La idea les sonaba bien, les gustaban las propuestas, pero su intención no tenía ninguna ambición más allá de la que ya generaba su actual dinámica: un patrocinador fuerte (una entidad de carácter público), unos pocos patrocinios locales inestables, un uso irrisorio de aspectos relacionados con redes sociales (no tenía twitter y el facebook no llegaba a los 400 seguidores), no había RSS, ni canal propio en youtube... La propuesta de trabajo era en condiciones lamentables, y la visión del negocio por su parte era nula. Decepción.
El baloncesto español anda estos días inmerso en un proceso complicado. Con una ACB envuelta en movimientos de reestructuración, de los que no se sabe cuál será la salida, uno de los grandes temas es como hacer más atractivo el producto. El primer partido de los playoff entre Bilbao Basket y Barça tuvo un 4.0% de share, y una media de 614.300 espectadores, datos que no son malos en comparación con la media de teledeporte, pero muy flojos si se comparan con cualquier oferta televisiva potente. No parece que las audiencias respondan al espacio que cabría suponer para un deporte que ha logrado importantes éxitos en los últimos años, tanto a nivel de selecciones (masculina y femenina), como de clubes.
Hace unas semanas Miguel Ángel Paniagua en su columna semanal en Gigantes del Basket publicaba un interesante artículo titulado Rankings y ratings. Señalaba Paniagua que el baloncesto en Estados Unidos había perdido bastante fuerza como preferencia deportiva entre los estadounidenses, de un 13% en 1998 que lo marcaban como su opción favorita, al 6% actual. Sin embargo, esta temporada la NBA estaba logrando unos impresionantes cifras de seguimiento televisivo. “Los ratings de las cadenas televisivas que ofrecen el basket en EEUU se han disparado. En esta pasada Temporada Regular, la ABC ha subido un 38% y la ESPN un 28%,mientras que la TNT ha experimentado un ascenso todavía mayor: un tremendo 42%”, escribía Paniagua, para añadir a continuación que los índices de audiencia televisiva habían aumentado un 30%, y la venta de merchandaising de la NBA un 20% respecto al año anterior.
No voy a repetir los argumentos que muchas veces he comentado en este blog sobre el tratamiento de la información y la comunicación que, en mi opinión, se hace con nuestro baloncesto. Estos días un amigo estadounidense me comentaba que no encontraba "la tensión" de estos playoff ACB, y que, precisamente en Estados Unidos, los medios se centran en localizar las tensiones para atraer a los espectadores. Me hacía gracia en Nueva York cuando un colaborador de ESPN, me comentaba, con datos, lo increíble que sería que los Knicks remontasen el 3-0 de Boston. Luego, escuchando en la puerta del Madison a Stephen A. Smith (analista de ESPN radio) me sorprendía todavía más que se manifestara como una posibilidad cierta, aportando datos de otros momentos míticos producidos en distintas disciplinas deportivas a lo largo de la historia. El público -que veía el programa en directo desde la misma puerta del estadio- vibraba con las ecuaciones que el popular periodista formulaba como tangibles. Desde luego se sabía vender que lo imposible era posible, y ahí estaba "la tensión", personalizando hasta el extremo los posibles líderes de la sorpresa, en especial en Carmelo Anthony. Sobre los duelos y maldiciones, muchos con nombres propios, de estas finales entre Dallas y Miami también hay abundante material de referencia.
Un estudio realizado sobre el uso de twitter en nuestro país, señalaba un aumento del 151% en un año. Esto ocurría entre noviembre de 2009 y de 2010, y la cifra seguro que ha aumentado considerablemente en los últimos meses. Por otra parte, la Asociación Española de Economía Digital señalaba que un 73% de los usuarios les gusta encontrar en twitter a "las empresas en las que confía". Muchos clubes han incorporado la herramienta como elemento fundamental de difusión de contenidos, y no hay, prácticamente, ningún periodista de baloncesto que no sea usuario activo de twitter antes, durante, y después de los partidos. De igual manera son muchos los jugadores que hacen un uso activo de la red social para manifestar sus estados, y también son legión los entrenadores que hacen uso de twitter (por ejemplo en Estudiantes tengo constancia de cerca de 15 entrenadores de cantera con perfil propio).
Estos días en twitter sale humo alrededor de nuestro baloncesto, con la cuestión de la comunicación; del reglamento; de la Euroleague vs la ACB; de la forma de vender el producto; de la promoción... Algunos señalaban, sobre la cuestión de twitter, que en Estados Unidos es bastante más usado que aquí. Pero si vemos el mapa de los países donde más se usa twitter en función de la población, EEUU no esta entre los diez primeros...

Ocurre que allí el uso de las redes, en relación al baloncesto, tiene mayor proyección, como medio, muchas veces complementario, que por esta tierras (excepción de Canal+ que realiza un trabajo bastante correcto), y eso se pone en valor. La revista Slam dedica un faldón titulado twitter feeds: some highlights of what the people told @slamonline about our covers; una pequeña sección titulada retweeter con un tema; y en el número de junio le pregunta a Charles Okley (@CharlesOakley34) por el uso que él hace de las redes sociales: “That's just something that you have to do today, talking to the fans, listen to what they have to say. You have to respect their opinion”. La WNBA, entre otras iniciativas, tiene este mapa de sus jugadoras "overseas", y uno puede encontrarse con noticas como esta...
Javier Cepedano, editor de commberg.com, en el debate sobre Baloncesto y Comunicación que se desarrolló el pasado mes de mayo en La Casa Encendida, presentó un interesante documento sobre los usos de los clubes de baloncesto ACB en relación con la comunicación 2.0, y la tabla de clasificados mostraba resultados sorprendentes, pero también mucho trabajo por hacer. Aún así, y con el boom, como siempre exagerado, de los community manager en nuestro país, la cuestión no es tanto tener twitter como saber usarlo. No sólo para opinar, sino para proyectar con inteligencia, difundir las comunidades existentes -jugadores, entrenadores, expertos-, y localizar las tensiones de las competiciones. Con Epi, Petrovic, Martín y Norris, la competencia informativa era menor, pero nosotros tenemos más medios para analizar lo que le pasa a Ricky, o para dar a conocer al gran público a la futura reina de Europa.
El debate no se cierra aquí, toca repasar la victoria de Dallas frente a Miami. Dos lugares que no son precisamente el epicentro de la movida del basket estadounidense, pero que tienen suficiente artillería mediática detrás como para que sea fácil encontrar las tensiones, aquellas que hacen que el público se puede asomar al baloncesto, aunque no sea necesariamente su deporte preferido.
PD1: Este post es la continuación de la serie Twitter y Baloncesto (I).
PD2: De merchandaising mejor ni hablamos...
PD3: Si alguien quiere hablar de todo esto alrededor de una propuesta de trabajo yo encantado, pero por favor, que haya ambición y pasión por el baloncesto.