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lunes, 10 de diciembre de 2012

El derby de ayer y El Ritmo en Barcelona.

Hay un debate en los foros colegiales alrededor del partido de ayer. Tiene que ver, en buena parte, con cuestiones técnicas, de estrategia o de finura interpretativa. En algún caso también sobre la grada y las presencias visitantes.


Ilustración de Enrique Flores.

Sobre lo primero no seré yo quién me ponga a hacer excesivas disquisiciones, toda vez que la diferencia de presupuesto (plantilla) es el resultado final de todas las ecuaciones posibles. Aún así sólo hay que ver las diferencias en cada cuarto para apreciar que el Estudiantes compitió y que ambos equipos regalaron una primera parte que valía la entrada al partido, mucho más cuando con cierta regularidad aparecen resultados en la Liga ACB que tienen raquíticos resultados.

Los derbys cuando caen del lado del más débil es mejor que no sean habituales, porque así alimentan la épica de los que ocurrieron. Algunos nos acordamos del de las tres prórrogas en el Magariños, otros de aquellos playoff memorables, también de aquel mítico cruce de Copa del Rey y muchos más del de la canasta de Gonzalo Martínez o el de Pancho más triple y mate de Daniel Clark. También del ocurrido la temporada pasada con una banda de jugadores que al menos regaló una alegría en una annus horribilis.

En baloncesto las afinidades están sujetas a diversos motivos. Todos válidos y respetables. Si mañana en un entreno de cualquier lugar del país hay un chaval o una chavala que quiere imitar el caño (voluntario o no) de Sergio Rodríguez, pues bienvenido sea al club de los amantes del baloncesto espectáculo. De igual manera que habrá otros que soñaran que un día será su oportunidad ganar al Madrid ante su gente y su afición. Aún a sabiendas de que al rico para torcerle el gesto hay que ganarle desde la más alta de las exigencias y suertes. Bueno es que así sea.

Pero también habrá que valorar otras cuestiones. En un vídeo promocional del partido un chaval de la cantera señala “a mí no es que me guste mucho el dinero yo sólo quiero divertirme” y una chica añade poco después, en referencia a la afición del Real Madrid, “en los partidos no paran de decir tacos”.



Estoy seguro que Sergio Rodríguez, y otros madridistas, además de por dinero, juega para divertirse y que habrá aficionados merengues que les desagrade el insulto como forma de estar en la grada. De igual manera que habrá algún jugador del Estudiantes que para divertirse preferirá el Parque de Atracciones y que en nuestra grada hay zangolotinos. Pero estos chavales han dictado perfectamente la filosofía política y emocional que nos mueve a la mayoría de gente que nos juntamos alrededor del Estu.

Yo me quedo con el excelente manifiesto de estos chicos porque resume a la perfección mi forma de entender el Estudiantes, aunque a veces “no gane ni a las canicas” y porque “ir con los que ganan es muy fácil”.

Palabra de (D)emencia en el derby de ayer y siempre, con independencia de lo que señale el marcador. Así sea.

PD: Esta semana estoy en Cataluña presentando El Ritmo de la Cancha:

Miércoles 12, a partir de las 19:45 en Alibri Llibreria de Barcelona, con Robert Álvarez (El País) y Julián Felipo (Mundo Deportivo).

Jueves 13, a partir de las 19:30 en La Ciutat Invisible de Barcelona.

Viernes 14, a partir de las 19:30 en Synusia Llibreria de Terrassa.

lunes, 7 de mayo de 2012

El regreso de Antonio Magariños

El teléfono sonaba con insistencia, Don Antonio Magariños decidió descolgar. Hacía 50 años que nadie le llamaba, así que el repiqueteo constante del timbre anunciaba que se trataba de una cuestión de urgencia. Levantó el pesado auricular y escuchó un hilo de voz tembloroso. El mensaje fue claro:



“Don Antonio, disculpe que le llame, estamos tocando fondo, hemos perdido contra Fuenlabrada y todo apunta a que nos hundimos...”

La última vez que Antonio Magariños tuvo noticias del Estudiantes fue hace 20 años. Entonces había tenido un encuentro cósmico con Gavioto. El otrora líder de la Demencia se había apuntado a un viaje iniciático en el mundo de las drogas naturales. Una agencia de Madrid organizaba excursiones hasta el desierto mexicano para descubrir los placeres del peyote, así que Gavioto animado por cruzar fronteras invisibles, decidió embarcarse. Antes de que se iniciara el proceso, con el grupo seleccionado para el evento sentado en circulo, el Chamán tuvo que retirarse al servicio, “problemas de vejiga”. Entonces Gavioto descubrió que para su sorpresa, de los catorce intrépidos apuntados en una agencia del centro de Madrid, siete habían estudiado en el Ramiro de Maeztu. Todo un símbolo de las particularidades del patio de colegio.

