miércoles, 25 de agosto de 2010

Canchas Sagradas (¿encuentro?)

Después del partido del otro día en La Caja Mágica estuve dando vueltas al tema de los pabellones de baloncesto y las sensaciones que trasmiten. Recordé un artículo de Luis Scola en su blog sobre las canchas que más le habían marcado como jugador. Supongo que cada uno de nosotros tiene en mente el escenario, o el partido, que más le impresionó, le acercó al baloncesto, o, por el motivo que sea, se le quedó grabado. Daimiel ha contado varias veces como alucinó la primera vez que fue de pequeño a un pabellón para ver un partido de baloncesto en Valladolid; algunos entrenadores me han comentado los momentos más impresionantes que han vivido en una cancha, la sensación de estar en un lugar único, a veces con independencia de la calidad del rival, de la importancia de la ciudad o del equipo que estuviera enfrente.


Scola contaba sobre el Madison Square Garden “cuando me toco jugar ahí por tercera vez, volví a sentir algo especial durante toda la tarde” y añadía, “es difícil de describir, pero estás en la meca del básquetbol. La historia y el conocimiento de la gente se percibe en el aire. Los fans ultraexigentes rara vez fallan y casi siempre está lleno. Muchas veces es normal escuchar silbidos y reproches para los propios Knicks...” Luego hablaba del Staples Center, donde jugó su primer partido en la NBA, del United Center de Chicago por lo que representó Michael Jordan para su generación , y finalmente, por lo que le supuso como jugador de la selección Argentina, el Conseco Fieldhouse de Indianápolis y el estadio OAKA de Atenas.

Le pregunté por Twitter si conocía el Magariños, me contestó: “Si !jugué ahí un par de amistosos y entrene varias veces”. Es evidente que para la gente del Estudiantes, y para muchos aficionados al baloncesto, el Magata es un lugar muy especial. Yo allí de pequeño viví tardes increíbles. Pero el partido que más recuerdo fue un desplazamiento para jugar contra el CB Villalba, en 1988 o 1989, en mi primer viaje con la Demencia, aquella de los tiempos del Gavioto, del que casi salimos mal parados por la agresividad del público local. Era un pabellón pequeño, para unas 2000 personas, que con nuestra presencia se convirtió en una auténtica caldera que por suerte no llegó a explotar. Era el Estudiantes de John Pinone, David Russell, Vicente Gil, el Rata, etc.


El equipo de la sierra madrileña tenía fama de ser la segunda versión del Real Madrid, y sus seguidores de merengues. Esto fue justo antes de que Jesús Gil fusionara al equipo de Villalba con la recuperada sección de basket del Atlético de Madrid. Una experiencia efímera que duró un año. Aquella noche los gritos de la Demencia fueron especialmente hirientes: “¡¡Esto no es un campo, esto es una cuadra!!” y el estribillo de una canción infame que entonces circulaba, algo así como “¡Todos los paletos fuera de Madrid!”. Yo tenía 14 años, y aquel primer viaje, aquella cancha, aquel ambiente hostil, y la victoria ajustada del Estu me causó una gran impresión. Luego salieron los toreros, dejamos Villalba protegidos por la Guardia Civil, y me costó mucho conciliar el sueño...

He vivido otros momentos muy intensos: en la ACB -la final contra el Barça o el partido para evitar el descenso en León-, en alguna Copa del Rey, en los playgrounds de Nueva York y, más recientemente, como entrenador, en la inauguración de un pabellón en Hebrón. Pero no significó lo mismo. Ese día, en Collado Villalba, entendí que el baloncesto me podía producir unas emociones impresionantes.

No sé cuál es vuestro mejor recuerdo en una cancha de basket, sería bueno contarlo, aquí o en persona.

Parece que Mo Sweat y yo estamos de acuerdo en que hay que intentar sacar el encuentro de basket bloggers. Hablamos de hacerlo el sábado 4 de septiembre en Madrid. ¿Qué os parece?

lunes, 23 de agosto de 2010

Baloncesto y Olé!

Ayer en la Caja Mágica se enfrentó España a la USA Basketball. Como no podía ser menos, el interés de muchos se centró en ver el partido como una revancha de la final olímpica de Beijing 2008, aquella en la que rozamos la nuca de uno de los mejores combinados americanos de todos los tiempos. Ahora el equipo yankee era totalmente distinto al de entonces, y nosotros contamos con una baja significativa: Pau Gasol.

