suficientes para subir las audiencias.

Mientras, los focos también pasan por el sorteo que se hizo para decidir el orden de elección del próximo draft. Washington Wizards tendrá la posibilidad de elegir al número 1, que visto los últimos resultados no se sabe si es una suerte o una desgracia. La franquicia de D.C., muy probablemente, optará por elegir a John Wall, el eléctrico base de la Universidad de Kentucky. En cualquier caso, hasta que el 24 de junio no se prepare la ronda de elecciones en el Madison Square Garden, todo puede ocurrir. Especialmente si tenemos en cuenta que el verano va a ser movido en negociaciones, cambios de equipo, y ofertas de todo tipo.

Por último los Knicks han vuelto a ser protagonistas, y como suele ocurrir no por nada relacionado con el deporte. A Wilson Chandler, el joven alero de New York, le pilló la policía mientras conducía su Mercedes-Benz por Queens con una pequeña cantidad de marihuana. Quizá el bueno de Wilson buscaba evadirse de una realidad tan compleja como sobrevivir a la atomización de su equipo, con difícil capacidad de reconstrucción lógica.

Muchos asuntos para unos meses que se presumen calurosos.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Patrick Ewing Christmas Day. 1985-1986

Patrick Ewing fue elegido en el draft de la NBA de 1985 en la primera posición por New York Knicks, con un contrato estratosférico para un rookie. En su primer año sus números fueron de 20 puntos, 9 rebotes y 2 tapones por partido, lo que le hizo ser elegido rookie del año.

Esa misma temporada los Celtics de Boston recuperaron el dominio en la competición. En la temporada regular lograron 67 victorias y tan sólo 15 derrotas. La incorporación de Bill Walton, junto al crecimiento de Ainge, devolvería al equipo a su máximo esplendor. En su cancha los Celtics lograron un impresionantes record, al ganar 40 partidos de los 41 disputados como local, en una temporada que ganarían el anillo derrotando a los Houston Rockets de un joven Hakeem Olajuwon y de Ralph Sampson.

El 25 de diciembre de 1985, en el Madison Square Garden, y frente a aquellos Celtics de Larry Bird, Ewing reivindicó su dominio bajo los aros, e hizo de aquella noche un momento especial para la memoria de los neoyorquinos...



Un año después...

Llegaba al Madison otro jugador muy esperado por Ewing, y por los aficionados de los Knicks: Michal Jordan. Ambos ya habían coincidido en su etapa universitaria. En la final de la NCAA de 1982 ante Georgetown Hoyas, Jordan dio la victoria a los Tar Heels con una canasta de dos puntos en suspensión a escasos segundos del final para llevarse el campeonato, el primer éxito en su impecable carrera profesional. En el equipo rival se encontraba Patrick Ewing. Jordan recibió una beca para jugar al baloncesto en la Universidad de North Carolina, donde se especializó en geografía. En su primer año fue entrenado por el mítico Dean Smith, y fue nombrado el mejor jugador de primer año de la temporada (ACC Freshman of the Year), promediando 13,4 puntos por partido con un 53,4% en tiros de campo. Por entonces, Jordan era prácticamente un jugador dominante en la pista aunque, aun así, los Tar Heels no estaban liderados por él, sino por James Worthy, futura referencia de los Lakers e integrante del Salón de la Fama.

El 25 de diciembre de 1986, Jordan y Ewing se vieron las caras en el Madison. Jordan, que nació en Brooklyn aunque cambió pronto su residencia por North Carolina, dejó aquella noche detalles de su excelencia, como ocurre con todos los grandes jugadores que visitan Nueva York, pero no fue suficiente...



PD: Un último asunto. Os dejo un tema absolutamente delicioso, de Charles Sheffield, dedicado al gran Mo Sweat, a su blog, y a su música.

