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martes, 7 de septiembre de 2010

Pancho, Suárez, los bloggers, y Tarradellas.

“¡Qué espere el fútbol!”

Ocurrió hoy en el Mundial de Turquía, en el partido entre Argentina y Brasil, un enfrentamiento de una calidad brutal, un partido que ganó de manera muy ajustada la albiceleste (93-89). La versión argentina del final no tiene desperdicio:



Un impresionante Scola firmó 40 de valoración (37 puntos, 9 rebotes, y 3 asistencias) en 39 minutos de juego; los mismos que jugó el otro enchufado de la noche por el bando argentino, Carlos Delfino. El tercero en la rotación del cuadro que dirige 'El Oveja' Sergio Hernández, fue Pancho Jasen. En la genial crónica de Daniel Barranquero para ACB.com se refiere así al capitán del Estudiantes: “El estudiantil, con el traje de Nocioni, por momentos era el líder de Argentina. Más allá de los puntos, mera anécdota, su carácter, su defensa, su rabia y su experiencia multiplicaban las opciones de Argentina, que empezaba a creer en el partido”.

Ya lo comentó Hernández cuando se anunció la ausencia forzosa del Chapu por exigencia de los Sixers. "Todo lo que nosotros teníamos preparado para explotar a los aleros estaba basado en las características de Nocioni. No hay tiempo para cambiar la estrategia, pero sí que deberemos adaptarla”. La solución, según el entrenador, pasaba por atrasar a Jasen, "para convertirlo en un 2 generador de juego" y adelantar al escolta Delfino, quien por sus características técnicas podía transformarse en "un 3 definidor". Desde luego la jugada le ha salido bien, toda vez que Pancho está acumulando minutos (hoy 32), aportando carácter y decisión. Argentina vuelve a ser un rival temible para cualquier equipo.

Hoy en Madrid el Estudiantes se presentaba en sociedad frente al Khimki ruso. Lógicamente no estaba Pancho, tampoco Scariolo, aunque no sabemos si dirigió a sus jugadores por telequinesia o con el apoyo de las nuevas tecnologías. A primera vista allí, a pie de pista, estaba de entrenador del equipo “de la región de Moscú” Andrija Gavrilovic, vestido y peinado de manera normal.

En el Magariños estaba también Carlos Suárez, con la nueva equipación del Estu para este año. Un traje que podrá guardar en el armario sin necesidad de pasar por la lavadora. No jugó ni un segundo y poco después de finalizado el encuentro se confirmó su fichaje por el Real Madrid. Una noticia conocida, y que el lunes en la asamblea informativa del Estudiantes ya se había anunciado como irreversible al “95%” el propio presidente colegial Juan Francisco García. Parece que desde el viernes pasado todo era una discusión sobre cuándo, cómo, -dónde era evidente por voluntad del propio jugador- y cuánto ("suelta un poco más que el chaval lo vale”). Eso sí, entre tanto tira y afloja, parece que a última hora sonó la posibilidad de incorporar alguna sorprendente pieza a la negociación. Al final pocas sorpresas, un millón de euros por irse al equipo de Florentino, presidente del grupo ACS. Veremos si esa es la mejor opción deportiva para el de Aranjuez.


Con Carlos mirando desde el banquillo, y con Pancho ejerciendo autoridad en Turquía, el Estu ha realizado un gran partido en el Magariños, en medio de un sensacional ambiente de basket. Un encuentro, con victoria colegial por 64 a 63, en el que el canterano Jaime Fernández se ha reivindicado como un jugón con mucha personalidad, y que, a pesar de sus 17 años, le va a hacer sudar mucho el puesto a nuestro segundo base, Jayson Granger. Algo que, a priori, es bueno para todos, también para el uruguayo. El equipo hoy ha transmitido buenas sensaciones, con un Tyrone Ellis muy motivado, Marc Blanch que parece que no es un bluff sino que tiene mucho que aportar, y un Driessen que me sigue pareciendo un jugador con unas posibilidades tremendas (hoy ha defendido muy bien a Savrasenko). Solo Josh Asselin me ha parecido algo fuera de foco.

Voy terminando...

El pasado fin de semana se celebró el Primer Encuentro de Basket Bloggers. Una semilla para un acontecimiento que estoy seguro que puede ser muy potente en el futuro. Os dejo los enlaces de los asistentes, donde hay información y valoraciones variadas de lo ocurrido, hablado, y jugado en un Magariños en exclusiva para: Mo Sweat, Karusito_83, General Espartero, Almanzor, Sraly, Jorge (Alerotirador), y Ernesto.

