Mostrando entradas con la etiqueta medios de comunicación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta medios de comunicación. Mostrar todas las entradas

lunes, 24 de diciembre de 2012

"El partido que cambió la historia"

En estos mundos que habitamos hay distintos tipos de periodistas. Antonio Gil (Madrid, 1981) pertenece a los que dedicados profesional y pasionalmente al baloncesto no dudan en convertirse en aliados cada vez que se comparte tiempo con él. Yo le conocí en persona por primera vez cuando preparaba mi libro El Ritmo de la Cancha haciendo entrevistas en Nueva York. Más tarde tuve la suerte de trabajar y convivir con él, en una experiencia sensacional, rodando un documental en Nueva Orleans sobre Greivis Vasquez.

Antonio Gil, entre otros asuntos, es corresponsal en NYC de la revista Gigantes del Basket, colabora en medios como basket4us.com y es analista de la NBA para CNN en español. Ahora ha publicado con Ediciones JC el libro El Partido que Cambió la Historia, un libro que trata de acercanos al streetball neoyorquino a través de lo ocurrido una noche de julio en una de las canchas de baloncesto más míticas de La Gran Manzana.


Pregunta: Describe cómo es el entorno urbano de la cancha de Dyckman.

Respuesta: Washington Heights es uno de los barrios más peculiares de Manhattan, colindando con la frontera del Bronx. Dyckman es un pequeño reducto de de la República Dominicana en New York, al estilo del poblado de Astérix en la Galia. Sus gentes, la música, los carteles, los comercios… Nada que se puede encontrar del mismo modo en ningún otro rincón de NYC.

P: Joe Pope dijo que Dyckman es “la alfombra roja del baloncesto”, ¿por qué?

R: Durante el verano de 2011 todo el mundo quería jugar allí y quien no jugaba quería estar en la grada. Los mejores jugadores NBA, NCAA, overseas y amateur se pasearon por Dyckman ante la atente mirada del famoseo más exagerado de toda la historia del torneo. Dyckman era el sitio donde estar aquel verano.

P: Alguna gente piensa que el streetball es una especie de baloncesto callejero en el que “vale todo”, cuéntanos (brevemente) cómo es la escena del streetball neoyorquino.

R: Es el baloncesto más exigente que jamás he visto, tanto en canchas de cemento como en pabellones profesionales. Si juegas en New York tiene que darlo todo o si no mejor quédate en casa porque nadie tendrá piedad de ti. El concepto pachanga, tan mal utilizado en España para definir partidos y torneos de streetball, no existe en NYC. El más amistoso de los partidos acaba convirtiéndose en una batalla por lograr la victoria.

P: ¿Hay un reglamento específico?

R: Dependiendo del torneo se juega con reglas NBA o NCAA. Estamos hablando de baloncesto normal y corriente, como el de cualquier liga del mundo, con la preciosa peculiaridad de que se juega al aire libre. Los torneos organizados cuentan con marcadores (normalmente electrónicos), árbitros, cronómetro… Un partido de baloncesto al aire libre, sin las tonterías que los medios quieren vender como streetball de vez en cuando.


P: ¿Qué papel juegan los entrenadores?

R: Exactamente el mismo que juega cualquier entrenador en cualquier equipo profesional. En los torneos de streetball además el entrenador hace las veces de general manager y consigue los jugadores que estarán a sus órdenes. Él hace los cambios, pide los tiempos muertos, dice quién manda en la cancha y ordena a los jugadores. Y a veces grita hasta la saciedad a los árbitros para intentar llevárselos a su terreno.

P: Algunos de los jugadores más reconocidos del streetball neoyorquino han pasado por la liga ACB o LEB sin excesivo éxito, ¿por qué ocurre esto?

R: No todo jugador de baloncesto está preparado para jugar de forma ‘organizada’ y sobre todo para hacerlo bajo el encorsetado ajedrezado de sistemas ofensivos y defensivos que convierten al baloncesto ACB/LEB/FIBA en general en pura matemática castrada de libertad de movimientos y creatividad en muchísimos casos. Si en Estados Unidos se nota la diferencia de jugar en high school a hacerlo en la NCAA y de ésta a la NBA, imagina saltar de las calles al baloncesto FIBA.

P: El lockout de la temporada pasada fue una buena oportunidad para ver a algunos de los mejores jugadores de la NBA en los torneos de verano de NYC. ¿Cómo repercutió su presencia en la escena del streetball?

R: El lockout fue una tremenda jodienda para el baloncesto NBA y al mismo tiempo una bendición para los torneos de streetball de New York, en los que los jugadores profesionales se dejaban ver noche sí y noche también, reaviviando una escena streetball un tanto apagada en los años anteriores.

P: Como periodista, ¿crees que el streetball está olvidado por los medios o que está en el lugar donde quiere estar?

R: No está olvidado porque casi nunca se le tuvo en cuenta… pero casi que mejor. Los medios tienden a prostituir al streetball y travestirlo a lo que ellos quieren vender como algo que parece que inventan los propios medios cuando le prestan un mínimo de atención. El streetball es algo que nació en las calles y pertenece a las calles. No necesita de nadie que venga a decirle si lo está haciendo bien o no. No necesita de repercusión mediática por siempre ha vivido del mejor medio de comunicación que existe: el boca-oreja.


P: ¿Qué pasó el 20 de julio de 2011 en Dyckman?

R: Que un partido de baloncesto entre los dos equipos favoritos para llevarse el torneo cambió la historia del streetball por completo. Nunca antes hubo nada parecido y nunca jamás lo habrá de nuevo. Por ‘hype’, repercusión, involucración, talento… Cualquier parecido con algo vivido anteriormente en un playground de NYC es sólo producto de la imaginación de quien quiere restar importancia al encuentro que puso nuevamente a Dyckman en el mapa y lo encumbró como el posiblemente mejor torneo de la historia en aquella edición.

P: ¿Por qué el libro y cuál ha sido el proceso de elaboración del mismo?

R: Porque era algo que tenía pendiente conmigo mismo y con el streetball de NYC después de muchos años seguidos empapándome de él, sus historias, sus personajes y convirtiéndolo en mi pasión con mayúsculas. Después de viajar cada verano durante muchos años a ver partidos, jugarlos y conocer gente, decidí que era el momento de darle una enésima vuelta de tuerca a un proyecto de libro sobre el streetball de New York en el que llevaba años trabajando y presentar al público español la auténtica maravilla que vive en las calles de la meca del baloncesto, en la que The World Most Famous Arena no es el Madison Square Garden sino la cancha en la que cada niño juega con un balón soñando que anota sobre la bocina una jugada que él mismo narra jugando en solitario.

PD: El próximo jueves 27 de diciembre, a partir de las 12:30h presentamos El Partido que Cambió la Historia en la tienda del Club Estudiantes, en la calle Serrano 127 de Madrid. ¡Nos vemos allí!

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Gigantes se hace mayor

En un curso de entrenador que hice hace tiempo con Javier Lería de profesor, el técnico madrileño dijo en medio de una clase técnica: “Gigantes del Basket es nuestra revista”. Por “nuestra” se refería a la revista de todos los que tenemos que ver con el deporte de la canasta en este país. Yo me quedé con aquello como un detalle elegante de alguien que habita con veteranía y conocimiento la comunidad de los más implicados. Un término y un concepto absolutamente cierto, mucho más para aquellos que nacimos para el baloncesto a la vez que la publicación, hace ya 27 años.


Ahora Gigantes abandona su periodicidad habitual de semanario para convertirse en mensual. Hace no mucho decía Clint Eastwood, en una entrevista para El País Semanal, “yo soy de los que leen el periódico y me gustan los libros en papel. Me gusta su peso, su olor”. A mí me ocurre algo parecido. El olor de Gigantes me trae buenos recuerdos, como ya conté en un post hace tiempo. Me ocurre un poco como a Totó en Cinema Paradiso, la sensación de que algunos lugares de mi vida están en sintonía con disciplinas sobre las que sigo manteniendo relación. En el caso de Salvatore era el cine y los rollos de película, en el mío el basket y Gigantes.