Disfrutarlo como yo hice está mañana.

martes, 15 de diciembre de 2009

Su Alteza Real

Estos días en distintos blogs se está dedicando espacio a uno de los mejores jugadores de baloncesto de todos los tiempos, y quizá uno de los más injustamente tratados. Hace unos días en Baloncestistas se podía leer una completa historia de su trayectoria como jugador,lastrada por malas temporadas personales y terribles lesiones. Bernard King, que nació en Brooklyn en 1956, jugó en la NBA durante 14 temporadas. Con 2,01 metros de estatura, jugaba en la posición de escolta, siendo uno de los 25 mejores jugadores de la historia de la liga en porcentaje de puntos.


Elegido en la séptima posición del Draft de 1977 por New Jersey Nets, no tardó en demostrar su valía, ya que ese mismo año promedió 24,2 puntos y 9,5 rebotes, lo que le valió ser elegido en el mejor quinteto de rookies del año.
El 31 de enero de 1984, jugando ya con los Knicks, hizo historia al convertirse en el primer jugador desde 1964 en anotar en dos partidos consecutivos 50 o más puntos. En la temporada siguiente, el Día de Navidad de 1984, anotó 60 puntos ante los New Jersey Nets, siendo el décimo jugador en la historia que conseguía esa cifra de puntos en un partido.



Al finalizar la temporada 1992-93, King anunció su retirada de las pistas, con 36 años de edad, siendo en ese momento el 16º máximo anotador de la historia de la NBA. El baloncesto todavía tiene una deuda con él, como bien cuentan en el blog A Place in South.

En 1984 Bernard dejó claro por qué era el Rey, y por qué sería una leyenda. El gran Mo Sweat habla en su blog de esta temporada, una de las mejore de la historia de la NBA. En los play offs los Knicks se enfrentaron a los Pistons. Isiah Thomas lo explicaba hace años. “Nunca había visto nada parecido a lo que Bernard nos hizo. Le cogimos en el mejor momento de una racha de tres años en los que rendía como nunca lo ha hecho un alero en la historia de la Liga. No se trataba de alguien capaz de anotar 45 puntos tiros tirando 40 veces. Lograba 45 puntos ¡con tan sólo 22 tiros!.”

Thomas fue testigo de como King anotó 213 puntos en cinco partidos, fallando sólo el 40%. El genial base de Detroit, y del que Rory Sparow (compañero de King en los Knicks), comentó “Dios ha puesto su mano sobre Isiah y le ha dicho 'vas a jugar al baloncesto y lo vas a hacer a lo grande'” contaba tiempo después. “En el último partido de esas series, King nos metió 44 puntos y Kevin McHale -los Knicks se enfrentarían luego contra los Celtics en las semifinales de conferencia- me dijo 'no hay forma de que nos meta 50 puntos a nosotros, no lo dejaremos'. En el primer partido de esa serie contra Boston, Bernard logró 60 puntos.”

Finalemente el título se lo llevarían Boston Celtics, en una de las maravillosas finales del duelo Celtics-Lakers, y el MVP sería para Larry Bird.

Pero todavía hoy muchos aficionados recuerdan aquella temporada por la actuación de El Rey de Nueva York, el mítico Bernard King.

miércoles, 1 de julio de 2009

Dinastía Deadheads

No ha pasado desapercibido para muchos aficionados al baloncesto. Luke Walton reciente ganador del anillo de campeón de la NBA con Los Angeles Lakers no es un jugador cualquiera. Luke, es hijo del mítico Bill Walton, conocido como The Big Red Head, por sus 2,11 metros de altura y el color rojizo de su pelo, uno de los jugadores cuya trayectoria personal y deportiva dio mucho que hablar en su momento. Luke es heredero de una peculiar dinastía.

Hijo y padre

Bill tuvo una impresionante carrera en su etapa de universitario, entre 1972 y 1974, jugó en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), con la que ganaría los títulos del '72 y el '73, y donde él mismo sería elegido como mejor jugador ambas temporadas de la NCAA.