Yo por mi parte sólo puedo decir “Ja sóc aquí!”. No me puedo comparar a Josep Tarradellas cuando volvió del largo exilio, pero el verano que me he pegado ha tenido algo de difícil retorno. Varios viajes y trabajos, casi todos relacionados con el baloncesto, además de algunos días de asueto, me han alejado físicamente de Madrid y han dificultado que pudiera actualizar el blog con la regularidad que acostumbraba. No hay tiempo para excusas, es el momento de recuperar el ritmo habitual. Como dijo el que fuera president de la Generalitat: “Ja sóc aquí! Per compartir les vostres penes, els vostres sacrificis i les vostres joies”.

Especialmente lo último, las alegrías.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Canchas Sagradas (¿encuentro?)

Después del partido del otro día en La Caja Mágica estuve dando vueltas al tema de los pabellones de baloncesto y las sensaciones que trasmiten. Recordé un artículo de Luis Scola en su blog sobre las canchas que más le habían marcado como jugador. Supongo que cada uno de nosotros tiene en mente el escenario, o el partido, que más le impresionó, le acercó al baloncesto, o, por el motivo que sea, se le quedó grabado. Daimiel ha contado varias veces como alucinó la primera vez que fue de pequeño a un pabellón para ver un partido de baloncesto en Valladolid; algunos entrenadores me han comentado los momentos más impresionantes que han vivido en una cancha, la sensación de estar en un lugar único, a veces con independencia de la calidad del rival, de la importancia de la ciudad o del equipo que estuviera enfrente.


Scola contaba sobre el Madison Square Garden “cuando me toco jugar ahí por tercera vez, volví a sentir algo especial durante toda la tarde” y añadía, “es difícil de describir, pero estás en la meca del básquetbol. La historia y el conocimiento de la gente se percibe en el aire. Los fans ultraexigentes rara vez fallan y casi siempre está lleno. Muchas veces es normal escuchar silbidos y reproches para los propios Knicks...” Luego hablaba del Staples Center, donde jugó su primer partido en la NBA, del United Center de Chicago por lo que representó Michael Jordan para su generación , y finalmente, por lo que le supuso como jugador de la selección Argentina, el Conseco Fieldhouse de Indianápolis y el estadio OAKA de Atenas.

Le pregunté por Twitter si conocía el Magariños, me contestó: “Si !jugué ahí un par de amistosos y entrene varias veces”. Es evidente que para la gente del Estudiantes, y para muchos aficionados al baloncesto, el Magata es un lugar muy especial. Yo allí de pequeño viví tardes increíbles. Pero el partido que más recuerdo fue un desplazamiento para jugar contra el CB Villalba, en 1988 o 1989, en mi primer viaje con la Demencia, aquella de los tiempos del Gavioto, del que casi salimos mal parados por la agresividad del público local. Era un pabellón pequeño, para unas 2000 personas, que con nuestra presencia se convirtió en una auténtica caldera que por suerte no llegó a explotar. Era el Estudiantes de John Pinone, David Russell, Vicente Gil, el Rata, etc.


El equipo de la sierra madrileña tenía fama de ser la segunda versión del Real Madrid, y sus seguidores de merengues. Esto fue justo antes de que Jesús Gil fusionara al equipo de Villalba con la recuperada sección de basket del Atlético de Madrid. Una experiencia efímera que duró un año. Aquella noche los gritos de la Demencia fueron especialmente hirientes: “¡¡Esto no es un campo, esto es una cuadra!!” y el estribillo de una canción infame que entonces circulaba, algo así como “¡Todos los paletos fuera de Madrid!”. Yo tenía 14 años, y aquel primer viaje, aquella cancha, aquel ambiente hostil, y la victoria ajustada del Estu me causó una gran impresión. Luego salieron los toreros, dejamos Villalba protegidos por la Guardia Civil, y me costó mucho conciliar el sueño...

He vivido otros momentos muy intensos: en la ACB -la final contra el Barça o el partido para evitar el descenso en León-, en alguna Copa del Rey, en los playgrounds de Nueva York y, más recientemente, como entrenador, en la inauguración de un pabellón en Hebrón. Pero no significó lo mismo. Ese día, en Collado Villalba, entendí que el baloncesto me podía producir unas emociones impresionantes.

No sé cuál es vuestro mejor recuerdo en una cancha de basket, sería bueno contarlo, aquí o en persona.

Parece que Mo Sweat y yo estamos de acuerdo en que hay que intentar sacar el encuentro de basket bloggers. Hablamos de hacerlo el sábado 4 de septiembre en Madrid. ¿Qué os parece?