Cuando por fin la mente cruzó el abismo que separa la realidad de la ficción -entre elefantes voladores, duendes y otras alucinaciones- Gavioto mantuvo una conversación con Don Antonio. De aquel encuentro el antiguo profesor de latín sacó pocas conclusiones, pero una tenía clara, el Estudiantes que él ideó no había cambiado sustancialmente tanto. Era 1992 y el Estudiantes vivía su propio viaje alucinógeno.

Ahora la situación parecía diferente, el aviso era de “hundimiento”, así que, desconcertado por la gravedad del término, necesitaba otros compañeros con los que tratar el asunto.

Don Antonio se movió por la habitación a oscuras buscando algún cómplice con el que compartir sus preocupaciones. Finalmente llegó hasta un lugar del infinito donde encontró a Manoli, Praxedes, Satur y Moneo. Les comentó la llamada que acababa de recibir y la preocupación que le generaba que aquello que inventó hace 64 años estuviera en fase terminal.

Lo cinco decidieron bajar a la realidad para, desde la invisibilidad, averiguar qué estaba ocurriendo en el Estu.

Cada uno de ellos se encargó de informarse sobre lo que mejor conocía. Manoli prestaría atención al patio del Ramiro; Praxedes rastrearía por la grada sin perder de vista -como siempre hizo- a los árbitros; Satur regresaría al Magata y Moneo se infiltraría en las oficinas. A Don Antonio lo que más le preocupaban eran los valores, así que intentaría colarse en todos los lugares, empezando por las aulas del colegio. Cada noche se juntarían en la antigua cantina de Geni, para de esta forma, en la soledad del abandono conocer las impresiones de cada uno. Acordaron que el regreso al más allá sería el 6 de mayo, tras el partido contra Murcia.

El Estudiantes tenía todavía por delante unos cuantos partidos y no era descartable que se pudiera remontar el vuelo. Pero cada reunión traía una mala noticia, no sólo por los resultados del primer equipo. Ante su sorpresa descubrieron que por distintos motivos el Club se había alejado progresivamente del Ramiro y, aunque se mantenían los vínculos formales, la valoración de ese patrimonio común era escasa por parte de las dos instituciones. Además, la información sobre la cantera les dejó desolados, no por las clasificaciones -que les daba igual- sino por la gestión de los métodos, las formas y actitudes antaño intolerables. Ni siquiera el repaso a las aulas les dejó en exceso satisfechos, toda vez que apenas entendieron el lenguaje de unos chavales codificados por la tiranía del mensaje de texto. Por si fuera poco el propio Magata estaba echo una birria.

Las satisfacciones se resumieron en un puñado de buenas noticias. Lo mejor para ellos fue el reencuentro desde el anonimato con alguna de la buena gente que habían conocido en vida y que todavía seguían en el Estudiantes y el Ramiro, también de ver a otros nuevos, que han asumido que forma y fondo son fundamentales. Pero esos viejos amigos y las buenas incorporaciones apenas sumaban una quincena de personas. Por supuesto también les ilusionó ver a un montón de chavales sudando cada tarde por meter un balón dentro de un aro, eso al menos seguía como siempre.

En ese estado de pesimismo y decepción, decidieron retornar al más allá después de ver en directo el partido contra Murcia. Ya que estaban allí, pensaron, no estaba de más quedarse a contemplar el magnicidio que barruntaban se iba a producir. Buscaron un lugar en la grada donde ponerse cómodos un par de horas antes y comenzaron a observar como se iba llenando el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Familias enteras, aficionados venidos desde Cádiz, Badalona o Bilbao, incluso El Yeti desde las montañas de Suiza. Gentes de todas las edades y condición, hasta llegar a más de 14.000 personas...


Manoli, Praxedes, Satur, Moneo y Don Antonio se empezaron a emocionar. 64 años después la familia había crecido de manera espectacular. Además, se encontraron con otros espíritus que no querían faltar a semejante cita. Desde Goyo, hasta Fernando Martín, Antonio Díaz Miguel o Mike Schlegel. No faltaba nadie. Cuando los colegiales pitaron el final, a pesar de las lágrimas de la mayoría del respetable, Don Antonio miró emocionado a sus acompañantes, nunca creyó que su idea tuviera la posibilidad de llenar a tanta gente. El resto de pasajeros del tiempo también estaban exultantes al ver el resultado de tanto esfuerzo por distintas generaciones de chavales.

