Hace unos días acudí al pase de prensa de Vals con Bashir, una película-documental de animación israelí. Una revisión del que fuera el Vietnam de la sociedad israelí, la guerra contra el Libano en 1982. Cuando estuve en Jerusalem Segio Yahni me explicó lo que supuso en Israel aquella guerra, la primera que produjo una reacción pacifista dentro de una sociedad que hasta entonces no había mirado lo que ocurría a su alrededor. Ari Folman, dirige una película acerca de los recuerdos de unos soldados israelíes que lucharon en el Líbano. La película empieza el día que Folman descubre que algunas partes de su vida se habían borrado de su memoria y, mediante entrevistas y declaraciones propias y de otros ex soldados israelíes, busca aquellos recuerdos traumáticos olvidados.
La calidad de las ilustración, y del guión me sorprendió. La película ya ha recibido varios premios: Festival de Gijón 2008 : Mejor dirección artística y Premio jurado joven; LAFCA 2008 (Asociación de críticos de Los Angeles):Mejor película de animación; BAFTA 2008: Mejor película extranjera; EFA 2008 (Academia de cine europea): Mejor Banda sonora; GLOBOS DE ORO 2009: Mejor Película de habla no inglesa. Además esta nominada como mejor película extranjera para los OSCAR.
Hace poco escuche que había recibido críticas por ser demasiado condescendiente con los israelíes. No me lo pareció. La película muestra con crudeza los terrenos pantanosos de la guerra, y las miserias de quienes van a luchar a ellas, así como la impunidad con la que Israel actúa. Es como decir que Apocalypse Now o La Chaqueta Metálica no eran críticas con la guerra de Vietnam, hay que mirar más detrás de la calidad de las imagenes. A mí me parece una muy buena película.
Para quién no tenga muchas nociones de historia, un recuerdo. En junio de 1982, el ejército israelí invadió el sur del Líbano. El gobierno israelí quería ocupar una franja de seguridad de 40 kilómetros, impidiendo así que los misiles palestinos alcanzasen Israel. Pero Ariel Sharon,entonces ministro de Defensa israelí, desarrolló un plan para ocupar Líbano hasta el mismo Beirut. Lo que se llamo "Operación: Paz para Galilea". Eso permitiría a su aliado cristiano Bashir Gemayel convertirse en presidente del Líbano,y consolidar sus posiciones contra Siria, país fronterizo con Líbano y que Israel siempre ha considerado como enemigo.
En agosto, a los dos meses de estallar la guerra y con el ejército israelí todavía a las puertas de Beirut esperando la orden de entrar en la ciudad, se firmó un tratado con los palestinos por el que todos los combatientes palestinos serían evacuados por barco a Túnez. A cambio, Israel retiraría sus tropas. Esa misma semana, Bashir Gemayel, comandante en jefe de la milicia cristiana falangista, fue elegido presidente del Líbano.
Bashir Gemayel fue asesinado mientras daba un discurso en la sede falangista de Beirut Este. Nadie reivindicó el atentado.
Esa misma tarde, las tropas israelíes penetraron en una zona de Beirut Oeste, poblada por refugiados palestinos, y rodearon los campos de Sabra y Chatila. Al atardecer, un gran número de tropas falangistas, empujadas por el deseo de vengar la muerte de su líder, empezaron a llegar a la zona. Cuando cayó la noche, las tropas falangistas entraron en los campos de Sabra y Chatila, ayudadas por los soldados del ejército israelí. Supuestamente iban a limpiar los campos de combatientes. Sin embargo, apenas quedaban, ya que habían sido evacuados a Túnez dos semanas antes. Durante dos días seguidos se produjo los disparos, ejecuciones, y asesinatos. Al tercer día, el 16 de septiembre, las mujeres palestinas consiguieron salir y se precipitaron hacia los soldados israelíes que les cerraban el paso. Hacía tres días que los falangistas masacraban a los habitantes de los campos. Mataron sin piedad a hombres, mujeres y niños. Se ha hablado de 3.000 víctimas aunque, hasta la fecha, se desconoce el número exacto.