Es discutible si este salto que propone “nuestra revista” se tendría que haber realizado antes, pero no cabe duda de que el resultado actual es altamente satisfactorio. En el primer número de la nueva época hay chicha para rato. Una entrevista con estilo a Hettsheimeir realizada por Quique Peinado; una completa guía de la NBA realizada por Antonio Gil y David Carro con apuntes de Antoni Daimiel; unos columnistas de lujo e interés como Miguel Ángel Paniagua y Joan Plaza; y excelentes artículos, desde un punto de vista más reposado que antes, de Miguel Panadés, Carlos Velasco o Fernando Martín. Señala Paco Torres en su editorial “la adrenalina que genera trabajar en una revista con tantos cambios”. Un proceso apasionante que se percibe, a veces en exceso, en este primer número.

Parece una obviedad decir que en estos tiempos complejos para el mundo de los medios de comunicación, cada salto que se da tiene una importancia enorme, porque como decía el mismo Totó lo que queremos es “el mundo”. Sin esa meta los resultados suelen ser tímidos. Cuestión compleja cuando es difícil hacerse un hueco donde apenas hay espacio. En ese sentido espero que la nueva etapa de Gigantes del Basket venga con la intención de comerse el mundillo aprovechando el espacio y el prestigio que ya tiene. Un paso complicado, sujeto a la posibilidad de satisfacer a un número importante de lectores manteniendo los equilibrios de las distintas preferencias del público baloncestistico. Algo nada sencillo además con la diversidad que existe de referencias en internet.


En ese sentido, no soy muy partidario de la política de equilibrios, creo que ayudan a mantenerse pero no a alcanzar el éxito. Espero que Gigantes tenga disposición a la valentía, como así parece. En baloncesto un jugador de 27 años se encuentra en una buena edad de su carrera deportiva. Ya ha demostrado lo que vale y frente a él lo que queda es superarse. Un ciclo intermedio entre los primeros años de profesional y la etapa de desarrollo de la destreza intuitiva de cuál es su mejor rol, con mayor visión del juego, del espacio y del tiempo. Se podría pensar que Gigantes del Basket se encuentra en un momento parecido.

Envejecer bien no es fácil. Ocurre que muchas películas pierden la gracia del primer momento para convertirse en algo más bien ñoño y espeso. A mí me ocurre algo parecido con Cinema Paradiso. Los que nacimos con Gigantes hemos abandonado la programación juvenil para dejarnos llevar por la madurez de otras disciplinas no tan evidentemente ligadas a los partidos, las figuras y los resultados. Nuestras actuales inquietudes -por poner tres ejemplos- pueden ser el diseño, la literatura o los fondos de banquillo. Si Gigantes engancha también con ese público, en mi humilde opinión, el producto pasará de ser bueno a exquisito.

La mejor de los suertes y feliciades a los amigos que están allí. Gigantes sigue siendo “nuestra revista” por méritos propios. Excelente noticia para el baloncesto.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Carne Cruda Realidad

Tomás Fernando Flores, nuevo director de Radio 3 tras los últimos cambios en RTVE, justificaba el cese del programa Carne Cruda señalando que se producía porque “ni cabe en Radio 3 ni se corresponde con el rigor necesario en una emisión pública”, además de señalar que el programa que dirigía Javier Gallego es, en su opinión, “sensacionalista” y propio de una “radio pirata”.


En una época en que desgraciadamente las opiniones cuentan más que los argumentos, la confirmación de algo que parecía previsible en los últimos tiempos es un jarro de agua fría a los oyentes de Radio 3, por más que alguien quiera pensar que los damnificados son sólo aquellos que gustan de las Radios Piratas. Emisiones que por cierto, tienen la virtud de estar realizadas por lo general por amantes voluntariosos de la radio. Un formato en recesión en estos tiempos de monopolios comunicativos.

En 1977 Las Ediciones de La Piqueta publicaba un pequeño libro titulado De qué va el rock macarra, escrito por Diego A. Manrique. En el texto, el conocido 'crítico musical' señalaba que “las formas que mejor representan la experiencia de vida urbana de un altísimo porcentaje de los jóvenes son aquellas que acentúan los elementos tradicionales del rock: volumen, ritmo pesado, agresividad, tensión, impacto, rebelión, sexo, desafío, identificación entre músicos y público...”

En la misma colección publicaba en esos años Jesús Ordovas un libro titulado El Rrollo. Dos autores que seguro muchos oyentes echaran en falta en la actual Radio3, atacada por las derivas hacia el predominio de las músicas del mundo, entendidas estas desde un concepto amplio del término y no sólo desde su acepción discutible como estilo; el buenismo humanitario a golpe de susurro y retórica bienintencionada; o la cadencia plomiza de los locutores recargados en su propia sabiduría, con escasa chispa en su oratoria e incapacidad para transmitir. Poco queda de aquella Radio3 que enganchó con el público a golpe de calidad musical y personalidad propia no hace tanto.

En pleno Siglo XXI se cierre un programa como Carne Cruda que precisamente retornaba a esas características. Milton Mezzrow, músico de jazz que complementaba su virtuosismo tocando el clarinete con oficios como contrabandista y “traficante de la mejor marihuana de Harlem”, señalaba en 1927 lo aburrido que sería “para cualquier músico con alma permanecer sentado en la cadena de montaje de una sinfónica. […] En el diccionario de cualquier músico de jazz, sinfonía significa esclavitud. El jazz y la libertad son sinónimos”.

La sinfonía ahora debe ser el “rigor necesario en una emisión pública”, y la actitud de Javier Gallego un reproche frente a los que pretenden que vivamos en sociedades de marionetas que se mantengan con mayor o menor gracia en la cadena de montaje. En la nueva RTVE ya no hay margen para el periodismo de voz propia, aquello fue un espejismo democrático efímero. Se ha regresado a la lógica de que las reglas las impone el dueño del balón. Desdichado tiempo en el que las expresiones disonantes se quieren limitar a un buzón de voz. Por mucha indignación que haya, nunca habrá respuestas, habla chucho que no te escucho. Las opciones que nos quedan las barruntó Lou Reed en Perfect Day: “damos de comer a los animales del zoo. Después una película y luego a casa”. Terrible paisaje.

Me queda la duda de si el “sensacionalismo” se refiera a la música o al mensaje del locutor. Igual es que, utilizando las teorías de Manrique hace 35 años, ya no es el momento ni del “impacto” musical ni mucho menos de la “identificación entre músicos y público”, cualidad que había logrado Javier Crudo en estos tres años en las ondas de Radio3. Y es que Carne Cruda se realizaba desde la calidad técnica y la independencia. Poco mérito en una sociedad narcotizada a golpe de radio fórmulas y mediocridad informativa. La determinación de los oyentes para apoyar el programa en redes sociales y a pie de calle es una muestra de que lo que se pierde es mucho para una parte de la población. Algo que casa mal cuando el “interés público” es que todos podamos ver el fútbol y cantar los goles cuando lo diga el locutor.

Otra avión que se marcha a no sabemos dónde. Siempre nos quedará París.

PD1: Aquí dejo el programa que se emitió el 22 de agosto pasado para hablar de mi libro 'El Ritmo de la Cancha', una grabación que fue un lujo gracias a la atención y el cuidado de Javier Gallego.

PD2: Mucho me temo que esto es un nuevo empujón en la dinámica de acabar con Radio3 por la exterminadora política del aburrimiento. Arma de notable éxito en estos últimos años. Suerte a los que siguen y valen.

domingo, 20 de mayo de 2012

El Ritmo de la Cancha

Hace ahora diez años, al regreso de un viaje curativo de dos meses por el sudeste asiático, un amigo me sugirió que abriera un blog para hablar de los lugares que visitaba, porque me decía que le gustaba la literatura de los mails que mandaba a mis amigos contado los recorridos geográficos y vitales de los lugares visitados.