El equipo del Coach K trasmitió poca sensación de duelo, salieron a jugar y enseñaron algunas de sus cartas, no todas, mientras que España jugó errática durante buena parte del encuentro, y sólo por momentos desplegó un juego que trasmitiera cierta fluidez.


Me asombra la mayoría de lecturas triunfalistas que leo hoy en algunos medios de comunicación. La aceptación generalizada de que jugando mal se haya perdido sólo de un punto, y que “ya veremos qué ocurre en el Mundial de Turquía si volvemos a enfrentarnos”, con escaso análisis de algunas lagunas importantes que mostró nuestro despliegue táctico.

Algunos jugadores parecían no tener muy clara su disposición en el campo, muchos jugaban más de espaldas al aro que amenazando, los pases eran malos, y las rotaciones no trasmitían equilibrio. No niego el mérito del equipo español de sobreponerse a una salida lamentable, superada poco a poco, primero gracias a constantes visitas a la línea de tiros libres, y después al acierto de algunos jugadores en la segunda mitad del encuentro -especialmente Ricky, Navarro, Felipe y Marc-, pero la lectura general no es muy convincente. Quizá es que tengo un problema de escepticismo patriótico que me impide ver lo que para el resto parece evidente: “¡Que somos la Ñ!”

El USA Basketball que vimos ayer no mostró todo su repertorio. Fundamentalmente porque Rajan Rondo estuvo todo el partido en el banquillo por decisión técnica. El eléctrico base de los Celtics de Boston no participó de un juego donde casi todas las medallas se las llevo Kevin Durant. Y esa no es una cuestión menor, porque aquí sabemos como se las gasta el base de Lousville (Kentucky), aquel que le hizo 52 puntos en la semifinal del torneo Junior de Hospitalet del 2004 al Estudiantes, y que jugó en la NBA con el Big Three una media de 36.6 minutos por encuentro en la Regular Season.

Mención aparte es la valoración de la organización de la Global Community Cup, como se bautizó al torneo celebrado en Madrid entre el equipo de Mike Kryzewski, el de Scariolo, y la selección de Lituania. Los floreros que adornaban los palcos VIP en la grada del pabellón, un recinto más habitual para partidos de tenis que para encuentros de baloncesto, daban una sensación de cortijo de celebritys encajonados en palcos esperando las saetas que de una cancha de basket.

A pesar de que por televisión se podía escuchar el jolgorio del populacho la imagen era más propia de Los Santos Inocentes versión siglo XXI, que de un partido con mordiente, tensión y exigencia. Me comentan que en directo la impresión era distinta, pero la imagen que se trasmite a los espectadores también es importante.

Hablando de trasmitir, el despliegue de La Sexta no me convenció mucho. No sólo porque difiero de muchos de los comentarios que se hacen (no me parece tan raro que Lamar Odom se tire un triple desde la esquina -como hace con relativa frecuencia en los Lakers- ni el abusivo adjetivo de “atléticos” para referirse a los jugadores americanos), es que tampoco me gustó la disposición de las cámaras (sólo hay que ver la diferencia con la señal de ESPN), de las repeticiones de las jugadas, o de la iluminación de la Magic Box...



Lo admito, la valoración de lo visto ayer puede resultar en exceso negativa porque estoy empezando a notar que el final del verano se acerca. Que hice muchas cosas en los dos últimos meses, y que pronto volverá la rutina de la vida cotidiana y sus dificultades.

En cualquier caso España viaja a Turquía, con la lamentable baja de Calderón, para colgarse premios. Habrá que ver qué sensaciones trasmite lejos de nuestras canchas con flores, nuestros árbitros, y nuestros amistosos calores.

Empieza un nuevo tiempo de baloncesto y tengo ganas de verlo y comentarlo.

jueves, 19 de agosto de 2010

Informar en Colombia

El jueves 15 de julio fue asesinado en Armenia (departamento del Quindío, Colombia) el periodista Romel Elberto Hurtado García, quien tenía más de 90 procesos abiertos en los juzgados contra funcionarios y ex funcionarios de Armenia y el Quindío por tramas de corrupción.

Un sicario se acercó,a las 12:15 del mediodía en plena calle,y le disparó en la región cerebral. Murió al instante. El periodista Miguel Ángel Rojas Arias lo acompañaba en ese momento y sobrevivió para contarlo.