Antes de retomar el vuelo oyeron risas en un bar cercano. Les sonaron familiares algunas de las voces que escucharon y decidieron asomarse. Allí estaban cantando y animando lo mejor de cada portal de la afición colegial, riéndose de las derrotas de la vida, porque como había colgado la Demencia en lo alto de su grada, para satisfacción de Don Antonio y asombro de Moneo, “ir con los que ganan es muy fácil”.

Antes de volver a acostarse y dormir de nuevo profundamente, marcó el teléfono de su interlocutor en la tierra para decirle:

“Concordia parvae res crescunt, discordia maximae dilabuntur”.

Miró la oscuridad de su confortable entorno y cerró los ojos con la ilusión de creer en la buena gente, la misma idea que le llevó 64 años antes a crear el Club Estudiantes en el Ramiro de Maeztu.

PD: "Mediante la concordia las cosas pequeñas crecen; mediante la desunión, las cosas más grandes se derrumban"

domingo, 11 de diciembre de 2011

El derbi

El derbi significa que te levantas un día con lombrices en el estómago. Estas sin estar, pensando en el momento en va a comenzar el partido, rumiando que se trata de una misión imposible que, de salir bien, puede parchear preocupaciones que van más allá de lo deportivo.

Foto: Leo-Peña 16j.

Si vienes de una trayectoria nefasta, como nos estaba ocurriendo al Estudiantes, te ocurre que incluso relativizas todo lo que ocurre alrededor: que Cameron no haya llegado a un acuerdo con Sarkozy y Merkel; que La Liga Árabe haya criticado al aspirante republicano Newt Gingrich; que en España se construyera un aereopuerto en Ciudad Real y otro en Castellón mientras muchos miraban a Messi y Ronaldo sin pestañear; o que Antoine Wright no meta un tiro ni borracho.

Un derbi entre el Estu y el Real Madrid tiene muchas historias detrás. Entre otras: la de Antonio Díaz Miguel, joven colegial del Ramiro que cambió de hábitos antes de enfundarse las gafas más modernas que había aquella madrugada mítica de 1984 en toda la península ibérica; la de Fernando Martín, el primer jugador español en llegar a la NBA, que tras un subcampeonato con la camiseta de Estudiantes marchó al club de la castellana para pleitear en las zonas de forma maravillosa con Audie Norris; la de Alberto Herreros, que tras ganar la Copa del Rey del '92 con Pinone, Nacho, Orenga, y Winslow cambió de acera para meter un triple en el último segundo de una final que todavía amarga txikitos en Vitoria-Gasteiz; o la de Dani Díez, canterano ramireño virlado recientemente por la entidad merengue cuando sólo era un cadete, y que hoy ha visto a sus compañeros de clase en la grada de la Demencia desde el banquillo de Laso.

Ser del Estudiantes no es ni mejor ni peor que ser del Alcoyano, del Hércules, o de los Lakers. Es distinto, y cada uno en esta vida tiene afinidades en función de las situaciones que le han tocado vivir. Ocurre que yo me he educado en el Ramiro de Maeztu, he jugado en la cantera, y ahora entrenó allí. Así que mi universo cósmico esta directamente relacionado con la calle Serrano 127. A pesar de que este año nuestro equipo todavía no tenga las nuevas equipaciones; de que el Magariños este en barrena por unas obras que parecen interminables y bochornosas; del destierro del equipo ACB a Coslada; de tener que ir a jugar amistosos de ida y vuelta con el Autonómica por los campos de Castilla con bocata y bota de vino; de no cobrar ni un euro por entrenar en el club que te da la vida; o de ver cada día en nuestras instalaciones cosas que me ponen los pelos de punta...

Lo cierto es que aunque la mayor de las veces lo que toque sea la derrota, las decepciones, o los naufragios ponzoñosos en territorios mucho más sólidos, para mí lo que prevalece es el escudo en azules, la curiosa tipografía de Estudiantes, la cantera del Ramiro, y los chavales de la Demencia que se desgañitan por unos colores que significan respeto por el baloncesto, valentía ante las adversidades, y diversión.

En la genial película de Adolfo Aristarain Un lugar en el mundo (1992), Mario (Federico Luppi) le comenta al geólogo español Hans (José Sacristán), en sobremesa nocturna de licores y confesiones, aquello de “si la guerra se ha perdido, por lo menos quiero darme el lujo de ganarme una batalla”, la lógica opuesta a la de la victoria global. En el Estudiantes es probable que nuestro modelo de baloncesto, aquel que importó brevemente Pepu hasta el Japón, haya salido definitivamente derrotado en este mundo de audiencias y shares, traspasos de billetera y clubes de negocio, pero, como dijo Ernesto Cardenal (a vueltas de los sucedido tras la revolución en Nicaragua y su posterior derrota), “nuestra causa es invencible”.