Un tiempo después de aquello, y por circunstancias que no vienen al caso, me encontré en el Hotel Palestina de Bagdag con el mayor despliegue informativo que había visto hasta el momento. Eran los momentos inmediatamente anteriores a la guerra de Irak, y en el frenesí del hall del hotel atestado de corresponsales, la atmósfera estaba cargada de distintas impresiones. No todas muy gratificantes con el oficio de la comunicación.

Fue allí donde comencé a barruntar -más claramente- que había un espacio poco transitado en los relatos periodísticos, más allá de las noticias y la actualidad, el que se refería a las informaciones que se acercaran a las personas y su cotidiano. Y es que a la salida del Hotel Palestina, la capital iraquí era un bullicio de realidades desconocidas, pero no tan distintas a las que pudieran estar ocurriendo en ese mismo momento en cualquier otra ciudad del mundo.

Al hilo de ese proceso se fue constituyendo una idea: cómo trasmitir las distintas realidades complejas de la gente y cómo hacerlo sin que estuviera codificado por los códigos por los que muchas veces nos acercamos a la información. En ese sentido otra de mis pasiones, el baloncesto, se anunció como una posibilidad de hablar de las cosas que suceden en el mundo desde un prisma diferente al habitual. Al fin y al cabo, el deporte es un lenguaje universal que necesita pocas traducciones.

Así se fue gestando un proyecto que hace casi cuatro años se concretó en el Sputnik Basket Blog, un lugar desde el que atravesar el espacio que separa los géneros literarios y que trata a la vez de interactuar con los lectores hablando principalmente de baloncesto. Desde esa nave espacial, y con la libertad de expresión que permite una bitácora, fueron surgiendo otras oportunidades periodísticas profesionales, en las que a día de hoy estoy plenamente embarcado.

La idea del libro surgió en paralelo, y también por sugerencia de otro amigo. Un libro es una responsabilidad muy seria, así que el trabajo que ahora se materializa en El Ritmo de la Cancha, requirió de otros procedimientos distintos a los que había trabajado hasta entonces.


Algunas de las historias las busqué movido por la curiosidad intelectual: ¿qué había pasado con el baloncesto en las olimpiadas de Berlín 1936? o ¿por qué el Eurobasket de 1949 se celebró en El Cairo y lo ganó Egipto? En otras me encontré de frente con el relato, como ocurrió la primera vez que fui a Palestina o cuando estuve en Venezuela. En otras, fue a través del conocimiento personal de alguno de los protagonistas, cuando surgió la narrativa, como ocurre con las historias de Argentina, Vietnam o la ex-Yugoslavia.

Hay otro lugar importante desde el que esta construido este libro. Tiene que ver con mis propias pasiones más allá del deporte de la canasta: la literatura, el cine y la música. La primera se materializa en la selección de citas que acompaña a cada capítulo, todas ellas con un por qué muy personal, pero que el propio lector podrá descubrir y situar, obviamente, en sus propios parámetros de evaluación. En cuanto al cine y la música, el lector podrá encontrar a lo largo del texto pequeños guiños a dos disciplinas artísticas que, como la literatura, forman parte de los placeres de la vida y que afortunadamente, especialmente si son de calidad, poco entienden de fronteras y gobiernos.

Espero que disfruten del trayecto.


PD1: La ficha del libro en Clave Intelectual.

PD2: El libro estará a la venta en librerías a partir del lunes 28 de mayo.

PD3: El calendario por el momento es:

- Viernes 25 de mayo, 20h presentación en el Aula de Música del IES Ramiro de Maeztu, con la presencia de José Ajero, Raúl Barrera, Ángel Goñi y Lourdes Lucía.

- Domingo 27 de mayo, a partir de las 19h, firma de ejemplares en la caseta de UDL Libros en la Feria del Libro de Madrid.

- Jueves 7 de junio, a partir de las 11:30, presentación del libro y de Lavapiés Streetball Champs en FNAC Callao de Madrid, con la presencia de Antoni Daimiel, Lennon The Lawyer y Quequé.

- Viernes 8 de junio, a partir de las 18:30, firma de ejemplares en la caseta de Traficantes de Sueños, en Feria del Libro de Madrid.

- Jueves 14 de junio, a partir de las 20h presentación en librería Traficantes de Sueños, calle Embajadores 35, Madrid con la presencia de Ángel Goñi, Lourdes Lucía y Miguel Romero.

PD3: En breve más información de presentaciones y eventos relacionados con el libro.

jueves, 26 de abril de 2012

Donde nace el baloncesto

Cuesta volver a pilotar el Sputnik, pero asuntos personales y especialmente laborales me han tenido apartado en los últimos meses. Así que para ir cogiendo algo de ritmo y recuperar poco a poco la forma me limitó a anunciaros que el próximo lunes 30 en Canal+ se emitirá dentro de Informe Robinson el reportaje en el que he trabajado sobre el baloncesto en Lavapiés.



Con el nombre de Donde nace el baloncesto es un recorrido por algunas de las personas que habitamos este barrio del centro de Madrid y nuestra particular relación con el baloncesto. Espero que os guste.



En el tintero queda mi viaje a Nueva Orleans para hacer un reportaje sobre Greivis Vasquez, los muchos asuntos que tienen que ver con el Estudiantes y su delicada situación a la orilla del infierno, y lo más importante las novedades que tienen que ver con la publicación de mi libro, que tiene fecha de salida a las librerías para principios de junio.

Un abrazo a todo el mundo. Prometo volver.

martes, 21 de febrero de 2012

Resaca Copera

La Copa en el Sant Jordi

El Real Madrid de baloncesto ha regresado de varias temporadas de insomnio y tranquimacil. La Copa que ha ganado tiene un mérito enorme por cómo la ha conseguido: imponiendo su juego, apostando por el grupo y sin tener que sacar los tanques a la calle. El éxito de la victoria es de los jugadores y, especialmente, de un Pablo Laso que de esta forma aleja el ruido de sables habitual en La Casa Blanca.

Foto: ACB.com

Decía Juanma Iturriaga en su blog que “se gana al Barcelona sin renunciar al estilo propio, valiente, sin racaneos, no dejando que el partido se decida como siempre, para el que mejor defiende”, y añadía “no estamos hablando de títulos, estamos hablando de ideas y proyecto con los que te identificas, de baloncesto del que te gusta”. Sin entrar en consideraciones sobre gustos y escudos, estoy de acuerdo. El Real Madrid puso en valor un baloncesto que parecía olvidado: ese en el que rondando la ventaja de diez puntos se realizan posesiones de quince segundos, sin mirar ni el reloj ni otra estrategia que no sea jugar, como así ocurrió en el último cuarto de la final. Ganar o perder pero con personalidad y riesgo.

Por si fuera poco, al campeón de la Copa del Rey 2012 le surgió su propio Jeremy Lin: Sergi Llull. Cierto que el menorquín no es una sorpresa rescatada del fondo del armario como el taiwanes, pero la apuesta de Pablo Laso por situarle definitivamente como base y director de juego, sí tiene algo de sorprendente. Anteriores eminencias del banquillo habían descartado ese puesto para el jugador que mejor aceleración tiene de la Liga ACB, pero cuya capacidad de frenada estaba muy discutida. MVP sin lugar a dudas, aunque con el aliento en el cogote de un magistral Jaycee Carroll.