El ex viceministro de comunicaciones Rómel Hurtado asesinado en el corazón de Armenia por sicarios que le dispararon desde una moto. Foto Crónica del Quindío.

Rojas, amigo de la víctima, habló en el Foro 'La responsabilidad social del periodismo deportivo en el desarrollo, la promoción y la masificación del deporte, la recreación y la actividad física' que se celebró en Armenia el pasado 12 y 13 de agosto, y que estaba organizado por el Instituto Colombiano del Deporte (COLDEPORTES), y por INDEPORTES Quindío.

Miguel Ángel Rojas presentó una ponencia sobre 'Como se confronta éticamente una nota', después de una mesa redonda (“conversatorio”) sobre el rigor periodístico. Un trago duro cuando uno, como es su caso, está amenazado de muerte por ejercer el derecho a la información.

A Ernesto Acero Cadena, otro periodista local, le asesinaron el pasado mes de diciembre, “a dos cuadras entre el cuartel de la Policía del Quindío y del Palacio de Justicia”. Según la noticia del periódico El Tiempo, el periodista era “crítico de las malas administraciones y de los políticos corruptos, a los cuales enfrentó en editoriales de su boletín El Informador Socioeconómico del Quindío”.

En Colombia la vida tiene un precio muy bajo, según diversos organismos los periodistas asesinados allí en los últimos 15 años rondan los 130. Hablar de rigor o de ética no es tontería.

¿Se puede ser riguroso con la información cuando uno tiene constantemente pendiente la amenaza de muerte? Miguel Ángel Rojas contestaba a los participantes en el Foro que si, “pero que uno a veces tiene que poner el límite de hasta dónde puede informar”, porque llega el momento en que te das cuenta “que la vida no vale más que la vida misma”.

Su amigo Romel ya había recibido varias llamadas que le advertían que suspendiera las investigaciones o que, de lo contrario, su vida correría peligro. Miguel Ángel Rojas le ayudaba en las denuncias, pero ahora “hay que pensar también en uno mismo y la familia” señalaba en tono triste.

“El crimen se atribuye a relaciones por una serie de denuncias sobre corrupción que hizo en los últimos meses, comprometiendo a funcionarios y dirigentes políticos del Quindío y de su capital Armenia”, señaló el Diario El Espectador.

En el Foro se habló mucho de deporte, pero especialmente de la dificultad de informar en un mundo también contaminado de intereses mezquinos. El veterano James Padilla, Director de Deportes de RCN Armenia, dio una lección de sabiduría y ética periodista, de información deportiva, y de memoria histórica de la trayectoria del deporte local, también de las denuncias por el amaño de partidos. Un árbitro de fútbol de la liga profesional colombiana que él denunció en su momento ahora ejerce en categorías de formación... La conferencia de Padilla además estuvo plagada de buen humor, un recurso muy frecuente entre la buena gente de Colombia para hacer lectura de un cotidiano tremendamente difícil.

"Conservatorio" con Danilo Gómez, James Padilla, Jhon Mario Zuluaga y Miguel Ángel Rojas.

Alejandro Pesca, Director de Deportes del Canal de televisión UNE, habló de la “diversificación y descentralización” de la información deportiva; Jhon Mario Zuluaga, periodista de El Tiempo y profesor de Uniquindío, habló del “uso del lenguaje en el periodismo deportivo”, y en el posterior debate se habló mucho de cómo los conflictos que vive Colombia influyen en los mensajes que se dan en la información deportiva; Danilo Gómez Herrera, Director de Deportes de Caracol Armenia, disertó sobre el papel de los informadores en “los grandes eventos deportivos”. Un Foro que se enriqueció mucho con la aportación de los alumnos de periodismo, y donde las cuestiones sobre la situación aquí, en España, y las diferencias con la situación colombiana, fueron recurrentes.

Sería muy largo de contar todo lo que se habló durante esos días. Yo me quedo con la aportación de Miguel Ángel Rojas, con la importancia de reivindicar la información como responsabilidad hacia una sociedad más justa. Sea para hablar de deportes, sea para hablar de la vida.

PD1: El pasado 16 de junio, la relatora especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Catalina Botero, informó en Washington sobre la situación de la información en Colombia: “altos miembros de la agencia de inteligencia están involucrados en esfuerzos sistemáticos para intimidar a periodistas independientes y otros críticos del gobierno”

PD2: Sobre Colombia leo en el blog La Puerta Atrás un artículo sobre un proyecto apasionante de baloncesto y responsabilidad social en Acacias. Un ejemplo práctico de emponderamiento alrededor del deporte. También se puede consultar en Basketconfidencial.com

martes, 10 de agosto de 2010

La responsabilidad social del periodismo deportivo.