Foto: ACB

Será difícil que Estudiantes, con un 33% de presupuesto menos que la temporada pasada, logre volver a una final de la ACB o de Copa a corto plazo, pero hoy demostró que con inteligencia desde el banquillo y ganas en la cancha, al menos por un día, el pobre se puede comer al rico, e irse a dormir con el placer de las conquistas imposibles.

Al final el que gana el partido es un sueño compartido. Y eso tiene un valor que no se pueda pagar con dinero.

lunes, 28 de marzo de 2011

#Estu30M

El próximo miércoles, a las 20:30h en Vistalegre, el Estudiantes tiene cita con su March Madness. El partido de Eurocup contra el Cedevita croata es el momento que todos esperamos este año para recuperar el tono demencial de nuestro club.



Hace 18 años, el 19 de marzo de 1992, el Palacio de los Deportes explotó de felicidad. La victoria frente al Maccabi de Tel Aviv suponía la clasificación del Estudiantes para la F4 de la Copa de Europa (actual Euroleague). Aquel equipo que dirigía Miguel Ángel Martín, con Pepu de entrenador ayudante, realizó la mejor temporada de la historia del equipo colegial, y el grito de “¡A Estambul, chin, pun, a Estambul chin, pun, que nos vamos a Estambul, chin, pun!” todavía se puede escuchar los días de vientos fuertes y resaca. 1500 aficionados fueron a Turquía, y allí perdimos en la semifinal contra el Joventut de los hermanos Jofresa, Villacampa, y compañía.

Después de Estambul hubo otras citas importantes con Europa, aunque ninguna de tanta enjundia como aquella, y temporadas memorables, como la de la final contra el Barça precisamente disputada en Vistalegre. “El equipo alegre”, como lo tituló El País en su sección de deportes, ganó la Copa del Rey frente al CAI Zaragoza, y realizó una temporada espectacular en la ACB en 1992.


Obviamente el partido del miércoles frente al Cedevita de Zagreb no tiene nada que ver con aquella eliminatoria contra los macabeos. Pero la ilusión colectiva por ir a Treviso a disputar la Eurocup es enorme. Lo comentaba en una previa que me pedían desde Zona 2-3, en el Estudiantes necesitamos estas citas regulares con la historia para recargar pilas, fidelizar a la afición, y acumular sorpresas en el curriculum. Además, la necesidad de remontar nueve puntos es la excusa perfecta para que la cita del miércoles tenga la épica necesaria en este tipo de eventos.

“El CAI Zaragoza se parece mucho al Cedevita, funcionan muy bien desde la línea de tres puntos, tiran casi tanto de tres como de dos”, decía Luis Casimiro en la rueda de prensa posterior a la victoria frente a los maños del pasado domingo, y añadía, “queremos hacer feliz a nuestra afición, el partido más importante del año hasta ahora será el del miércoles, hay mucha ilusión con la Eurocup”.

Cierto, hay una ilusión tremenda, pero me temo que el Cedevita no se parece al CAI que vimos el pasado domingo. El equipo que dirige Alexander Petrovic no vendrá a visitar la ciudad, y seguro que van a plantear un partido duro y trabado, y sus francotiradores pueden hacer mucho daño si el marcador esta apretado.

En los dós últimos partidos el Estudiantes ha demostrado que puede desperdiciar una ventaja en el marcador sin casi despeinarse, aunque con salidas distintas, la personalidad bipolar del equipo deja abierta la incógnita de lo que pueda ocurrir en la cancha.

La grada amenaza con estar como en las grandes ocasiones, la Fuente de los Delfines espera impaciente a su extensa familia, y la ilusión se percibe en el ambiente. El grito de “cariño, te aviso, nos vamos a Treviso”, es el hit de la ocasión.

Treviso no es Estambul, ni se le parece, pero el valor de los triunfos en el Estu no tienen sólo que ver con la calidad del premio, sino también con lo que cuesta llegar a los sitios. Ahí está el valor de lo que pueda ocurrir el miércoles, porque llegar -en sentido amplio- ha costado muchísimo.

PD1: En el partido contra el CAI Zaragoza del pasado domingo pude anotar dos puntos en Vistalegre. Una gozada, lástima que no subieran al marcador...

Fotos: LuisJa

Aquí se puede ver el vídeo de la azaña.

PD2: El equipo Sub 21 comienza el playoff el próximo domingo día 3. El primer partido de octavos será en La Nevera, a las 18:30 contra Salesianos de Atocha. Muchas ganas.

