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domingo, 9 de mayo de 2010

París, el Barça y la psicología

Toni Bové, fisoterapeuta del Barça, comentaba en una entrevista con Miguel Panadés en la Revista Gigantes que "el entrenador profesional pasa a ser un gestor de grupos de trabajo. Y ese equipo debe trabajar de manera individualizada con cada jugador sabiendo que no existe un jugador igual que otro, ni física, ni técnica, ni sobre todo, psicológicamente".


Para darse cuenta de la importancia de lo que cuenta Bové, ¡en su decimoprimera Final Four!, sólo hay que fijarse en el Barça que ha ganado hoy la Euroleague en París. Victor Sada no jugó ni un segundo el pasado viernes en la semifinal frente al CSKA, hoy ha jugado 21:09 min., y ha anotado siete puntos con un 100% de acierto (2/2, 1/1, 1/1). Ha llevado el ritmo durante mucho tiempo (Ricky ha jugado 17:28 min. y Lakovic 1:23 min.), ha sido el defensor agresivo que necesitaba el equipo, y ha demostrado que el Barça es un grupo de trabajo inteligente.

No sólo eso, el equipo que dirige Xavi Pascual han logrado que su trabajo añada nuevas consideraciones alrededor del baloncesto. Es evidente que la economía ayuda, pero la armonía de roles de la plantilla catalana es sorprendente. Mucho más si tenemos en cuenta que algunos de los personajes que habitan en el equipo tienen el culo raspado de títulos y trayectorias.

Comenta Paco Rengel en basketconfidencial.com sobre la autoridad del Barcelona en el juego interior, en el famoso "dominio de las alturas" que ejercen Vázquez, Ndong, Lorbek, y Morris. Estoy de acuerdo en que ha sido fundamental en la victoria de hoy frente a Olympiacos, y que puede marcar el futuro del baloncesto. Pero añadiría una cuestión que me parece la más importante: Pascual, y sus "grupos de trabajo", han logrado que cada pivot que entra en la cancha, y cada jugador en cualquier posición, esté con una mentalidad impresionante.

Creo que los jugadores interiores son los que más necesitan de minutos para ganar en confianza, incluso algunos en intensidad. Vázquez, antes de Pacual, era un jugador timorato, incomprendido, y apaleado por Ivanovic. Con Dusko en el banquillo incluso declaró su deseo de irse a Orlando (con lo difícil que es que el gallego quiera salir de la península), después de convertirse en el refresco de Mario Kasun. Esta temporada Fran Vázquez ha sido elegido MVP de la Copa del Rey (¡jugando 16 min. de media!), y, se le va más seguro y determinante que nunca, hasta feliz.

La importancia de lograr que un jugador entre con una mentalidad de aportar, y salga pensando que otro va a hacer los mismo, y que le parece bien, es un valor para un equipo muy difícil de alcanzar. El otro gran proyecto ACB para la Euroleague, el Madrid de Messina, no sólo no lo ha logrado, sino que parece que sus jugadores si puediéran también se irían a Orlando, pero al parque de atracciones.

En un clinic para entrenadores, Obradovic contaba la importancia de Alvertis en la rotación de Panathinaikos. Alvertis quizá jugaba sólo dos minutos, y a lo mejor lo sacaba en el momento más jodido para el equipo. Pero si Alvertis hacia "lo que tenía que hacer", "meter un triple y/o levantar al pabellón y al equipo con los brazos" su trabajo era "excelente".

Hoy precisemente Jaka Lakovic, exjugador del equipo griego, ha dedicado el triunfo "a la gente del Barça y a Fragiskos Alvertis, el capitán del Panathinaikos", los que le apoyaron para lograr el triunfo, según señaló.

Me queda añadir una cosa, después de decepcionarme en sus últimos partidos con la selección helena, hoy Papaloukas ha vuelto a cautivarme. Lección de fundamentos e inteligencia como nadie. La versión de Zidane en baloncesto, aunque me incomode la comparación. Un tipo del que poner imágenes en los entrenos para que los chavales aprendan.

Se pueden ganar torneos y tener a todos los jugadores contentos, por encima de los méritos individuales. Desgraciadamente no suele verse mucho esa ecuación en el mundo del baloncesto (seguro que Joan Creus también tiene parte de culpa), pero es una gozada, porque entonces los ataques, las defensas, los sistemas, y las rotaciones son apasionantes de ver.



Mérito de un gran grupo de trabajo.

PD: Hoy habría que hablar también de Historias de un entrenador de cantera, la sección del blog que cuenta mis andanzas como entrenador del Cadete E de Estudiantes. Buena parte de las reflexiones de éste artículo, y la dificultad de gestionar grupos, son las conclusiones de nuestro partido de hoy. Ganamos a Los Sauces B por 58-33 en el Magariños. Pero el equipo no carburó, ni tuvo armonía en ningún momento. Motivos para reflexionar colectivamente, y admirar al Barça.

lunes, 4 de mayo de 2009

Obradovic, la presión y las máquinas.

Estaba convencido que el Panathinaikos y el CSKA llegaban a la final de la Euroliga. Pero según se acercaba la cita de Berlín creí que el Barça podía dar la campanada. Todo lo que veía me gustaba: Navarro hablando de lo mucho que había aprendido de su paso por la NBA, de lo humilde que era desde entonces, Xabi Pascual demostrando personalidad, en la eliminatoria contra el Baskonia, para dirigir un grupo muy potente, y un equipo que parecía mentalizado, esta vez sí, para las grandes ocasiones.


Luego, según se desarrollaba la semifinal contra el CSKA, yo pensaba “si el equipo de Messina se pone por delante, el Barça pierde”. Así ocurrió. Hasta el minuto 34 el equipo catalán primero dominó, y luego aguantó, pero Siskauskas y el buen hacer del equipo ruso hizo que el Barça se diluyera ante la presión, perdiera la ventaja y la cara al partido. En esa disolución se reflejaron en exceso las carencias de los culés: Lakovic nervioso ante la presión, Ilyasova inseguro, Fran Vázquez perdido, Navarro desesperado... Eso sí, Andersen demostró que está en este mundo para estos partidos, espectacular su juego, increíbles sus movimientos.

Al día siguiente, en el diario Público, leo que Grimau señaló tras el choque: “Teníamos más seguridad que nunca”, y Xabi Pascual apuntaba a “los detalles” como justificación de la derrota. No exactamente, pienso yo.


Hace un par de años en el Clinic Internacional que se organizó en Madrid, con motivo del campeonato Europeo de selecciones, Zeljo Obradovic señalaba que “hay que quitar presión a los jugadores, no son máquinas, no lo pueden hacer todo bien”, y explicaba cómo trabajaba los 'tiempos' de un partido,las rotaciones, y la comunicación con los jugadores para detectar sus puntos débiles. Pienso en lo dicho por Grimau, y creo que sólo él y David Andersen demostraron seguridad cuando era necesario, y discrepo de Pascual, no fueron sólo los detalles, sino el saber estar en los momentos que se decidía el partido.

Panathinaikos y CSKA de Moscú, dirigidos por dos genios del baloncesto, conocen como se juegan estos partidos. Donde lo que termina contando no son los 'detalles' sino las 'sensaciones'. Mi opinión era acertada. Si se ponen por delante te ganan seguro. Después de tantas Final Four decepcionantes para los equipos ACB creo que lo que falla es cómo gestionar la presión y las máquinas.



Obradovic
y Messina no tienen dudas. Estrategas de la lucha de zapa, incansables en la intensidad de los partidos calientes. Panathinaikos se llevó el pastel de Berlín, en una final de expertos gourmets.