En un par de horas me marcho a Colombia, invitado a un foro que lleva por título ‘La responsabilidad social del periodismo deportivo en el desarrollo, la promoción y la masificación deldeporte, la recreación y la actividad física’.
Lo admito, llevó un verano que ni yo podía imaginar, de un lugar a otro del planeta. Para la ocasión he preparado una ponencia. Os dejo algunas reflexiones, de un documento de siete páginas muy centrado en el baloncesto, por si puede ser útil para el debate.


Si hablamos de la “responsabilidad social del periodismo deportivo” sólo podemos situarnos como parte de esa comunidad deportiva que incluye diversos estadios de participación, nodos necesarios para una correcta construcción del espacio deportivo en la sociedad. El deportista, su entorno familiar, los entrenadores, las ciudades, los clubes... y también, por qué no, los medios de comunicación.

La línea editorial que la mayoría de los medios de comunicación han aplicado hasta el día de hoy con el deporte no difiere mucho de la que puede aplicar la CNN a la hora de informar sobre un suceso. Si miramos el canal de información norteamericano veremos que en la parte baja del televisor aparece una leyenda que señala “lo está viendo, está pasando”. Todo aquello que el espectador no ve en su pantalla parece que ni ocurre ni tiene consecuencias. Podemos ver la entrada de tropas de Estados Unidos en Bagdad, destruir la estatua de Sadam Husein, y desconocer completamente lo que ocurre a unos pocos metros de lo que nos muestra la cámara. Con independencia de lo que nos parezca la política informativa de la CNN el modelo muestra limitaciones. Es evidente, ver algo no significa necesariamente entender o comprender qué ocurre.

En el caso de la información deportiva pasa algo similar, parece que sólo sucede aquello que nos muestran las cámaras, y si creemos que los medios de comunicación deben reflejar las pulsiones sociales, observaremos que, más allá de los grandes acontecimientos profesionales -incluyendo los Juegos Olímpicos-, la presencia de la práctica deportiva en los medios es anecdótica.

Si damos por sentado que éste vacío informativo, el de las situaciones deportivas cotidianas alejadas de los grandes focos, es una realidad, ¿dónde podemos encontrar información más allá de lo que reflejan los medios de comunicación? La respuesta es cada vez más visible, la emergencia de otros protagonismos en la comunicación, como los blogs o las redes sociales, han abierto enormemente el abanico de lugares desde los que informarse e informar.

Ocurre en las calles de Bagdad, ignoradas por la CNN, y en las pistas de entrenamiento deportivas invisibles para los grandes medios. Blogs, foros, y redes sociales, como Facebook y Twitter, sirven de altavoz de la ciudadanía. El periodismo está cambiando, la información es asequible desde muchos lugares y los informadores se han extendido enormemente, incluyendo a aficionados y deportistas que hablan en primera persona.

El viaje es de ida y vuelta. Hoy los deportistas informan y cada deporte puede crear su propio circuito de información. Los medios -generalistas o deportivos- tenemos una responsabilidad muy seria a la hora de trasmitir cultura deportiva, y no una cultura del éxito que pueda ser punto de enfrentamiento y frustración.


Observar todos los lugares desde los que se produce información, conocer las factorías del deporte en todos sus estadios y circunstancias, ponerlas en valor, por encima de la economía o los nombres propios (también necesarios para aumentar aficiones y voluntades), y ser rigurosos con la calidad de la información es una responsabilidad que la sociedad demanda.

Los periodistas no somos necesarios para la práctica deportiva, pero sí para la responsabilidad social que se genera alrededor de estas prácticas. Y esa es una responsabilidad muy seria.

Será entonces cuando, desde el periodismo, estemos proyectando una correcta promoción del deporte, donde el aspecto lúdico de la práctica sea central, y que además sirva como herramienta necesaria para su desarrollo. Pasando a formar parte del patrimonio cultural colectivo de sociedades cada vez más responsables con el deporte y los deportistas.

PD1: Se trata de un resumen, con muchos puntos a desarrollar y explicar con detenimiento. Espero poder colgar en breve la ponencia para quién la quiera consultar.