PD3: Echo de menos a Po-po-vic, si estuviera con nosotros mañana...

domingo, 19 de diciembre de 2010

Historias del sub 21

Terminamos la primera fase de la competición, en segunda posición, con victoria en el Magariños frente al primero del grupo, Zona Press. Una de las mejores sensaciones que produce el llevar un equipo es sentir que hay sintonía entre el juego que se practica en la cancha, el conjunto de los jugadores, y el trabajo desarrollado en los entrenamientos. Eso es lo que ha ocurrido hoy, en un partido muy trabajado por todos.


“Conspirar significa respirar colectivamente” leí hace tiempo en un libro italiano. Me gustó aquella frase, es el lo que trato de aplicar al baloncesto. Trabajar con una idea de juego que nos permita que todo lo que hagamos en la cancha tenga sentido. La cagamos cuando jugamos sin lógica, cuando no aplicamos la coherencia de lo que practicamos en los entrenos, cuando, precisamente, no pensamos colectivamente.

Zona Press tiene una buen equipo, nos ganó en su casa en la primera vuelta. Hoy hemos trabajado muy bien en defensa, no le hemos perdido la cara al partido en ningún momento, y nos hemos divertido. Sin perder nunca el criterio ni nuestro estilo. Mejor imposible.

Ahora llega una nueva etapa de la competición. Habrá que dar un nuevo paso en el trabajo de los recursos técnico-tácticos, en la planificación las estrategias, y en la dirección de juego. Para seguir conspirando juntos.

Estudiantes 76 - Zona Press 71

(16-11 // 25-19 // 16-20 // 19-21)

PD1: El ACB ganó en Menorca (65-74), una buena noticia porque es un resultado que nos permite vivir con cierta tranquilidad, y que, de haber sido desfavorable, habría generado indigestión durante la navidad. Ahora queda, para terminar la primera vuelta de la competición, Fuenlabrada, Baskonia (en casa), Bilbao, Manresa (en casa), y Valencia. Difícil pero no imposible...

PD2: Gracias al grupo de Dementes que nos estuvo animando en la segunda parte. Siempre bienvenidos :-)

viernes, 22 de enero de 2010

“Infiltrado en la Demencia”

El demente Vedia ha colgado éste vídeo autoproducido sobre cómo se vive el derby desde el fondo de la Demencia. El derby es un partido muy especial para toda la afición colegial, un duelo histórico con rivalidades que vienen desde el mismo origen de la competición de baloncesto en nuestro país, con jugadores que ha desfilado de uno a otro club, con rencillas, piques, e historia propia.

Demencia durante el derbi Estu-Madri$ (Dic. 2009) from Vedia on Vimeo.


Estos últimos días en algún medio de comunicación he leído críticas a la Demencia, y alguno de sus cánticos. Obviamente no estoy de acuerdo con esas críticas. Me parece que, tomando como referencia el ejemplo penoso de las hinchadas de fútbol de este país, la Demencia siempre ha sido una propuesta original y divertida de compromiso con un equipo. En las buenas y en las malas. A veces con mejor criterio que otras, como es lógico.

En este vídeo se puede ver a muchos jugadores de la cantera animando al primer equipo, y se puede sentir la emoción que supone ganar un partido contra nuestro principal rival, siempre desde la más sana deportividad.

Lo cuelgo aquí para disfrute de los lectores del blog, también como aviso de lo que se va a ver en la Copa de Bilbao, y para disfrutar durante unos minutos de una buena forma de entender el baloncesto.

En el Estu no hay orquesta, ni trompetillas, ni megafonía estridente, ni cheerleaders: hay Demencia. Y eso es mucho.

Espero que difruten.

PD1: También se puede ver, con algo menos de calidad, en youtube, publicado en dos partes (1 y 2)
PD2: El Cadete E no competimos éste fin de semana, hemos terminado segundos del grupo y ahora pasamos a otra fase más dura. Estamos deseando volver a jugar.

martes, 29 de diciembre de 2009

Yo soy del Estu...

Desde pequeño, cuando estudiaba en el Ramiro y jugaba en la cantera. En los estudios no era el más brillante, pero corría como un loco a todos los partidos. Si había que estudiar para no privarme de ese placer, pues a empollar. También, a partir de cierto momento, asistía cada vez que la Demencia organizaba un viaje. Era en la primera fase, cuando me pegaba a la barandilla de los fondos del Magata, y miraba absorto y entusiasmado todo lo que me rodeaba. Estaba sólo y todo me parecía mágico. El humo del tabaco daba un ambiente impresionante al pabellón.

