sábado, 28 de marzo de 2009

Historias de un entrenador de cantera (III)

Sábado 28 de Marzo.12:30. La Nevera.

Partido de nuestro cadete, Estudiantes D masculino, frente al Majadahonda C . Ya estamos en la segunda fase, tras el corte de la liga regular.

Un partido que fue igualado hasta la mitad del segundo cuarto (19-19), donde Majadahonda cogió una ventaja que ya no pudimos salvar y que fue ampliando. Hasta ese momento el juego estaba reñido, pero un parcial a su favor de 8-0, y una muy discutible falta en defensa de nuestro jugador Alejandro Sanz, que en realidad era falta en ataque, nos sacó literalmente del partido.

¿Puede un árbitro inicidir en el resultado final de un encuentro? Yo creo que pocas veces, y hoy no fue el caso. Nuestros fallos determinaron el marcador, pero la actuación del colegiado fue nefasta, y los jugadores se desesperaron por el juego duro del contrario, que no dudaba en meter el hacha cada vez que nuestro equipo se acercaba a la zona.

¿Es una excusa? Para nada. Al cadete D se le atraganta la zona, la practicamos poco y nos cuesta un mundo atacarla, sobre todo si los tiros no quieren entrar, y las penetraciones suponen acabar con los brazos morados. Lo decía Juan Antonio Orenga, en una entrevista que le hice recientemente, "puedes tirar el balón, en una buena posición, y fallas, forma parte del juego. Pero puedes tomar una mala decisión, tirar sin nadie al rebote o en mala posición, y eso si que es un error. Si enseñamos a los jugadores a no cometer errores, los fallos no importan tanto". Y nosotros tuvimos muchos fallos en buenas posiciones de tiro...



Al descanso llegamos con 27-36. Todavía con opciones, pero al final del tercer cuarto, y a pesar de la charla del descanso animando a salir con ganas y presionar todo el campo, la diferencia ya era considerable: 37-58. En el último tramo del partido el equipo apretó de nuevo, pero fue imposible. No generamos líneas de pase seguras y perdimos muchos balones, que ellos supieron aprovechar. Nos tenian cogida la medida. Leña en defensa, y zona muy agresiva, con 2c1 cada vez que el balón llegaba a las esquinas, mientras nosotros acumulábamos faltas y más faltas. Al final resultado nefasto, 43-76.

Un observación. Me sorprendió la actitud de los padres de Majadahonda. No sé porque cada vez que jugamos contra equipos de barrios con alto poder adquisitivo nos encontramos con jugadores agresivos, y padres fanáticos. Quizá deberíamos recuperar una actitud más beligerante, y con un juego mucho más estratégico. Por supuesto dentro de la absoluta deportividad, por supuesto dentro de los valores que enseñamos en el Estu, que nada tienen que ver ni con padres gritones, ni con jugadores pegones.

Una mala defensa, un mal árbitro, un mal partido, un mal día. En el que ninguno de los nuestros destacó especialmente.

4 comentarios:

admin dijo...

Que curioso, mi experiencia como entrenador de base, al ir a jugar también contra otros equipos de alto poder adquisitivo, era un recibir palos hasta en el dni, hasta el punto de escuchar ordenes explícitas de ir a por algún jugador mío.

También me ha pasado lo contrario, con equipos de no alto poder adquisitivo, pero vamos, los más, los de alto poder adquisitivo.

Ver para creer ...

Jacobo Rivero dijo...

Yo fuí hace años árbitro y ocurría lo mismo. Además tengo una teoría algo freuidiana sobre las 'teorías de la conspiración', la guerra global, y la actitud despótica del sujeto social privilegiado. Pero es un asunto algo marciano y farragoso, mejor lo dejo para otro momento...

admin dijo...

Yo no creo que el sujeto privilegiado se crea superior, de por sí, todo depende de su entorno, y de lo claras que le digas las cosas. Entre todos los jugadores que he entrenado he llegado a tener a auténticos delincuentes en potencia, sin exagerar, a hijos de concejales y grandes empresarios. Lo que sí es cierto, es que a quienes les he tenido que marcar el terreno más, es a los privilegiados, porque ya venían con ese estatus de ... "yo soy hijo de", pero como te decía, he llegado a tener chicos de padres empresarios, multimillonarios hasta decir basta, formar parte de equipos donde había otros chicos muchísimo más humildes y formar parte de un equipo unido y cohesionado, hasta el punto de ser amigos todos ellos. También he tenido chicos, que me duraron menos, porque ellos eran los "privilegiados" y en los equipos que he entrenado, no hay ningún "privilegiado", son todos iguales. Por eso, no creo que sólo por el hecho de ser privilegiado, les haga comportarse de una manera u otra, es lo que te enseñan o a lo que te educan.

Jacobo Rivero dijo...

Esta claro. La educación esta muy por encima de la situación económica en la que uno crezca. De acuerdo contigo. Yo hace dos años tuve un equipo también denominado de 'delincuentes'. No era en Estudiantes, aclaro. Al final del curso, y después de algunos problemas, el grupo estaba muy cohesionado, y a pesar de algunos problemas (uno que se escapo de casa de sus padres, otro que fue detenido,...) la cohesión de toda la comunidad (jugadores, cuerpo técnico y familias) fue super positiva. Hasta el punto que todavía quedamos para hablar, vernos, etcétera. Pero pienso que sí hay cierta tendencia a esforzarse menos en función de las condiciones sociales en que uno crece. Si todo te es fácil en la vida, pues luego te comportas con cierta desidia dentro del grupo. Por supuesto no es una ciencia exacta, y no tengo ningún prejuicio con este asunto. Aprendí de un gran entrenador hace tiempo que en baloncesto la pedagogía es fundamental, en las categorías de formación. Y leí mucho de Paolo Freire, y la educación para la libertad, que tiene elementos muy interesantes para quienes nos dedicamos a la enseñanza del basket. Así que de acuerdo contigo. El comportamiento no es tanto en función de la situación económica como de la educación. En relación al artículo del partido contra Majadahonda lo cierto es que se trata más de un chascarrido que de una verdad objetiva. Espero que un día en el blog pueda dedicar un espacio a este debate.