Las protestas, novedosas, de parte de la sociedad israelí obligaron al gobierno a crear un comité de investigación y a estudiar la responsabilidad de las autoridades políticas y militares. El comité culpó al ministro de Defensa, Ariel Sharon, por no haber parado el horror cuando se le puso al corriente de la masacre. Fue obligado a dimitir y se le prohibió volver a ocupar el cargo de ministro de Defensa. Sin embargo, fue elegido primer ministro veinte años después. Ningún otro responsable de aquella masacre fue juzgado.
PD: Os recomiento también el documental de Carlos Lapeña, Cuatro horas en Chatila, basado en el relato de Jean Genet.
7 comentarios:
Que buena pinta! Habrá que ir a verla! Por cierto ¿alguien sabe si se ha estrenado ya o dónde la puedo ver en Madrid? He mirado en la guia del ocio y en la netro y no he encontrado nada…
Que buena pinta también este nuevo blog, lo seguiremos atentamente,
Bss.
Ayer fui a verla y si, me gusto mucho. Tampoco me pareció condescendiente sino bastante honesta, creo que acostumbrados a cine mucho mas maniqueo, de ficción o no, en el que resulta cómodamente identificable el bien y el mal, o solo se banaliza, se pierde la perspectiva de la barbaridad que se está contando en una película como esta. Quizá películas como las que mencionas sobre Vietnam han influido en ese sentido, y la espectacularización que hacen de la guerra relativiza el supuesto antibelicismo. Relatar que el horror a veces somos nosotros es duro y desasosegante, pero parece totalmente adecuado en este caso ¿No?.
También leí en una crítica que las imágenes finales sobran y son puramente propagandísticas. Estoy en desacuerdo, me pareció cinematograficamente brillante, según está construido el guion como una búsqueda de recuerdos, terminar así.
Y enhorabuena por el nuevo blog, lo seguiremos.
Me parece que esa crítica venía en El País. Yo también estoy en desacuerdo. Creo que las imagenes finales son la perfecta conexión entre la ilustración, el documental, y la realidad. A mí me produjo bastante emoción, y me dejo clavado un rato en la butaca del cine. Me parece una película redonda. Creo que en las buenas películas sobre Vietnam hay una crítica profunda a la guerra, pero la banalización de los lenguajes, los gestos, y las formas del militarismo yankee, que publicitan las productoras y algunos medios, producen atracción en muchos lugares. Separando la barbaridad que se muestra de los acontecimientos reales. Así la gente lleva camisetas con la leyenda "Charlie no hace surf" como si fuera algo gracioso, cuando no lo es en absoluto.
Seguimos hablando mas tranquilamente. Un abrazo.
Se me olvido mencionar la música, solo en el tráiler se puede escuchar Un concierto para piano de Bach y "This is not a love song", que en muchos sitios aparece como de los Sex Pistols cuando en realidad es de Public Image Ltd., con Johnny Rotten. Yo pensaba que había un anacronismo porque el tema era posterior pero he visto que no, que es contemporáneo de la guerra del Líbano. No me negareis que es un sonido adelantado a su tiempo (otra vez)
También me gustó encontrar esta noticia:
http://www.haaretz.com/hasen/spages/1057268.html
Sobre la proyección de la peli en Beirut, a pesar de estar prohibida.
Todo bien Luis, pero tras la separación de los Pistols, Johnny Rotten recuperó su verdadero nombre, John Lydon. Fue entonces cuando se dedicó al grupo Public Image Limited (PIL), que formó con el ex guitarrista de The Clash Keith Levene. Todavía tengo por ahí una chapa de PIL, un fondo negro con la P y la L en blanco y en el centro una franja negra con la I en blanco. Fue un grupo buenísimo que rehabilitó a Lydon como músio. Lamentablemente volvió para hacer el rídiculo hace poco tiempo con Sex Pistols.
La verdad es que en Europa PIL no tuvo excesiva aceptación, pesaba mucho el pasado de Lydon, pero en USA se convirtió en una banda de referencia de un punk con toques mas electrónicos e incluso garagero.
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