Sin embargo, me sorprende leer en algunos foros madridistas que “el arbitraje fue casero”, a pesar de la sobrada victoria, y se apela a la consabida conjura del poder catalán (?) para afirmarlo. Como prueba del delito se manifiesta la diferencia de tiros libres entre el Barça (24/30) y el Real Madrid (8/9). Otro episodio nacional de conspiranoia que creo absurdo. Que Tomic, Begic y Felipe se cargaran de personales fue, desde mis ojos de la tribuna de prensa en el Palau Sant Jordi, un signo inequívoco de que los pivots madridistas no iban a permitir que las torres blaugranas se movieran por la cancha como felices danzarines de pick & roll o sardanas. Al contrario, desde el principio el Real Madrid mostró síntomas que hacia mucho no practicaba en este tipo de cotarros: fortaleza y agresividad. El gorro de Begic a Eidson fue una muestra...[en ambos sentidos]

Foto:ACB

De esta Copa del Rey, que será recordada, mis únicas decepciones deportivas tienen que ver más con las ausencias. La más egoísta es la que se refiere al Estudiantes, porque con la trayectoria de sinsabores que llevamos no estamos para jugar una competición que siempre hemos agradecido, y la otra es el Valencia y Bilbao Basket, porque considero que tenían plantillas más competitivas que algunas de las presentes. Dicho esto, creo que la victoria del Real Madrid, además de merecida, puede ser beneficiosa para el baloncesto...

La Copa fuera del Sant Jordi

Sólo alguien muy cateto, en lo que se refiere a su ancho de banda mental, no reconocería que Barcelona es una ciudad fabulosa y bonita. Sin embargo la dispersión de las actividades coperas (la Zona Lúdica en el Arc del Triomp y la Minicopa en Valle d'Hebron) hacía complicada la movilidad entre distintos ambientes. La primera habría sido más agradecida en los alrededores del propio Palau Sant Jordi o en la Plaça de Espanya, y a la segunda ubicación le faltaba un poco del ambiente que se pudo vivir el año pasado en el Magariños o hace dos años en La Casilla de Bilbao.


De la misma manera, es para pensarse la capacidad de promoción social de un evento como este. La final fue la menos vista de los tres últimos años por televisión y sigue faltando esa atracción publicitaria que logran los yankees aunque se trate de un partido de singles against married. Sin capacidad para vender el producto es muy difícil reflotar mediáticamente nuestro baloncesto. Un dato: el viernes al mediodía en la tienda de merchandaising de la Copa situada en el Arc del Triomp la dependienta me comentó que hasta ese momento no había vendido nada en el puesto en toda la mañana. Nada raro si se piensa que una camiseta sin demasiados alardes gráficos y con publicidad de una marca de cerveza sin alcohol costaba 25 euros. Camisetas parecidas de la NBA son más baratas y sin publi... Pero lo peor es que si uno le quería regalar a su sobrino la camiseta oficial de Llull, Juan Carlos Navarro, Fernando San Emeterio o Pancho Jasen, la misión era imposible. En “la gran fiesta del basket ACB” ningún chiringuito ofrecía las equipaciones de los equipos participantes y sus estrellas.

Hablando de ausencias, en la Minicopa hubo una muy sentida: La Penya. El equipo ganador de las cuatro últimas ediciones no pudo estar en Barcelona porque sus mayores no se ganaron la clasificación. Una lástima que debería hacer reflexionar a los clubes de cantera lo importante que es que sus equipos senior aprieten. Vale que no es un Campeonato de España pero es una experiencia muy chula para los chavales, y para mí sigue siendo de lo mejorcito de estos días. Me alegra que se haya vuelto a que todos los partidos tengan el tiempo reglamentario como cualquiera de categoría infantil (hasta el año pasado eran de siete minutos salvo la final).

Por cierto, el primer día tuve la suerte de conocer a los padres del jugador del Barça Màxim Estebán. Un lujo hablar con ellos (luego me enteré que él fue jugador de la Penya y ella atleta en sus tiempos), porque ves que por encima de la experiencia de un chaval que sólo tiene un día libre a la semana, lo que hay -cuando esta bien gestionado como parece- es ilusión y diversión. En la final de la Mini, el Barça ganó al Real Madrid. Me alegro por ellos, una gente molt maca.

Foto: ACB.com

Los postdatas

PD1: La cuestión de la megafonía estridente y la grúa justo frente a la zona de prensa se podría revisar...

PD2: Soy muy fan de Iggy, el speaker de la Copa y única representación 100% colegial en la pista del Palau Sant Jordi.

PD3: Felicitar por su esfuerzo a toda la gente que trabaja para que esto sea físicamente posible.

PD4: Pedir disculpas a Jordi Sampietro al que casi no pude ver con razones ajenas a mi voluntad. No dudéis en visitarle en Belgrado, merece mucho la pena.

PD5: Una de las mejores cosas de ir acreditado a la Copa es que, a pesar del volumen de trabajo en pocos días, uno se encuentra con muy buena gente que se dedica a algo tan apasionante como la comunicación y el baloncesto.

PD6: Durante la Copa se presentó la revista Cuadernos de Basket. El próximo post será sólo para hablar de este nuevo proyecto.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Hugo Chávez ya tiene equipo de basket...

Hugo Chávez, que en junio pasado anunció que padecía cáncer e iniciaba su tratamiento de quimioterapia en Cuba, podrá presumir de ser desde hace unos días propietario de nada menos que los Guaiqueríes de Margarita, el mejor equipo de la Liga Profesional de Baloncesto de Venezuela...


El pasado mes de septiembre, el gobierno venezolano anunciaba la nacionalización de Conferry, la empresa encargada de gestionar los barcos que unen al conjunto del territorio con la Isla Margarita, uno de los destinos favoritos del turismo nacional e internacional. Hugo Chávez había manifestado que el servicio de la empresa no era bueno y el precio para el pasajero excesivo, así que tras varios incidentes y una deficiente gestión en el último periodo de vacaciones, el gobierno decidió nacionalizar la empresa.



Curiosamente, la decisión adoptada ha tenido otro implicado directo. El viernes 18 de noviembre, la Gaceta Oficial anunció que una comisión gubernativa se encargará de "administrar, representar, supervisar y ejecutar las actividades" del equipo de baloncesto de los Guaiqueríes de Margarita, debido a que el 97% de sus acciones estaban a nombre de la naviera.

Guaiqueríes no es un equipo menor. La Tribu, como se conoce popularmente al equipo, lleva treinta años en la Liga Profesional de Baloncesto (LPB), juega en el Gimnasio Ciudad de La Asunción, con capacidad para 8500 espectadores, y es junto a Trotamundos de Carabobo, el equipo con más títulos en la liga venezolana, con un total de ocho.


Héctor Rodríguez, Ministro de Deportes y seguidor del equipo, señaló en Últimas Noticias, que “lo primero es aumentar el nivel competitivo del equipo, coordinar las condiciones y calidad de los jugadores. Después tenemos conocimiento que el gimnasio donde juegan carece de comodidades para el fanático y los jugadores, por ello haremos las remodelaciones que fuesen necesarias, tanto para el equipo como para la fanaticada que asiste a los encuentros”, y como novedad aseguró que una tercera fase será incluir una cláusula en los contratos de los jugadores destina a intervención social, “que vayan a las escuelas, a los campos deportivos, que dicten charlas, clínicas, talleres de baloncesto para que ese deporte tenga un crecimiento en Nueva Esparta”.

Lógicamente, la expropiación del equipo no ha pasado desapercibida, en un país donde además la polarización política y mediática es extrema...



A falta de algo más de dos meses para el inicio de la liga, y sin que se haya confirmado ni el róster ni el entrenador, lo que sí ha asegurado la nueva directiva es que el equipo lucirá sus tradicionales colores blanco y verde y que seguirán en la isla. “El equipo no se va de Margarita como han dicho por ahí. Vamos a trabajar por un equipo ganador como se lo merece la fanaticada. Ahora Guaiqueríes es más margariteño que nunca”, apuntó Hanthony Coello, que dirige la comisión técnica deportiva designada por el Ministerio.