En esa época Walton apareció en la escena mediática estadounidense como un jugador larguirucho que exhibía una increible intensidad en la cancha, y una actitud antisistema fuera de ella. Mientras estaba en la universidad de UCLA fue arrestado durante una manifestación contra la guerra de Vietnam, criticó públicamente a Richard Nixon y al FBI, y se dice que tonteó con la idea de dejar el baloncesto para dedicarse a la vida espiritual. El joven Walton era vegetariano, usaba camisas de franela, cintas multicolores en la cabeza y llevaba su ropa deportiva en una bolsa de malla. Tras su detención Walton declaró: "Vuestra generación ha jodido el mundo. Mi generación está intentando arreglarlo(...). El dinero no significa nada para mí. No puede comprar la felicidad y lo único que quiero es ser feliz".


Bill Walton representaba una anomalía, en un deporte en que pocos jugadores blancos habían destacado de una manera tan comprometida, dentro y fuera de la cancha. En 1974 fue elegido por los Portland Trail Blazers en la primera posición del draft, era el principio de una carrera profesional que estaría lastrada por numerosas lesiones. Sin embargo, en la temporada 77-78 lograría el anillo de campeón, primero ganando a los Lakers de Kareem Abdul-Jabbar, en la final de conferencia oeste, y luego ganando en la final a los Sixers de Julius Erving, a los que remontaría un 2-0 en contra en el play off final. Jack Ramsay, entrenador entonces de Walton en Portland, declaró: “Bill Russell era un gran taponador. Wilt Chamberlain era un enorme jugador ofensivo. Pero Walton puede hacerlo todo”. Bill sería elegido MVP de aquellas finales.

Walton con la camiseta de los Blazers

A principios de los '80 el estado físico de Walton se resintió, pero tras varias operaciones se incorporó a San Diego Clippers, luego Los Angeles, para terminar, tras varias temporadas, en los Celtics de Boston en la temporada 85-86. Red Auerbach mandó a los Clippers a Cedric Maxwell, acompañado de una primera ronda de draft, para hacerse con los servicios del pelirrojo. Walton entraba en las rotaciones para dar descanso a los ya geniales Robert Parish y Kevin McHale.

Como Celtic, Walton vivió una nueva etapa dorada, dispuso de muchos minutos y en el '86 logró hacerse nuevamente con el anillo de campeón. Kevin McHale declararía "Observas a un tipo viejo, tan viejo como él, con el cuerpo completamente machacado por el deporte, actuando como un adolescente. Es gracioso y estimulante a la vez. Cada partido era un reto y no dejaba que ninguno de nosotros lo olvidáramos".

Bill Walton, con la camiseta de Boston, contra los Knicks

Bill Walton es un reconocido seguidor de Grateful Dead, banda estandarte del movimiento hippie y la vida en comunidad, pero también de grupos como Allman Brothers Band, Neil Young, o Bob Dylan. Ha asistido a lo largo de su vida a más de 650 conciertos de la banda que liderará el mítico Jerry García, e incluso en una gira por Egipto fue invitado a tocar la batería en uno de los conciertos.Un gusto por la buena música que parece que ha heredado su hijo Luke, que en los últimos play off logró unas estadisticas de 3,8 ptos, 2,5 rebotes, 2,1 asistencias en 15,8 minutos de media, siendo compañero de Gasol, y que luce en el brazo derecho un tatuaje, the dancing skeletons, tributo a la mítica banda californiana.



Bill Walton fue nombrado miembro del Hall of Fame en 1993, seleccionado como uno de los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA en 1997, y es comentarista de baloncesto para la televisión.

En el año 2001 fue incluido oficialmente en el Salón de Honor de los Grateful Dead.

lunes, 25 de mayo de 2009

Where Amazing Happens

Lo siento. No puedo evitar publicar este anuncio de las finales de la Conferencia Este. Me parece una producción absolutamente brillante y maravillosa. Cuando hablábamos de cómo se debe vender un producto, decíamos hace unas semanas la liga ACB, deberíamos estudiar la fabulosa promoción del producto que hace la NBA. Vale, una cosa es el baloncesto, y otra vender una imagen, un pack, un refresco o una marca de ropa. Pero joder, a mí esto, la forma en que esta editado este vídeo, me produce sensaciones que asocio al buen basket.



