Adam Morrison, jugador de Los Angeles Lakers, declara su interés por las teorías de Marx y lee a Steinbeck. Una anomalía en un mundo de lujos y caprichos.
El espigado jugador blanco, con aspecto a medio camino entre un personaje de alguna película de Sam Peckinpah y un activista grunge de Seattle, ha entrado en la nómina del equipo de la NBA con más glamour del mundo, Los Angeles Lakers. Muchas veces se ha contado que Morrison protagonizó una anécdota poco común en su etapa de jugador universitario. Cuando su entrenador aconsejó a sus jugadores que acudieran a la iglesia, algo muy frecuente en EE UU, él se levantó y escribió en la pizarra de sistemas de juego: “La religión es el opio del pueblo”.
No se trataba de un hecho aislado o una broma de vestuario. Adam Morrison es uno de los pocos jugadores que ha declarado abiertamente sus ideas políticas, su interés por las teorías de Karl Marx, su admiración por la figura del revolucionario argentino Ernesto Guevara o ser lector de autores ‘malditos’ de la literatura norteamericana como John Steinbeck o Jack Kerouac. Entre sus gustos musicales destacan los polémicos Rage Against the Machine, Metallica o X-Raided.
Las ideas políticas de Morrison, también conocido como The Stache (el mostacho), han sido en varias ocasiones motivo de polémica. Calificado en algunos medios como comunista, hippie, antisistema o alternativo, él nunca ha ocultado sus preocupaciones sociales, haciendo poco caso a las críticas. Una personalidad que no encaja bien en el mundillo del baloncesto estadounidense, que prefiere la imagen del deportista íntegro, patriota y privilegiado. Una sociedad en que éxito, proyección religiosa y dinero son valores casi fundacionales. Morrison, nacido en 1984 en Montana, hijo de un antiguo entrenador de baloncesto, estudió en la Universidad de Gonzaga, donde se fue consolidando como referencia del equipo y estrella local.
Con sus 2,03 metros de altura, se trata de un alero con buen tiro exterior y que se maneja bien en posiciones interiores, aunque con una técnica y unos movimientos algo heterodoxos. Como jugador se le ha comparado, por su intensidad y estilo, con su ídolo Larry Bird, el mítico alero de los Celtics de Boston. Su exitosa trayectoria como jugador universitario hizo que fuera elegido en el número 3 del draft de 2006 de la NBA por los Charlotte Bobcats, elección personal del manager de operaciones Michael Jordan.
El ‘show time’
El 7 de febrero Morrison, que no ha logrado todavía jugar a un gran nivel en la mejor liga de baloncesto del mundo, fue traspasado al equipo de Los Angeles Lakers, entrando en la nómina de una franquicia conocida por un estilo de juego vistoso y el glamour de su público, por lo que se denomina al equipo californiano como el show time. Entre los habituales espectadores de su estadio, el Staples Center, figuran varias estrellas de Hollywood, como Jack Nicholson, Denzel Washington, Cameron Díaz o Antonio Banderas, y músicos como Alicia Keys o Flea, bajista del grupo Red Hot Chili Peppers. Es el equipo en el que juega la actual megaestrella del baloncesto mundial, Kobe Bryant, que coge el relevo de jugadores míticos del club angelino como Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar o Magic Johnson, y al que acompaña, con serias opciones a ganar este año la liga, Pau Gasol.
De esta manera, The Stache se encuentra a las órdenes del laureado entrenador Phil Jackson, nacido también en Montana, y conocido como Maestro Zen, por ser seguidor de esta filosofía oriental y practicar la meditación. Está por ver si la espiritualidad de Jackson, que utiliza sus creencias en la dirección del equipo, sirve para sacar lo mejor de un jugador que confía más en el materialismo histórico que en las virtudes de la fe.
Ya lo dijo el propio Marx: “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”. Veremos si Morrison lo tiene en cuenta.
Activista contra la diabetes
"No me veo como un modelo, aunque sé que lo soy. Yo siento que si te cuidas bien, puedes vivir como todo el mundo pero si doy inspiración a los demás me alegro." Morrison padece diabetes tipo 1, que provoca el cese de la producción de insulina en el cuerpo. Es una disfunción del sistema inmunológico que desactiva las células beta del páncreas, las productoras de insulina; la hormona que ayuda a convertir la glucosa en energía. Durante algunos partidos, se puede ver a Adam inyectándose a sí mismo insulina durante los tiempos muertos, una imagen que ha servido como proyección de su lucha contra la enfermedad, por la que ha recibido varios premios de asociaciones de diabéticos. "Tienes dudas pero si te cuidas, escuchas el medico, comes bien, puedes tener una vida normal. Hay que cuidarse, y no tener miedo de hacer preguntas."
PD:Este artículo lo he publicado en el número 98 del periódico Diagonal, lo podeís encontrar en versión impresa en estos puntos de venta.
5 comentarios:
Cómo mola, tío. Parece que está hecho a medida del Estu... ¿Damos un toque a Nacho, para que lo fiche?
Sería un sueño que jugara en el Estudiantes. Buen artículo, buen tipo este Morrison, parece un amigo del 'El Nota', seguro que dentro de 20 años esta tomando Rusos Blancos en la bolera, escuchando a los Eagles.
Buff! Me parece imposible que el Estu pueda pagar algún día lo que debe costar Morrison. Quizá se le puede ofrecer, además de la plaza de jugador, ocupar la secretaría general del Partido Comunista de España. Aunque las dos ofertas no son grandes opciones para el bueno de Adam.
Cierto, tiene pinta de cliente de un bar de carretera, sentado en la barra, esperando su hamburguesa completa y sucerveza budweiser.
Jacobo, menosprecias a un gran club y a un gran Partido.
Jamais! (leer, indignado, en francés). Aunque si le tenemos de Secretario General y jugador franquicia, siempre podremos decir aquellos de "el patrón es el patrón aunque se llame camarada".
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