Foto: Club Estudiantes

Luego en los derbis del Palacio de los Deportes recuerdo a los Ultras Sur viniendo a pegarnos, y me acuerdo de una piedra que nos lanzaron a escasos metros a mi hermano Juan y a mí, cuando subíamos al autobus tras un partido que habíamos ganado. Incompresible. Afortunadamente no tenían puntería. Aquel día Gabioto dejó de ir a los partidos, en la enésima carga de violencia ultra se quedó sólo, le pegaron y mandó todo a la mierda. A otro chico del Estu le clavaron una navaja en la pierna ese día. Para mí lo peor es que nuestros eternos descartes (Martín, Herreros, Antúnez...) no dijeran nada en contra de aquella violencia, de por qué nos querían pegar por ser del Estu...

Luego entré en una fase de célula durmiente del baloncesto. La Universidad, las movilizaciones, los viajes, el trabajo. Pero volví a tiempo para disfrutar de nuevo de mi equipo, de mi gente y de mis colores. Para vivir la final contra el Barça, de Vista Alegre, y ,hace muy poco, para luchar por evitar el descenso. De nuevo los viajes, la peña 16-j, los partidos imposibles, la alegría y la desesperación. Otra vez el baloncesto, ahora acompañado, algunas veces, por mi hija.

Hace tres años estuve en el triple de Gonzalo Martínez, el que estudiaba en mi curso, y que nos dió la victoria; el año pasado en el triunfo que nos aseguró la permanencia; y hoy en la victoria que nos consolida como equipo, y nos da esperanzas para entra en la Copa del Rey en Bilbao. Aunque eso ya me parece lo de menos. Ganar al Madrid en casa salva una temporada colegial.

Foto: Club Estudiantes

Ha sido emocionante. Desde mi asiento veía a algunos de mis jugadores del Cadete E situados en la Demencia, animando sin parar, disfrutando de su tiempo de vida, pura diversión y pasión. La que yo disfruté cuando tenía su edad y estaba allí. Me asombra la masa social del Estu: canteranos, entrenadores, ex alumnos, ex jugadores, atléticos, rayistas, padres y madres de alumnos, gente que por encima de los éxitos inmediatos confía en una filosofía. Puro patio de colegio que no entiende de edades.

¿Cuál es la motivación especial del Estu? Que un argentino que es el capitán del equipo, totalmente identificado con el escudo y la camiseta, mete un triple estratosferico que nos mete en la prórroga, o que un chaval inglés que vino hace años a un campus siendo cadete, anota un triple que nos da la victoria. Habría mucho más que hablar, pero esos han sido los grandes detalles de hoy.

Estoy seguro que hay gente maravillosa en el Real Madrid, conozco a algunos, como en cualquier otro equipo. El baloncesto es algo grande, independientemente del equipo con el que nos identificamos. Pero yo soy del Estu por tardes como la de hoy.

Un saludo y felices gin tonics.

PD: El resumen de una tarde-noche maravillosa.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Fernando Martín

Hoy hace 20 años murió Fernando Martín. Muchos medios dedican espacio a recordar la figura de este pivot madrileño que revolucionó el baloncesto de este país. Un pionero en la NBA, en una de las etapas de mayor esplendor de nuestro baloncesto. La época en la que miles de aficionados se acercaron a este deporte, en buena parte por el éxito que supuso la medalla de plata de Los Ángeles 1984.

Fernando Martín en el Magariños, jugando contra el Madrid. Foto: Club Estudiantes

Fernando fue canterano del Estudiantes,donde se incorporó en categoría juvenil en 1978. En la web del club se recuerda su recorrido:

Antes había destacado en balonmano y natación en su colegio, el San José, del que se lo trajo al Ramiro el gerente colegial Fernando Bernal por recomendación de Mariano Bartivas.
Comenzó en el juvenil colegial, a las órdenes de Pablo Casado, que se proclamó campeón de España. Pero Fernando era un ciclón y enseguida Codina le dio la alternativa en el primer equipo.
En él se convirtió en un jugador decisivo, dentro de un quinteto que todo aficionado colegial se sabe recitar de carrerilla (Vicente Gil, López Rodríguez “el Sapo”, García Coll, Slab Jones y el propio Fernando) y fundamental para la consecución de uno de los hitos de la historia de Estudiantes: el subcampeonato de liga de 1980-81.
Pese a ser ya, con sólo 19 años, una estrella de la Liga Nacional, no dejó de jugar con las categorías inferiores: fue subcampeón de España junior en 1980 a las órdenes de Mariano Parra, y terceros en 1981 dirigidos por Antonio Gómez Carra. Su último año con la camiseta colegial. Cuentan sus compañeros de vestuario en el junior que ya era un clamor que Fernando se marcharía.