Rolando Urdaneta director ejecutivo de la LBP, y que en un primer momento se mostraba muy escéptico con la operación, señaló tras reunirse con Coello,“están muy preocupados en tener un equipo bien competitivo. Están conscientes de la tradición de Guaiqueríes. Me pidieron mucha información técnica con respecto a movimientos de importados. Insistieron en que se manejarán como una empresa privada, que incluso puede ser vendida”.

Sea como fuere, lo que parece claro es que en los próximos días en Venezuela se va a hablar de basket, y que pocos gobiernos del mundo podrán presumir de tener un equipo profesional de baloncesto, al menos oficialmente...

miércoles, 23 de noviembre de 2011

El Torneo del Lockout

La película Annie Hall (1977) comienza con el protagonista, Alby Singer (Woody Allen), diciendo a cámara ante un fondo neutro: “Les contaré un chiste viejo. Dos señoras mayores están en un parador de montaña, y una dice: 'Hay que ver lo mala que es aquí la comida'. Y la otra replica: 'Sí, y además dan unas raciones tan pequeñas'. Pues bien, así es como veo yo la vida”.

Final del Torneo de Navidad 1984, Real Madrid vs URSS.

Salvando las distancias, y desde el máximo respeto, a la Liga Endesa-ACB le ocurre algo parecido. El producto es interesante, pero la forma de proyectarlo es deficiente y la cantidad escasa. A pesar del paulatino desembarco de jugadores NBA en nuestra competición (el último de ellos Tiago Splitter), y del proceloso desarrollo que se esta produciendo alrededor del lockout, la segunda mejor competición profesional de baloncesto del mundo no logra atraer los focos de atención de espectadores -más allá de los aficionados que acuden fielmente a los pabellones-, y la tensión competitiva apenas se percibe .

Los síntomas parecen cada vez más evidentes: un reglamento que sanciona en exceso el juego de ataque; un deficiente sentido del espectáculo por parte de los clubes (en lo que al cuidado de los elementos externos al juego se refiere); y un limitado y escaso cuidado mediático por parte de quién tiene los derechos televisivos del baloncesto.

Y eso, a pesar de que hacia muchos años que no había tal cantidad de elementos de atracción alrededor del deporte de la canasta en este país como ahora.

Dicho esto, me atrevo a lanzar una propuesta de las muchas que se podrían hacer. Entre 1966 y el año 2006 se celebró el Torneo de Navidad del Real Madrid. Aunque en los últimos años languideció sin pena ni gloria, el Torneo fue durante un tiempo una referencia dentro del mundo del baloncesto, pasando por ahí jugadores como Bob McAdoo, Bernard King, Drazen Petrovic, o Arvydas Sabonis, y siendo uno de los productos estrellas de TVE durante el periodo navideño.

Repescar aquella formula, no necesariamente alrededor del Real Madrid en lo referido a la gestión, podría ser un balón de oxigeno desde el que experimentar nuevos campos alrededor del espectáculo, la venta de merchandaising, la atracción de aficionados, e incluso, por qué no, el reglamento del juego.

Una aclaración, espero que nadie piense en cheerleaders, palomitas, y acento texano como el resultado de la ecuación que propongo.

Teniendo en cuenta que será difícil ver juntos en una competición corta a jugadores como Kirilenko (CSKA de Moscú), Tony Parker (ASVEL-Lyon) o Deron Williams (Besiktas de Turquía), por poner algunos ejemplos, sería una de las muchas formas desde las que impulsar nuestro baloncesto aprovechando el momento. Surfear en la inesperada posibilidad que se ha producido con un buen número de jugadores emigrados fuera del universo NBA. Focalizar la atención del baloncesto en Europa.

Lo asumo, la propuesta es difícil de vender a algún patrocinador, pero da la sensación que la ola de los acontecimientos ha pillado con el pie cambiado a la Liga Endesa-ACB, que nadie esperaba que el lockout tuviera estas derivas, y que la visión de 'la gran foto', como les gusta decir a los estadounidenses, sigue siendo precaria en estas tierras.

Y así, aunque los ingredientes son buenos, la comida no es apetitosa y las raciones son escasas. Un síntoma parecido al que le ocurría al bueno de Alvy Singer atormentado por amores difíciles y gestiones sentimentales que no terminaban de cuajar. Algo parecido a lo que nos pasa a algunos con nuestro baloncesto.

PD: Una nueva colaboración para elEconomista.es.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Saitama 03/09/2006

Hoy tres de septiembre hace exactamente cinco años de la medalla de oro lograda en Japón que consolidó a la mejor generación del baloncesto de nuestro país. Aquel triunfo tuvo muchos significados y despertó muchas sensibilidades, buena parte de lo que generó tuvo que ver con la actitud del entrenador que llevó al equipo a lo más alto del podio y a la forma de hacerlo. Pepu Hernández llegó a la selección después haber entrenado en prácticamente todas las categorías de formación del Estudiantes, y de haber triunfado con el primer equipo colegial, con el que logró la Copa del Rey de 2000, el subcampeonato de la Liga 2003/04 y el subcampeonato de la Copa Korac 1998/99. Tras el éxito de Japón logro la medalla de plata en el Eurobasket celebrado en Madrid en 2007. Poco antes de las olimpiadas de Pekín, en el año 2008, la Federación Española de Baloncesto decidió retirarle del cargo de seleccionador.

La entrevista a las puertas del Madrid Arena en Noviembre del 2006. Foto: Fran Panadero.

Coincidiendo con el quinto aniversario de la final de Saitana, vuelvo a publicar en el blog la entrevista que le hice a Pepu tras aquel campeonato del mundo para el periódico Diagonal, cuando todavía se saboreaban las mieles de aquel histórico triunfo.

¿Cuál es la parte menos buena de todo esto?

Yo creo que hay muy pocas, son casi todas positivas. Quizá que ahora estoy mucho tiempo sin pisar cancha y sin entrenar. Pero tampoco es un gran problema por el momento.

Dijiste aquello de “os voy a decir una palabra. Y escuchadla bien, porque va a ser una palabra muy importante: ba-lon-ces-to”. Recientemente en el diario El País no mereció ni una línea el partido entre el Estudiantes y el Barcelona que juntó a 13.500 personas, ni tampoco la vuelta del Joventut a la Euroliga. En cambio, el partido de dieciseisavos de la Copa del Rey de fútbol entre el Alavés y el Celta ante 1.600 espectadores tuvo una columna entera para contarnos que fue un aburrimiento...

Yo pongo en duda la sensibilidad de algunos medios con lo que la sociedad está demandando. Creo que todos tendríamos que revisar qué es lo que estamos haciendo bien y mal, con autocrítica. En algunos casos los medios actúan de forma mecánica con determinadas situaciones y creo que de verdad no están siguiendo al día la sensibilidad que puede tener la gente con nuestro deporte. Dije que íbamos a hablar de baloncesto y lo dije sobre todo en el sentido de la cantidad de valores que puede transmitir este deporte, y creo que es lo que más ha llamado la atención este verano por el trabajo de la selección, por un grupo de jugadores que ha actuado de una forma natural, y yo creo que ha habido algo más que querer ganar. Por eso digo que hay una serie de valores que el deporte del baloncesto puede transmitir, y hablo de todo el baloncesto, no del baloncesto de la selección, sino de todo el baloncesto. Me da la impresión de que hay gente que quiere que compitamos con otro deporte, que es el fútbol, y nosotros no tenemos que competir con nadie, sino estar muy atentos a hacer nuestro trabajo bien. Tenemos la responsabilidad al estar acercándose gente al baloncesto, y hay que hacer que la gente se divierta y vea que es un deporte atractivo, que las chavalas y los chavales que jueguen estén cómodos, bien atendidos, que se sientan bien en este deporte independientemente de hasta dónde lleguen. El baloncesto no se mide única y exclusivamente por audiencias televisivas.

