La ACB entra en la recta final. Poco queda para saber quién estará luchando por el título, quién se irá de vacaciones, y quién acompañará a Murcia a la LEB. Para ocupar los ocho primeros puestos de la clasificación hay cierto atasco en las dos últimas plazas. Para el descenso parece que Xacobeo tiene todas las papeletas en una temporada que comenzó con sabor a gloria, y que va camino de convertirse en un auténtico purgatorio. De la sorpresa inicial y las buenas vibraciones, a las lesiones recurrentes, las tensiones, y las guerras internas.
Foto: ACB.com
Pero si de guerras hay que hablar mejor mirar hoy para otra parte de Europa. Entre 1991 y 2001 el antiguo territorio conocido como Yugoslavia vivió numerosos conflictos étnicos entre las distintas comunidades que la habitaban. Croatas, Bosnios y Sebios fueron los principales protagonistas de un conflicto que desgarró un país hasta entonces casi modélico en lo que ha convivencia se trataba.
Varias potencias mundiales, especialmente Alemania (aliado histórico de Croacia) y Estados Unidos crearon el ambiente propicio para la fragmentación del país, a través de la venta de armas a las entonces efervescentes repúblicas independentistas y de la manipulación de los medios de comunicación en beneficio de sus propios intereses económicos en la zona.
Yugoslavia tuvo una trayectoria mítica dentro del mundo del baloncesto. Tanto como selección, como por clubs. Actualmente la Liga Adriática es la competición que juegan los equipos que compusieron la antigua potencia. En la final de éste año dos rivales históricos, que parece recuperan el protagonismo europeo de antaño: Cibona de Zagreb y Partizán de Belgrado.
La situación es la siguiente: En Zagreb el marcador está tremendamente igualado a falta de pocos segundos para el final de la prórroga. Marko Tomas anota un triple, y el Partizán está arriba por un punto (71-72). Hay tiempo muerto, y las 16.000 personas que hay en el pabellón muestran cierto nerviosismo...
Tras un saque desde media pista, y falta, Roberts tiene dos tiros libres para el conjunto de Belgrado. En medio de una gran presión falla ambos. La Cibona ataca rápido y Bojan Bogdanovic enchufa desde la esquina un triple a falta de 0,6 segundos. 74-72 para los croatas. El pabellón estalla, los jugadores de la Cibona celebran el título...
Dusan Kecman (una vez más) mete la canasta de su vida cuando nadie lo esperaba, y da el título al Partizán, con una canasta desde su casa, en la cancha de su histórico rival. Un final antológico para un partido en el que la historia también tenía un protagonismo especial.
PD1: En estos días hablaremos más tranquilamente de la ACB, de la NBA, y de otros asuntos. Hasta entonces queda soñar con una de esas canastas que hacen del baloncesto un juego especial.
13 comentarios:
Parece que estubiera ensayado ¡¡¡¡ Solo en este deporte, pasan cosas tan bonitas como esta ¡¡¡
Es acojonante!
No creo que haya una mejor manera de ganar un partido...último segundo, medio campo, justo antes te meten a ti otra....
Es la canasta para ponerla a cámara lenta con unos cuantos primeros planos. Lo de los jugadors de la Cibona es para darles de palos en el vestuario.
1ª mandamiento del deporte: nunca celebres lo que aún no has ganado.
Zas!! en toda la boca.
saludos
Y la canasta no llegamos a verla bien, porque hasta el cámara había dado el partido por terminado.
Alucinante.
Saludos.
Como he dicho en mi entrada me parece una falta de profesionalidad enorme por parte de jugadores y cuerpo técnico el celebrar la victoria cuando no había acabado el partido.
Ostras q eran solo 2 puntos en 6 décimas y t la pueden clavar. En todos los partidos que se llegá así los que van perdiendo lanzan el triple o al menos lo intentan. ¿Xq lo celerbaron en lugar de defender?
No lo entiendo, de verdad.
En cierta manera se lo merecieron.
Saludos Jacobo.
Sin canasta desde el medio del campo, pero la circunstancia me recuerda un poco al 5º partido de la final TAU-Madrid de hace algunos años. Con el triple de Herreros. Un partido que decide un título y en el que se remontan 8 puntos en menos de un minuto.
Escribí en mi blog en diciembre una lista con los momentos baloncestísticos de la década.
http://karusito83.blogspot.com/2009/12/8-momentos-que-marcaron-la-decada.html
Desde luego, éste iría en cabeza de la década que acaba de comenzar.
@ costalgaraldals: Exacto. Los momentos que hacen grande a éste deporte.
@ BigBen: The same.
@ Almanzor: La culpa es de Perasovic. El entrandor es el que tiene que gritar como un loco para que los jugadores no pierdan los papeles. Si no le hicieron caso no me gustaría estar luego en el vestuario. Seguro que esa noche durmió bien dolido.
@ profesorguapito: Hasta el cámara estaba de celebración...
@ Óscar: Es una buena forma de tirar un partido, una liga, y todo el esfuerzo de un equipo. Lamentable.
@ karusito83: Cierto la canasta de Herreros tiene mucho mérito, y es parte de la historia. Imagina si antes de ese tiro el TAU hubiera celebrado la victoria...
Un saludo a todos, y gracias por los comentarios.
También como sois, que habían metido un triplazo ¡en el ultimo segundo!, en un partido así, con todas las connotaciones que ha explicado jacobo.
Vale que son profesionales pero...
Luis
@ Luis: Efectivamente. Un equipo Serbio, jugando en Croacia, para disputar el título de la Liga Adriática... Ni en 'Evasión o Victoria' el resultado es tan audaz. Un abrazo.
Esto es a lo que yo llamo el "temperamento mediterraneo", y es lo que diferencia nuestro baloncesto del europeo del norte y del americano.
Creo que como habeis comentado anteriormente existe una falta de concentración por parte de los jugadores y por parte del entrenador. Además creo que es una falta de respeto a la afición de la Cibona.
Aunque si soy sincero, esto es divertido y como dice costalgaraldals "solo en este deporte pasan cosas tan bonitas como estas".
Aupa Partizan!!!!
@ javinit: Eres un hooligan :-)
Leyendo un blog argentino de tuti fruti, vi el video. Ya lo tenia para mandartelo Jacobo, pero me dije: Voy a ver si lo tiene.
Elemental querido Watson, ¡como no lo iba a tener Jacobo!.
Cosas que pasan cuando la rivalidad es muy muy fuerte: creer que el enemigo es debil.
Buenisimo el relato.
Edgardo
@ Edgardo: Un abrazo fuerte, me alegro de verte de nuevo por aquí. Hay que buscar tiempo para un café. Un saludo y gracias por el comentario.
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