El periodista Ramon Trecet, otro mito del baloncesto de aquellos años, hace un buen repaso a la trayectoría de Martín, a su carrera y su historia, en su blog. Lo recomiendo por la cercanía del autor al jugador, y porque está por encima de los clásicos homenajes. Habla de una personalidad especial, y las dificultades que supuso el irse a jugar a Portland.

Yo le conocí como aficionado cuando ya jugaba en el Real Madrid. Como todos aquellos que se pasan del Estu al Madrid, Fernando era un enemigo directo de los cánticos de la Demencia y del público colegial. Tengo varias imágenes de aquellos derbys. Martín era un jugador de una intensidad impresionate, y muy protestón con los árbitros lo cuál encendía a la grada. La Demencia gritaba “Ana Obregón menudo pendón” y Fernando miraba con cara de odio absoluto a los dementes. Un jugador caliente, que añadía un plus de emoción a los partidos. En aquellos encuentros, antes de que Drazen Petrovic fichará por el Madrid y cuando la Cibona de Zagreb era la bestia negra del equipo merengue, también se cantaba “Si, si, si, me mola Petrovic”. Otro de los referentes geniales de aquel tiempo de basket. Tengo una mezcla de recuerdos de aquellos partidos. Primero en el Magata y luego en el Palacio de los Deportes.

Por encima de aquellos derbys (en los que podía pasar de todo), y tras su regreso de la NBA, ver sus enfrentamientos con Audie Norris y el Barça era un auténtico lujo. Petrovic ya estaba en el equipo blanco y acaparaba el protagonismo. Sin embargo Fernando seguí ahí, luchando y breando en el poste bajo. Sin ser un genio técnicamente, desarrollaba un juego de espaldas a canasta espectacular. Y Norris era su mejor pareja de baile.

Fernando Martín en Portland

Es cierto que su muerte fue un impacto para todo el mundo. No lo digo por seguir la corriente. Yo entonces era un adolescente y me impresionó. Si no recuerdo mal en el siguiente derby, tras su muerte, la Demencia entregó una placa o unas flores a la familia, y el ambiente de aquel partido fue muy especial. Para el mundo del baloncesto fue un shock.

He tenido suerte de conocer a alguna gente del club que coincidió con él en Estudiantes. Me ha sorprendido positivamente algunas de las cosas que me han contado, de su forma de ser, de qué pensaba de la vida, de una personalidad especial. La relación de Fernando con Estudiantes no terminó el día que se fue al Madrid, aunque muchos lo entendimos así.

La historia de Fernando Martín es, también, la de un canterano del Estudiantes, que con un carácter y unas condiciones físicas impresionantes llegó a la NBA. Algo que parecía entonces imposible.

PD: Hablando de canteranos del Estu, Juanchic, jugador de mi equipo, ha abierto un blog para “ir poniendo las estadisticas de cada uno. También voy a poner algunas de las noticias del equipo”. Una gran iniciativa. Vaya desde aquí mi felicitación. Los tiempos han cambiado, pero el baloncesto sigue.

martes, 1 de diciembre de 2009

Blake Ahearn Breaks Record

Roc Massaguer publicaba, hace unos días, en ACB.com un completo artículo sobre Blake Ahearn, fichaje de Estudiantes para esta temporada.

En el artículo se cuenta como Blake, que tiene 25 años, es el mejor tirador de tiros libres de la historia de la NCAA, título logrado en sus años de jugador en la Universidad de Missouri State, donde también tiene el récord en triples convertidos en la historia del equipo...



Fue el mejor lanzador desde la línea durante sus tres primeros años de Universidad (jugó en Missouri State) y el segundo mejor en la cuarta (en la que promedió 92.5%), para acabar promediando 94.60% (435 de 460) durante su etapa universitaria. [...] Siempre rehúsa que se hable sólo de su habilidad desde la línea y se empeña en reafirmar que lo único importante de meter los tiros libres, es que ayudas a tu equipo a ganar. Señala el artículo.

Blake, apodado Bombillo por la Demencia, tiene un breve pasado en la NBA (Miami y San Antonio) y se ha convertido en un referente ofensivo del equipo colegial, en su primera temporada en Europa.

Un tipo al que habrá que seguir porque puede sorprender en la liga este año, y dar muchas alegrías a la afición del Estu, esperemos que algunas más colectivas que las conseguidas en Missouri.

Por lo pronto el final del artículo de Massager da muy buena impresión de la actitud de este jugador:

“Cuando estás solo en la cancha, sabes que en ese momento eres el único trabajando para mejorar. Es la mejor sensación del mundo, me encanta”, decía durante su etapa en Missouri State. No hace falta añadir nada más.

Pues eso.