Dijiste también que baloncesto “equivale a educación, generosidad, solidaridad, trabajo en equipo, talante y tolerancia”. ¿Crees que son valores que socialmente se están transmitiendo?

Yo creo que el deporte es un medio más para transmitir valores, siempre he dicho que si un entrenador enseña sólo técnica y táctica es muy pobre, no es suficiente. Por eso debemos ser cada vez más tutores. Creo que a partir de ahí podemos hablar de añadir comportamientos sociales. Esto es una posibilidad más. Por ejemplo, ayer en el chiste de Forges una niña le decía a un niño en el patio del colegio: “Yo, cuando sea mayor, voy a ser pacifista” y el niño pregunta: “y eso, ¿dónde se estudia?”. “En casa”, sentencia la niña. En casa se aprenden cosas, en el deporte otras, o las mismas, por qué no. Todo está en contacto con la sociedad, cualquier momento o cualquier situación es buena para transmitir valores que nos hagan ser un poco mejores como personas. Más tolerantes, más generosos, más solidarios, etc.

Foto: Fran Panadero.

¿Cuál es el baloncesto que le gusta a Pepu?

Me gusta un baloncesto por supuesto técnico, con tácticas, pero una vez superado eso, lo que me gusta es el baloncesto de las sensaciones, de la sensibilidad. Donde el jugador o jugadora transmite todo lo que sabe. Que no sea un robot ni una maquinita. Que sepa hacer cosas y no parezca un guión totalmente preestablecido, porque creo que se nota inmediatamente. El aficionado quiere improvisación, genialidad, velocidad, poca racanería. El espectador quiere eso, y nosotros, la gente del baloncesto, queremos divertirnos de esa forma; creo que es mejor así.

¿Echas de menos un baloncesto más cotidiano, más de a pie, más de club...?

Yo ya dije que cuando entré en la selección no iba a trabajar a corto plazo, al ritmo de las competiciones. Bueno, lo tengo presente porque sé que es lo que se espera de mí, pero a mí me gusta trabajar a medio y largo plazo. Ver las posibilidades y las proyecciones que hay independientemente del tiempo que esté en la selección, donde me encuentro muy bien. Pero también es cierto que en un momento determinado podría echar de menos el baloncesto de competición diaria. La verdad es que no sé exactamente qué voy a hacer en el futuro.

¿Y el Estudiantes, se echa de menos?

Sí. Echo de menos todo. Porque cómo no voy a echar de menos con todo el tiempo que he estado trabajando en Estudiantes, pero así son las circunstancias. La decisión de dejar Estudiantes fue mía. Afortunadamente, bien o mal, es una decisión personal, de la que no me arrepiento. Pero sí echo de menos determinadas cosas, bueno, yo creo que a eso estamos acostumbrados todos.

¿Cuáles fueron las experiencias positivas de este Mundial, aparte de las más evidentes?

Yo no he cambiado, creo que sería un error si pensáramos que hemos llegado a algún sitio. Hemos empezado una nueva etapa, y muy bien. No sé si se esperaba o no pero evidentemente nosotros estamos encantados. Lo mejor es que el éxito ha sido muy bien acogido, hay muchísima ilusión tanto antes como después del campeonato, hay mucho agradecimiento y lo único que creo es que no tenemos que cambiar mucho, ser los mismos, ser gente que quiere hacer un buen baloncesto, que quiere mantener los valores que se han ido transmitiendo. Y si sumamos determinadas actuaciones, tanto individuales como colectivas, es posible que en un futuro volvamos a tener un premio importante. Debemos trabajar desde la tranquilidad, la humildad y la normalidad.

¿Cómo se consigue que conecten jugadores que ganan una fortuna, metidos en un sistema que les idolatra más como estrellas publicitarias?

No cuenta, cuando entrenas no cuenta absolutamente nada lo que cobras o lo que dejas de ganar. Sólo cuenta tu capacidad de entregarte al grupo, tu capacidad de apoyar, de formar parte de un proyecto. Es verdad que hay gente que no es así, pero también hay gente que conecta, que se siente bien trabajando al lado de otros y no piensa sólo en sí mismo. Como yo digo, cuando no hay más remedio pues se aplica la profesionalidad. Pero yo esto lo pongo en el ámbito del ‘tener que’, lo del ‘querer’ es otra cosa. Y yo creo que el ‘querer’ es mucho más divertido, querer hacer las cosas es mucho mejor, se hace con más facilidad, no te cuesta tanto esfuerzo. En ese aspecto hemos tenido una fortuna muy grande porque el grupo es muy especial, el grupo por el objetivo común está dispuesto a sacrificarse individualmente y eso es muy de agradecer.

Para terminar, ¿cuáles son, para ti, los placeres de la vida?

Los placeres de la vida para mí son muy sencillos. Estar con mis amigos, estar con mi familia un día entero, que últimamente no he tenido muchos. Pero ahora mismo es muy difícil no tener obligaciones muy directas. Ya digo, el estar con los amigos, una buena lectura, charlar y, por supuesto, hablar de baloncesto. Me gusta muchísimo hablar de baloncesto. Y no sólo de cuestiones técnicas o tácticas, de todo lo que rodea al baloncesto. Ya sé que muchas veces charlando no se arreglan las cosas, pero mira, alguna vez surge una idea, una línea a seguir y yo creo que en eso tenemos que estar.

viernes, 12 de agosto de 2011

La diplomacia del ping pong y el lockout

Al principio de la década de los '70 se estableció entre Estados Unidos y China la llamada diplomacia del ping pong. En abril de 1971 el equipo de tenis de mesa estadounidense se encontraba de gira por Asia, y recibió una invitación para acudir a la China de Mao Tse-Tung. Los americanos se presentaron en Pekín en medio de una enorme expectación internacional. El encuentro lo organizó el Comité Nacional de Relaciones EE.UU.- China (National Committee on U.S.- Chinese Relations, NCUSCR) como antesala a la visita del presidente Nixon al gigante asiático un año después. Pero habría que esperar hasta 1979, con el gobierno de Jimmy Carter, para establecer oficialmente relaciones entre ambos países.


En enero del 2009 se celebró el 30 aniversario del establecimiento de esas relaciones. El NCUSCR celebró por todo lo alto un evento en Nueva York presidido por Henry Kissinger, director del Comité Nacional y antiguo secretario de Estado; Zhang Yesui, embajador de China en la ONU; Peng Keyu, consul general de China en Nueva York; Duncan Niederauer, presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York; Jan Berris, vicepresidente del NCUSCR; y David Stern, comisionado y máximo dirigente de la NBA.

La presencia de David Stern no era un asunto menor. La NBA llevaba elaborando un plan económico de intervención en China a nivel superlativo desde hacía años. En 1991 la NBA comenzó a emitir partidos por la China Central Television en abierto, pero sería a partir de principios del siglo XXI cuando el desembarco sería total. En octubre del 2004 los Houston Rockets de Yao Ming jugarían un partido de pretemporada contra los Sacramento Kings en Shanghai y Pekín; en el 2008 se crearía NBA China; en 2009 se invertiría 280 millones de dólares en la construcción de un gran pabellón en Shangai, que sería completado con otro e Pekín y un tercero en Guangzhou, como adelanto a la edificación de doce grandes estadios en el país; en los últimos años se esta desarrollando un programa para entrenadores en colaboración con la Chinese Basketball Association (CBA); además, las visitas de jugadores NBA a China, con motivo de todo tipo promociones, ha sido habitual y constante de un tiempo a esta parte...

David Stern en el acto de la NCUSCR

Precisamente el conflicto generado estos días alrededor del lockout podría tener relación directa con China. Como informaba el blog La Puerta Atrás, Billy Hunter, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto (NBPA), y principal pesadilla de la NBA en la mesa de negociacion, es “consultor de la China Sports Industry Inc., empresa que opera en exclusiva el tratamiento deportivo en China y gestiona la comercialización y promoción del deporte profesional en la República Popular”. Hunter y Stern podrían estar librando una nueva fase de la diplomacia del ping pong, esta vez con China como espectador, y con el futuro inmediato de la NBA en China como parte del juego. Por lo pronto en el país asiático están que echan humo con la situación económica actual del país que preside Barack Obama. No en vano, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, China acapara buena parte de la deuda estadounidense y es su principal acreedor.