PD2: Os dejo un vídeo de nuestra reciente visita a Palestina, por ahí salgo yo...

martes, 3 de agosto de 2010

Volver a Palestina

“Sabemos que esa paz está a nuestro alcance ante todo gracias a la mayoría de los palestinos, que se han negado a dejarse deshumanizar por décadas de brutal ocupación y, a pesar de los años de expulsiones y opresión, todavía tienen esperanza de una reconciliación. […] ¿Por cuánto tiempo más podemos pedir, por no hablar de esperar, que nuestros hermanos y hermanas palestinos sean leales con nosotros y no sucumban por completo a la desesperación y la tristeza en las que sus vidas fueron trasformadas el año que Israel erigió su fortaleza sobre sus aldeas y ciudades destruidas?”

La limpieza étnica de Palestina
Ilan Pappé (historiador israelí)

Un jugador del equipo sub 21 de Estudiantes, en la entrada del hotel Intercontinental de Belén (Palestina), en respuesta a una pregunta de la periodista de El País Ana Carbajosa sobre sus impresiones del viaje, hablaba de “opresión”. “¿Se puede decir opresión?” añadía mirando a la periodista.

Con Juan Francisco García (presidente) y Ángel Goñi (entrenador) al pasar el checkpoint de entrada a Belén.

Ocurre que con frecuencia es difícil llamar a las cosas por su nombre, y no entra dentro de lo políticamente correcto denunciar la injustica que se vive en los territorios palestinos. Lo que es evidente para un chaval de 20 años, no lo es para una comunidad internacional que tolera, en mayor o menor medida, lo que está ocurriendo dentro de un muro vergonzoso. Algunos justifican la existencia del Muro como una barrera de contención de ataques terroristas, cuando lo que hace es fabricar más odio, más distancia, y más apartheid. Una forma curiosa, la del gobierno de Israel, de apagar el fuego echando gasolina.

Aún así es importante señalar que lo que se vive dentro de ese lugar cerrado y amurallado dista mucho de ser un caladero de desalmados. Si algo hemos comprobado en la expedición de Estudiantes que ha estado durante unos días compartiendo baloncesto en Palestina es que la ilusión, vitalidad, y hospitalidad que nos ha mostrado la gente allí demuestra que hay mucho margen para la esperanza.

En Hebrón inauguramos el 30 de Julio el mayor pabellón deportivo de toda Palestina. Una cancha para 4.000 espectadores en una de las ciudades más castigadas del conflicto. El acontecimiento estaba profusamente anunciado por las calles de la ciudad, donde banderas y pancartas avisaban del evento. El Estudiantes era el primer equipo internacional de baloncesto que disputaba un encuentro en los territorios palestinos.

La grada a rebosar, con el palco de autoridades encabezado por el primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina, Salam Fayyad, y con representantes de diversos países como Gran Bretaña, Australia o España. En la cancha bailes tradicionales antes de empezar el encuentro, por todas partes enormes medidas de seguridad, y notable expectación mediática. Ir allí a jugar un partido de baloncesto no es algo habitual. Tampoco lo es el que se produzcan eventos que logren evadirse de un cotidiano tremendamente difícil, con una tasa de paro que afecta al 70% de la población, y donde 2/3 de la comunidad palestina total vive en campos de refugiados.

El Ibdaa Center, nuestro rival ese día, es el campeón de la liga palestina, y representa al campo de refugiados de Dheihseh, cerca de Belén. Allí en 1km cuadrado viven más de 12.000 personas, expulsadas desde 1948, en diferente etapas, de las que fueron sus casas y tierras. Una llave colgada al cuello es lo único que les queda de sus antiguos hogares. En 1994 dos amigos decidieron levantar un proyecto cuyo nombre significa “crear algo de la nada”. No hay trampa ni cartón, el nombre es literal. Desde aquel vacío inicial han logrado construir un centro cultural y deportivo de referencia, que incluso aparece alabado en alguna guía turística, y que cuenta con diversas actividades, talleres, y espacios, además de generar empleos para la comunidad.