PD: Por cierto, hablando de tiros libres y estadisticas, os recomiendo el blog ESTUdistics, un nuevo espacio desde donde seguir las evoluciones y valoraciones de cada jugador del Estudiantes. Me parece una muy buena aportación para los que somos seguidores colegiales o para los que disfruten con los datos y las estadísticas, que también somos muchos.

Especialmente interesante para seguir la trayectoria de Blake, que promete seguir rompiendo records.

miércoles, 17 de junio de 2009

Acercándonos

El Ramiro de Maeztu es un instituto algo peculiar. Cualquiera que le guste el baloncesto sabe que es una de las cunas de este deporte, y que muchos de los jugadores de Estudiantes (lamentablemente cada vez menos) han salido de sus aulas. Una de sus características es que es un centro en el que siempre ha habido una sensibilidad social especial por parte de sus alumnos,incluso muchas de las características de la Demencia tienen que ver con ese aspecto.

Saharauies con camisetas del Estu

“Acercándonos. Diversidad, Solidaridad y Paz”, es una ONG creada por alumnos y profesores del Ramiro hace ya unos cuantos años, que desarrolla planes de intervención solidaria desde las aulas del centro, para de esta manera generar una conciencia de implicación en toda la comunidad educativa. Son varias sus líneas de actuación: “Sahara en el Corazón del Ramiro”, por la que se ha conseguido tener un grupo de alumnos saharauis en el centro cada año, y alumnos de aquí han visitado los campos de refugiados es quizá la más importante de ellas. Pero no la única.

A finales del año 2006, tuve la suerte, gracias a Pilar Yuste y Acercándonos, de poder visitar Palestina. Entonces fuimos una pequeña representación del Ramiro a realizar tareas de contacto con diversos proyectos, especialmente educativos, que pudieran ser un nuevo punto de enlace desde el que trabajar en Madrid. Un viaje muy intenso en el que llevamos materiales de la Fundación Estudiantes, y expresamos nuestra solidaridad en medio de una situación política, social, y humana muy dura.
Entre varios realidades y grupos, tuvimos la oportunidad de conocer el Ibdaa Center, un centro deportivo y cultural en el campo de refugiados de Dheisheh, cerca de Belén. Khaled Saifi, coordinador del centro nos abrió las puertas de un espacio social que desarrolla un trabajo muy importante para la comunidad, con varios equipos deportivos tanto femeninos como masculinos.

Con el equipo femenino del Ibdaa Center

Estuvimos con el equipo femenino de baloncesto, y hablamos de cómo organizar una posible gira por aquí. Un trabajo difícil, ni siquiera entre equipos de ciudades cercanas pueden disputar con normalidad la competición, pero con el que nos comprometimos y espero obtenga resultados a corto plazo. Quizá aquí valga esa expresión saharaui de “vosotros teneís relojes pero nosotros tenemos el tiempo”. Veremos qué ocurre, y de esa tarea soy responsable.

Por lo pronto, mañana jueves 18 de junio, a partir de las 19:30, Acercándonos celebra su Gran Fiesta Anual, un buen momento para apoyar una organización imprescindible, con unos proyectos que sigan dotando al Ramiro de una forma solidaria de entender la vida, y que de esa tarea también se contagie el baloncesto.

Aquí teneís más información desde el grupo de alumnos.

viernes, 24 de abril de 2009

No me llames loco, llamamé Demente...

El pasado lunes 20 de abril se celebró, en el Teatro Alfil, la Estudiantes Theatre Night, un acontecimiento que presentado por Eva Hache reunía a varios humoristas e interpretes con el objetivo de apoyar la campaña de ampliación del Club Estudiantes. Cuelgo aquí la canción con la que Quequé nos sorprendió a todos los presentes, y que le obligó a realizar luego un bis, un himno que recoge las esencias de nuestro querido Estu. Disfrutarlo como lo hicimos los presentes en el teatro esa noche...



La velada, organizada por la peña 16-j, fue un auténtico éxito. Las interpretaciones de Jöns Pappila, Fidel Fernández, Quequé, Alex O'Dogherty, Pepe Viyuela, la propia Eva Hache como excelente conductora del espectáculo, e incluso Pepu Hernández haciendo un sorprendente papel de repartidor de pizzas, entre otros, hizo que por un rato los allí presentes olvidaramos el complicado momento deportivo que atravesamos.

El sábado, a las 18:15 en el Madrid Arena, derby contra el Real Madrid, un partido siempre especial, que podemos ganar, y/o demostrar la garra que siempre ha caracterizado a Estudiantes.

PD: Con este temazo se inaugura un espacio dedicado a la música, sección fija para los viernes en el blog. Quequé ha sustituido la primera edición que tenía preparada. Creo que merece la pena.