El posible desembarco de jugadores como Chris Paul, Carmelo Anthony o Dwyane Wade a la CBA, con motivo del lockout, podría ser un parche económico que cubriera provisionalmente los intereses de todos. Aunque, como señala Miguel Ángel Paniagua en su columna Rank-and-file del último número de la Revista Gigantes, no serán las megaestrellas -y sus posibles acuerdos overseas- las que decidan el devenir del lockout, sino la tropa de jugadores de clase media que puede ver peligrar seriamente su futuro económico con el parón, y que son mayoría en el Comité Ejecutivo del sindicato NBPA.


Ethan Sherwood publicó hace unos días un interesante artículo en Hoopspeak titulado China & the Lockout: Mysterious Millions sobre la relación entre David Stern y China. El autor se preguntaba por la posición de Stern en el lockout, de contener el gasto, cuando precisamente la liga esta invirtiendo enormes cantidades de dinero en China. A día de hoy la liga estadounidense tiene quince acuerdos de negocio con televisiones chinas, y el nivel de seguimiento, e ingresos, de la NBA allí ha sido, a falta de ver el impacto de la retirada de Yao Ming, tremendo. Un volumen de negocio que podría estar también relacionado con lo que se discute en la mesa de negociación visto que cada uno de los protagonistas tiene grandes intereses en el gigante asiático.

En cualquier caso, entre aquel partido de tenis de mesa de 1971 y la situación actual muchas cosas han cambiado en la política internacional y en el baloncesto. El antiguo enemigo es hoy un socio prioritario en la economía de Estados Unidos, y la NBA es uno de los actores más interesados en que esa relación fluya de manera positiva. Lo que ocurra en el futuro entre Billy Hunter y David Stern tendrá mucho que ver con cómo gestionar los ingresos de la competición, pero también, parece, con cómo relacionarse con China.

PD1: Este artículo saldrá publicado en NBAmaniacs.

PD2: Henry Kissinger, director del NCUSCR y polémico premio nobel de la paz en 1973, es uno de los personajes más oscuros de la política estadounidense.

lunes, 18 de julio de 2011

Entrevista a Antonio Gil (NYC III)

Nueva York es la ciudad de referencia del streetball. La cantidad de canchas de baloncesto que hay en las calles de La Gran Manzana no se puede comparar con ningún otro lugar del mundo. Antonio Gil, corresponsal de Gigantes del Basket para cubrir la información de la NBA desde NYC, colaborador de distintos medios de comunicación, y uno de los fundadores de Crossover Magazine conoce bien el ambiente que se vive alrededor de los múltiples torneos que se celebran cada verano allí.


Antonio Gil en el torneo de Dyckman en Washington Heights.

¿Qué representa el streetball en Nueva York?

En Nueva York hay multitud de canchas de baloncesto, pero lo cierto es que esta más arraigado en unos barrios más que en otros. Cada uno de ellos tiene su propio estilo de basket, sus propias rivalidades, y sus propias canchas icono. El streetball está en esta ciudad desde el momento en que se colocó el primer aro de baloncesto en la calle. Hablando con muchos jugadores, para un libro que estoy preparando, la mayoría te dice que el streetball es simplemente jugar en la calle, nada más.

¿Cómo ha evolucionado el streetball en la ciudad?

Ha evolucionado en paralelo al desarrollo de la ciudad. En los '50 es cuando surge, no hay ni tantas canchas ni la infraestructura que hoy en día existe; en la década de los '60 va dando un giro, empiezan a surgir las primeras referencias del baloncesto de la calle como fue Earl The Goat Manigault; en los '70 la ciudad tiene un subidón después de años muy duros y el baloncesto también vive cierto resurgimiento, a finales de la década Julius Erving es la auténtica estrella del streetball de Nueva York, en concreto de la liga que se juega en Rucker Park, y junto con el Doctor J. juegan gente como Kareem Abdul-Jabbar o Earl The Pearl Monroe; en los '80 la ciudad vive una explosión en importancia que también llega al streetball; y en los '90 es la consolidación del proceso, a finales de los '90 es como si alrededor del baloncesto de calle se hubiera llegado a la cima de todo lo que se venía construyendo desde los '60. A finales de los '90 muchos jugadores neoyorquinos llegan a la NBA. En todo ese tiempo hay una evolución natural del basket, que se ha generado al mismo ritmo que la evolución de la ciudad.

¿Qué importancia tiene Rucker Park?

Es La Meca de basket, suena a tópico, pero el 90% de la gente con la que hables de streetball en Nueva York te lo va a decir. Si el Madison Square Garden es la cancha más mítica de la NBA, Rucker Park lo es del streetball, incluso me atrevería a decir que del basket neoyorquino en general. Aquí si juegas al baloncesto antes o después tienes que pasar por Rucker, y si quieres ser alguien importante en el baloncesto tienes que triunfar allí. No es sólo la cancha, es la grada, el público, el barrio de Harlem -con la tradición que tiene alrededor del basket- y la liga que se organiza allí, la EBC (Entertainer's Basketball Classic). El Rucker es historia, tu puedes ir a cualquiera de los otros grandes torneos de Nueva York, y aunque quizá otros son más importantes -como el Dyckman- la cancha no es tan mítica. Hace unos años Kingdome era un torneo muy importante, está también en Harlem, pero no es el Rucker Park. The Cage es una de las canchas más famosas de NYC, es una referencia para cualquiera que venga aquí a ver el baloncesto, a finales de los '90 tuvo un torneo muy importante, pero no se puede comparar con el Rucker. El ambiente que se respira allí es muy especial, si pisas la cancha te das cuenta que hay mucha historia, es el cemento que ha pisado The Goat, Joe The Destroyer Hammond, Pee Wee Kirkland, y también decenas de jugadores NBA.


Jugando el torneo de West 4th (The Cage) el pasado verano, Antonio con el 13 a la espalda.

¿Rucker es tan importante por Manigault?

Rucker entra en la leyenda como cancha de baloncesto por Manigault. El fue el inventor del doble mate, de recoger las monedas encima del tablero... Nueva York es una ciudad, especialmente en lo que se refiere al streetball, que funciona por boca-oreja, lo que pasa en un partido al día siguiente se sabe en las canchas del resto de la ciudad. En aquella época no había medios como ahora, y su leyenda fue corriendo de una punta a otra de Nueva York.

¿Por qué Manigault fue una leyenda para jugadores de la NBA como Kareem o Julius Erving?

Cada jugador tiene una historia distinta, pero hay una tendencia generalizada a pensar que si alguien es un crack en el streetball es que es un gran jugador que puede llegar donde quiera, incluso en la NBA. The Goat lo fue en la calle, pero desgraciadamente no pudo llegar a la NBA. Es cierto que la NBA es una liga muy compleja, en muchos sentidos, y allí no puede jugar cualquiera. Para entrar en la NBA tienes que estar en el momento adecuado, con el entrenador adecuado, y la suerte necesaria. El problema de los jugadores de streetball, como por ejemplo Manigault o Joe Hammond, es que son auténticos cracks del baloncesto, pero no están preparados para la disciplina que implica la liga. A Joe Hammond le ofrecieron un contrato en la NBA los Lakers y Chicago, y él dije que no, y en plan bravuconada comentó “tengo más dinero en el colchón de mi cama ganado por las drogas de lo que me vais a pagar”. Jugadores como él tenían el talento pero no tenían las formas, y es difícil incorporar a un jugador que se ha criado en la calles en la disciplina de un equipo. Puede ir Kobe Bryant a Dyckman, y, porque un jugador le destroce ese día, ese chico pueda jugar en la NBA. Son dos mundos distintos. Un ejemplo es Adris De León, su apodo aquí es 2 Hard 2 Gurad, uno de los jugadores más temidos a la hora de defenderle, por todos sus recuersos en ataque, temido en la canchas de Nueva York, sin embargo en Palencia de LEB ha jugado siete minutos por partido. No es lo mismo jugar en una dinámica de torneo, que en una profesional.