Y supongo que no es sólo por ver a Isiah Thomas sacar de banda, a Larry Bird robar un balón, o a Dennis Jhonson meter una canasta decisiva para los Celtics.

Además me descubro en el baloncesto que me cautivo de pequeño, el de los '80. Con las retransmisiones de madrugada, y los comentarios de Ramon Trecet, el de los enfrentamientos entre Los Angeles Lakers y Boston Celtics. La soleada California frente a la ciudad de Boston, el bronceado contra la camisa de cuadros. También aquel equipazo de los bad boy's de Detroit, con una dureza y una clase especial. Un poco más tarde llegaría la revolución de Michael Jordan y sus Chicago Bulls. En esa época, y aún hoy, me quede fascinado por un jugador como Larry Bird.

Y aunque ahora me reconozco seguidor, en una deriva más intelectual que deportiva, de los New York Knicks y lo que significaron en los '70, siguo pensando que aquellos fueron unos años en que lo imposible podía pasar en una cancha.

Y yo no me lo quería perder.

jueves, 16 de abril de 2009

Cine y baloncesto

Son varias las películas que su argumento gira alrededor del baloncesto. Sin embargo no he visto ninguna que merezca especial atención. Aunque reconozco que me falta por ver un par de títulos que creo interesantes, como Hoop Dreams, o Rebound: The Legend of Earl “The Goat” Manigault. Sobre la vida de este último, The Goat, hablaremos otro día en el blog.


Lo sé, para muchos Hoosiers (David Anspaugh, 1986), es casi una obra de arte. No comparto esta opinión. Se trata de una película sobre la superación de un grupo de chavales en un pequeño pueblo, con poca fuerza narrativa, más allá de discursos algo manidos sobre la implicación y el sacrificio. La película está basada en un hecho real sucedido en 1954, cuando el Instituto Milan, de la pequeña localidad del mismo nombre, ganó el campeonato estatal de Indiana de baloncesto.

Hoosiers obtuvo dos nominaciones a los Oscar de 1987, al mejor actor de reparto(Dennis Hopper) y a la mejor banda sonora (Jerry Goldsmith). Para mí lo más destacado es la fotografía, y la actuación del siempre genial Gene Hackman, que en algunas escenas está soberbio.

Hoosiers ha sido elegida por los lectores del periódico USA Today (un medio acusado eternamente de simple, MCToday) como la mejor película deportiva de todos los tiempos. No lo creo.


En opinión de muchos, y aquí si estoy de acuerdo, la mejor película de deportes es el Castañazo (Slap Shot, 1977), dirigida por George Roy Hill (autor de obras maestras como El Golpe o Dos hombres y un destino), y protagonizada por Paul Newman, que interpreta a un veterano jugador y entrenador de un equipo de hockey sobre hielo. Las derrotas se suceden hasta que decide aplicar la más brutal de las tácticas: aconsejar a sus jugadores que jueguen como verdaderos animales durante los partidos, sin importar si la violencia que emplean es o no legal.

Hay varios artículos de referencia sobre el baloncesto y el cine. Ismael G. en 24 Segundos publicó, Baloncesto de cine, "una recopilación de todos los films en los que el baloncesto ha sido su protagonista principal". También Enric Corbella, en MARCA, escribió Hollywood y su rentable relación con el baloncesto, otra lista de películas vinculadas al basket, en la que incluye alguna curiosidad muy interesante, y en Screenhead publican el Top5 de basketball movies.

Yo voy a proponer tres películas que me parecen estupendas, y que, en algún momento, tienen baloncesto, aunque no como protagonista. Son cine que me gusta, y que en el aparece 'algo' relacionado con el basket.