Tras los bailes y discursos había que jugar. Pocos antes de saltar al campo, mientras contábamos impacientes y nerviosos los minutos en el vestuario, le comenté a un periodista local que el partido ya lo habíamos “ganado todos”. Lo cierto es que una vez iniciado el choque la mayor envergadura del equipo de Ibdaa, que además contaba con un americano jugón (y profesional), y la presión acumulada tras himnos, regalos y salutaciones, nos borró prácticamente del juego. Salvo una tímida resistencia en el primer cuarto, y un último periodo que ganamos, el resto del encuentro se resumió en un chorreo que nos caía por todos lados, bien en forma de contrataques, bien en forma de estratosféricos triples desde más allá de 6'75. Al final el marcador señaló 70-47 (23-18//19-8//18-7//10-14) para los campeones de la liga palestina.

El equipo tras el partido contra el Ibdaa Center en Hebrón.

Nada que objetar, la tristeza por el mal juego se cambió rápido con la gente saltando la cancha para felicitarnos, dar abrazos, y pedir autógrafos. Hebrón, con unos 160.000 habitantes (la mayor ciudad de Palestina) y donde 600 colonos israelíes habitan en el centro histórico de la ciudad en medio de enormes medidas de seguridad, disfrutaba de un poco de entretenimiento y diversión. Sandra, la encantadora entrenadora del Ibdaa, trataba de animarnos con notable éxito.

Al día siguiente tocaba otro partido, frente a un combinado de jugadores de Cisjordania, que contaba además con dos norteamericanos profesionales. De nuevo un partido de “niños (nosotros) contra hombres”, que dijo el día anterior con ironía alguien en la grada.

Sin embargo, en el colegio de Acción Católica de la ciudad de Belén, la situación fue muy distinta. Hablamos antes del partido de no dejar de jugar, de apretar desde la defensa todos juntos, de ser listos, y olvidarnos del marcador. Había que relajarse, y ahora, ante unos 250 espectadores y en una cancha mucho más modesta era un buen lugar para mostrar nuestro baloncesto.

Así ocurrio. El partido fue perfecto. Emoción, lucha, constancia, y unión de todo el grupo. Todos los jugadores dando todo, y jugando de forma equitativa en unas rotaciones que funcionaron a la perfección. Al final el marcador fue de 67-69 para los colegiales (19-17//23-12//9-22//16-18), en un choque bibrante que se resolvió en los últimos segundos. Otra vez "ganamos todos", abrazos, buen rollo, e intercambio de equipaciones con el otro equipo.

En nuestro último día hicimos la actividad más satisfactoria de todas, al menos desde mi punto de vista. Una jornada de basket para chavales y chavalas de los distintos equipos de cantera de la ciudad de Belén. Por grupos, que trabajaban de forma rotativa distintas estaciones en función de un lugar del campo (bote, manejo, tiro, y pase), los jugadores del sub 21 hacian juegos y ejercicios como si se tratara de un mini-campus. Una forma también de devolver parte de la hospitalidad y generosidad recibida durante nuestra visita. Un taller que debería tener más proyección en el tiempo con los jugadores y entrenadores de allí, para de esta forma poder ayudar en la mejora del baloncesto palestino.



El Muro atenta contra los derechos humanos. No se puede ver de otra manera. Esta mañana, algunos hemos entrado en Belén andando por el checkpoint. Impresiona y más allá de otras consideraciones no puedes estar de acuerdo con las condiciones de los palestinos cuando deben ir al trabajo”. Comentaba el presidente Juan Francisco García el primer día a un periodista del diaro El Mundo.

No hay momento en Palestina en que uno pueda olvidar lo que está viendo. La situación de opresión que se sufre allí. Quedan muchas cosas que contar de unos días muy intensos. De un viaje que se hizo realidad gracias al Consejo Superior de Deportes, y donde la Fundación Estudiantes y la ONG del Ramiro Acercándonos han planificado un encuentro único en la historia del baloncesto, pero también muy especial desde el punto de vista de la solidaridad.

Los palestinos que han compartido unos días con nosotros, con Ghada y Shalej a la cabeza, nos han echo sentir como hermanos. La actitud de los jugadores del equipo sub 21 del Estu han sido una muestra de la calidad humana de un grupo de chavales excepcionales, que han representado de una forma inmejorable lo que para algunos de nosotros significa el Estudiantes.

Foto del equipo sub 21 tras el partido contra el combinado palestino.

Con estos perfectos embajadores se ha conseguido que el Estudiantes tenga ya una lugar importante en Palestina, y que Palestina tenga todavía mayor presencia en el corazón de muchos de nosotros.

PD: En éste vídeo se puede ver un aperitivo de nuestra visita y la inauguración del pabellón en Hebrón.