El streetball se ha relacionado con el ambiente social de las zonas más duras de la ciudad, ¿forma parte de la épica?

Algunos jugadores han construido su personaje en base a esas características, y algunos forman parte de los iconos de los barrios. Rubén Alcaraz, que estuvo viviendo aquí un tiempo, y con el que hice la revista Crossover, contaba que se encontró un día por casualidad a Joe Hammond por Harlem y le propuso una entrevista. En ese momento Hammond estaba totalmente enganchado, y muy mal fisicamente, pero paseando por la calle con él se daba cuenta que seguía siendo una leyenda en el barrio. Este hombre estaba en su apogeo en los '80, y mucho tiempo después seguía siendo una referencia para sus vecinos. Aquí muchos chicos sólo tienen el basket, no es un tópico, es la realidad, y muchos salen de la marginalidad gracias al baloncesto.


En 2008, representando a la Rock Steady Crew en el 31 aniversario del grupo, en un torneo benéfico en The Cage, junto a Bobbito García.

Hay reglas, especialmente en la NCAA, para limitar la participación de los jugadores en el streetball. ¿Qué opinión te merece?

Es una relación ridícula. Yo soy bastante detractor de las normas que hay alrededor de los jugadores en la NCAA. Hay mucha gente que se esta enriqueciendo alrededor de una serie de jugadores que tienen muy limitados sus movimientos. Hay una norma para los jugadores universitarios que dice que no pueden disputar más de un torneo de streetball por verano, y estas obligado a devolver el uniforme que te dan para jugar, y estas obligado a que si tu equipo gana el torneo el jugador NCAA no puede coger ni un duro. El nombre de los apodos en el streetball tienen algo que ver con esto. La NCAA pide un libro de resultados de todos los torneos. Por ejemplo, el año pasado Corey Fisher estaba apuntado al torneo de Dyckman, y luego Fisher anota 105 puntos en un torneo que no es Dyckman. La NCAA lo investigó, para ver si había desobedecido el reglamento. Por eso alrededor de los apodos hay mucha historia, porque hay jugadores que los usan para ocultar su verdadera identidad, aunque luego nadie sabe quién esta exactamente entre el público...

¿Cuál es la relación entre los medios de comunicación y el streetball?

En general los medios maltratan al streetball, y al revés desde el streetball no se tiene una buena opinión de los medios. En los torneos de verano la prensa no es bienvenida, y el comisionado y la seguridad de los eventos no quiere que la prensa entre en los torneos. En los playgrounds cuando hay torneos la seguridad evita que entre alcohol, armas, y prensa. Puedes ir allí y tomar tus notas, pero no hacer tus fotos ni tu propio reportaje. Esos días la cancha es de los participantes, y ellos imponen su ley. El streetball vive de lo que se comunica en las calles mucho más de lo que puedan decir los medios de comunicación. Pero lo que si es cierto, es que la literatura sí ha ayudado al streetball, cuando tu lees Heaven is a Playground, The Cage, o Rebound, es cuando te puedes hacer una idea de lo increible que es y del ambiente que se vive en las canchas.

domingo, 10 de julio de 2011

Agel Ring, Kech Nguoth, Majok Mangar...

Sudán del Sur es el último país en incorporarse oficialmente a la comunidad internacional. El panorama del territorio que gobierna el cowboy Salva Kiir es desalentador: el 85% de la población analfabeta; el 90% vive con menos de un dólar al día; y la tasa de mortalidad infantil es escandalosa. La división del territorio entre el norte y el sur tiene mucho de conflicto étnico y religioso, pero también, de lucha de intereses alrededor de un petróleo que pretenden muchos tutores externos.


Desde el Acuerdo General de Paz, de 2005, Sudán del Norte y del Sur comparten los ingresos del crudo, pero la amenaza de una nueva guerra no se descarta, toda vez que sobre el terreno parece que esa equidad no se esta cumpliendo y que las tensiones entre los antiguos vecinos -con mezcla de habitantes en uno y otro territorio- no están resueltas. Sudán del Sur tiene otro reclamo, mucho más modesto para la economía, pero motivo de orgullo para el país número 55 del continente africano: el baloncesto.

El lunes 11 de julio, alrededor de los fastos organizados estos días para celebrar la creación de la nueva república, habrá un partido de la nueva selección de baloncesto sursudanesa contra la selección de Uganda en Juba, la recién estrenada capital del país.

Agel Ring es uno de los jugadores veteranos del equipo de Sudán del Sur. Con 30 años refleja las visicitudes que ha vivido su generación. Cuando tenía seis años, él, junto con su familia, caminó durante tres meses a un campo de refugiados en Etiopía. Seducido por las promesas de las comidas regulares y un futuro plagado de victorias, honores, y medallas de hojalata, Ring se unió a una unidad militar del sur. Tenía ocho años y ya era un niño soldado. Una realidad que afecta, según datos de Amnistia Internacional, a cerca de 300.000 menores en todo el mundo. Después de salir de la unidad, se dirigió a un campo de refugiados en Kenia y comenzó a jugar al baloncesto allí. Su capacidad para este deporte, como ocurre con muchos de sus compatriotas de la etnia dinka -una de las más altas del planeta- eran excepcionales.


Kech Nguoth, otro miembro de la selección, de 23 años, también comenzó a jugar el deporte en un campo de refugiados en Kenia. "Quiero hacer algo para la construcción de la paz a través baloncesto" señalaba en un artículo de la agencia japonesa asahi.com. Para ambos esta es una oportunidad para dejar atrás años de guerra y exilio, y que alimenta la esperanza de un mejor tiempo de vida. Para ellos, en buena parte, alrededor del baloncesto.

Hoy mismo, en un artículo publicado en el diario El País, y firmado desde Juba por José Miguel Calatayud, hablaba del espacio para el "optimismo" de los nuevos ciudadanos, y se refería al partido de baloncesto y a Majok Mangar, jugador de 20 años, “una de las mejores promesas del equipo surdudanés de baloncesto”, en palabras del periodista, que señalaba: “en el pasado había muchos problemas y lo cierto es que también ahora. Pero cuando e lunes me vista la camiseta de mi nuevo país y salga a la pista será un sueño hecho realidad y espero que la gente esté orgullosa de nosotros”.


Lo dijo Nelson Mandela con claridad hace años, y sirve para Agel Ring, Kech Nguoth, Majok Mangar, sus familias, sus amigos, y sus vecinos (sean del norte o del sur): “sueño un África en paz consigo misma”.

Sólo queda que aquellos que desde hace décadas mueven los hilos de la gobernabilidad africana en función de sus propios intereses dejen de saquear impunemente el continente.

Entonces habrá también mucho que celebrar.

PD1: En febrero ya escribí sobre el Slam Dunk de Juba, en el artículo titulado 'Mangistu Deng y la cancha Nimra Tilatá', con fotografías del The New York Times. La cancha es la misma donde mañana se disputa el partido contra Uganda.

PD2: Ni que decir tiene que Manute Bol es la gran referencia del basket sursudanés, no sólo por sus tiempos de gloria en la NBA, sino también por ser un firme defensor de la lucha de su pueblo. Fallecido Manute, el jugador de Chicago Bulls, Luol Deng es el héroe indiscutible del nuevo país, que además cuenta con una lista de jóvenes promesas algunas de las cuáles ya están probando suerte en universidades de EEUU.