Aquí van tres sugerencias:

Haz lo que debas (Do the right think,1989). La tercera película del director Spike Lee,plantea el problema de la violencia racial. En uno de los barrios más humildes de Brooklyn, Bedford Stuyvesant, durante un verano extremadamente caluroso.


El basket es parte de la estética de la película, pero también de algún momento, como este del vídeo, donde vemos al recientemente fallecido Heath Ledger, en su papel de sufrido seguidor de los Celtic's en NYC, en una película que contó con un reparto de lujo: Danny Aiello (Salo), John Turturro (Pino), o Samuel L. Jackson(Mister Señor Love Daddy), entre otros.

Alguien volo sobre el nido del Cuco (One Flew Over the Cuckoo's Nest, 1974). Una obra maestra, dirigida por Milos Forman, que gano cuatro Oscar en 1975, mejor película, mejor director, mejor actor y mejor actriz.

Randall McMurphy (Jack Nicholson) ha cometido un delito por el que debería ir a prisión. Consigue a cambio que le envíen a un centro psiquiátrico. Allí se hace pasar por enfermo mental y logra que le ingresen en un departamento de cuidados especiales. Tratando de pasar el rato de la forma más agradable posible, organiza con sus compañeros juegos y toda clase de diversiones, rompiendo las normas de disciplina, aunque la enfermera jefe (Louise Fletcher) no está dispuesta a tolerarlo.


La película tiene momentos baloncesto, como el partido entre los internos, o cuando Randall intenta enseñar al Jefe a jugar. Robert Parish, el mítico center de Boston Celtic en los '80,fue apodado como El Jefe (The Chief), al comparar su rostro impenetrable con el del personaje del indio. El film fue además un alegato de las corrientes antipsiquiatría.

Flores Rotas (Broken Flowers, 2005). Dirida por el polifacético Jim Jarmusch, es la más reciente de las tres.

Don Johnston (Bill Murray) es abandonado por su último ligue (Julie Delpy)y recibe una carta anónima informándole de que tiene un hijo. La situación provoca que Don examine su relación con las mujeres y que se embarque en un viaje en busca de sus antiguas amantes para llegar al final de este misterio. Ellas son Frances Conroy, Jessica Lange, Sharon Stone y Tilda Swinton.


En la presentación de los personajes, a excepción del que interpreta Frances Conroy (Dora), aparece al menos un plano de una canasta de baloncesto. Algo que no atiende a la casualidad. Una película con una banda sonora excelente, y donde se reflejan algunas de las fobias de Jarmusch, como el guiño de la iguana enferma que se llama Iggy (en referencia a Iggy Pop). Flores Rotas gano el primer premio del Festival de Cannes en el 20005.

Son muchas más, y hay mucho que decir. Yo dejo estas tres para quién quiera disfrutar.

domingo, 15 de marzo de 2009

"Historias de periodistas" (habla Greg)

Magic Johnson le escondió la pelota a Hansen y se coló hasta abajo del tablero depositándola suavemente en la canasta. Yo aplaudí rabioso.



El Gordo dice que sus gustos basketbolisticos son más marginales que los míos. Yo soy fan de un equipo de jugadores negros, él es fan de un equipo donde hay tres blancos en un deporte en que cada vez quedan menos.

Larry Bird descontó con un triple y el Gordo me lanzó al suelo de una palmada en la espalda.



Habíamos apostado que el que perdiera tendría que dejar el alcohol durante un mes. [...] En esos momentos, Kareem Abdul-Jabbar [...] logró encestar un maravilloso gancho celestial, dejando a los Celtics mirando al aro con cara de embobados.



El basket era cosa muy seria, mucho más seria que otros trivales asuntos. Yo sostenía la máxima de que las tribus humanas se dividen en nacionalistas y ladrones, cristianos primitivos y calvinistas, furibundos mahometanos y neostalinistas, sandinistas y judios, fanáticos de Gaddafi y partidarios de los Lakers. Yo pertenecía a estos últimos.

Del libro: Cuatro Manos
Paco Ignacio Taibo II
Editorial IKUSAGER