
Ayer jugaban el Estudiantes Liga Femenina contra el Sóller Joventut (en la parte media de la tabla). Hace poco escuché decir que el baloncesto femenino "era otra cosa, no baloncesto". Perdón por la expresión, pero me pareció un gilipollez. No se trata de hablar de si es más o menos físico, técnico o intenso. Es tan baloncesto como pueda ser un partido de ACB, de la NBA, de cantera, de mini, o de barrio. Y punto.
Los que tuvimos la suerte de estar ayer en el Magata vimos un partido lleno de emoción, con imprecisiones y fallos, pero con toda la tensión que se puede pedir a éste deporte que tanto nos gusta.

Linnea Liljestrand se incorporó al equipo femenino del Estudiantes algo más tarde que el resto de sus compañeras. Fue un fichaje complicado, en el que el deseo de la jugadora por venir a Madrid fue más importante para ella que la remuneración económica.
Según Javi Lombardia, entrenador del equipo femenino colegial, Linnea "tiene una gran disposición por el trabajo y el entreno", una jugadora "muy alegre y muy integrada en el grupo". No es una gran defensora, pero parece que éste aspecto lo trabaja mucho en los entrenamientos, con ganas de mejorar.
La jugadora sueca estudió en Florida State University, como Brooke Wyckoff, y tiene una larga experiencia en Europa.
Ayer el partido tenía una intensidad tremenda. Sóller Joventut, lideradas por Marie Murphy (que finalizó el partido con 26 puntos), apretaba al Estudiantes, y el partido se lo podía llevar cualquiera de los dos equipos. Los últimos cinco puntos del conjunto colegial había sido de Linnea, pero un triple impresionante Murphy había colocado la igualdad en el marcador. 70-70.
Tras un error en ataque, la última posesión era para Sóller. El reloj corría, y a falta de 10 segundos falta sobre la base visitante Gabi Ocete. Los dos tiros errados, un rebote extraño que parece que nadie quiere coger, Sandra Ygueravide logra controlar el balón, salir corriendo al campo contrario y pasar a Liljestrand que, algo desequilibrada, enchufaba un triple ganador en el último segundo. 73-70.

Emoción en la grada como en los mejores tiempos del Magariños. El Estudiantes LF abandonaba los puestos de descenso, y los presentes disfrutamos de un partidazo en un bonito domingo por la mañana.
Quién diga que ésto no es baloncesto se equivoca.
PD: En el blog de Manon hay una selección de fotos del partido de ayer. Como siempre un estupendo trabajo gráfico.