En el libro de Antoni Daimiel, El sueño de mi desvelo (Editorial Córner, 2013), se narra el principio de la película Las aventuras de Jeremías Johnson para ilustrar la llegada de los primeros jugadores europeos a la NBA en los '80. Algo así como pioneros en tierra hostil. Más o menos como debió sentirse Fernando Martín cuando aterrizó en Portland en 1986 con traje de explorador. Para los que vimos pasar el avión desde una cancha de entrenamiento al aire libre, con tableros de conglomerado, aros rocosos y equipaciones raquíticas, aquello era lo más parecido a alcanzar la gloria. Daba igual que luego apenas jugara, eso nos parecía lo de menos. Él estaba allí. Para nosotros entonces La Meca no era el Madison, sino todo.
El sueño de mi desvelo. Historias nocturnas e imborrables de la NBA narra en primera persona la experiencia de Antoni Daimiel comentando partidos de las NBA -casi ininterrumpidamente desde 1995 hasta la actualidad- sin olvidarse de mirar de vez en cuando por el retrovisor, de recordarnos algunos de los mejores flashes, de contarnos encuentros y desencuentros o de dejarnos intuir conversaciones apasionadas (no necesariamente de baloncesto) en interesantes restaurantes y garitos. Siempre atento a lo que pasaba en una cancha del planeta americano. A veces en estudio y otras en la grada de prensa del All Star Weekend o de las Finals.
Parte del viaje lo hizo acompañándose con el periodista Andrés Montes. Formando un dúo perfecto en técnica, interpretación y virtuosismo. Elementos imprescindibles para que suene bien la música. Contaba Coll que su compañero artístico Tip solía decir que “el absurdo también tiene una lógica” y que el más alto de la pareja “era imprevisible, una sorpresa continua”. Algo que creo se ajusta también a la idiosincracia descriptiva de Montes en sus narraciones, siempre cargadas de una lógica que no fallaba porque conectaba lo terrenal con el espacio sideral. Así fue como pasamos de ver y oir las proezas de Dios disfrazado de jugador de baloncesto en Utah hasta saborear el proceso para dar E.T el salto desde la tierra de Elvis hasta el glamour de Hollywood. Recordando siempre “qué pasó el verano del 99”. Las partes del libro en que habla de Andrés Montes son un homenaje (muy) elegante al artista más importante de la narración deportiva en televisión desde Matías Prats Padre. En buena parte porque aquellas retransmisiones a dos voces y cuatro manos eran canela en rama.
Pero el libro es mucho más. Es una buena forma de hacer periodismo y de relacionarse con el espectador/lector sin necesidad de prismáticos, algo desgraciadamente poco habitual. De la lectura de las entrelíneas se detecta que el asunto no es casualidad, el fondo es tan bueno como la superficie. Meter sonido ambiente a un libro de baloncesto no es tarea sencilla y el texto lo logra hasta enganchar: poniendo música; haciendo arqueología social de Estados Unidos; evocando sutilezas sin bloqueo; redactando crónica rosa y negra (o al revés) y madrugando mucho para contarnos la NBA, la mejor liga del mundo. El sistema de comunicación del avión que pilota (en sentido figurado y en el sentido macarra del término) Antoni Daimiel es perfecto de cara al público y de puertas adentro.
Hay que felicitarse por este ejercicio de memoria tan bien contado.
El sueño de mi desvelo. Historias nocturnas e imborrables de la NBA narra en primera persona la experiencia de Antoni Daimiel comentando partidos de las NBA -casi ininterrumpidamente desde 1995 hasta la actualidad- sin olvidarse de mirar de vez en cuando por el retrovisor, de recordarnos algunos de los mejores flashes, de contarnos encuentros y desencuentros o de dejarnos intuir conversaciones apasionadas (no necesariamente de baloncesto) en interesantes restaurantes y garitos. Siempre atento a lo que pasaba en una cancha del planeta americano. A veces en estudio y otras en la grada de prensa del All Star Weekend o de las Finals.
Parte del viaje lo hizo acompañándose con el periodista Andrés Montes. Formando un dúo perfecto en técnica, interpretación y virtuosismo. Elementos imprescindibles para que suene bien la música. Contaba Coll que su compañero artístico Tip solía decir que “el absurdo también tiene una lógica” y que el más alto de la pareja “era imprevisible, una sorpresa continua”. Algo que creo se ajusta también a la idiosincracia descriptiva de Montes en sus narraciones, siempre cargadas de una lógica que no fallaba porque conectaba lo terrenal con el espacio sideral. Así fue como pasamos de ver y oir las proezas de Dios disfrazado de jugador de baloncesto en Utah hasta saborear el proceso para dar E.T el salto desde la tierra de Elvis hasta el glamour de Hollywood. Recordando siempre “qué pasó el verano del 99”. Las partes del libro en que habla de Andrés Montes son un homenaje (muy) elegante al artista más importante de la narración deportiva en televisión desde Matías Prats Padre. En buena parte porque aquellas retransmisiones a dos voces y cuatro manos eran canela en rama.
Pero el libro es mucho más. Es una buena forma de hacer periodismo y de relacionarse con el espectador/lector sin necesidad de prismáticos, algo desgraciadamente poco habitual. De la lectura de las entrelíneas se detecta que el asunto no es casualidad, el fondo es tan bueno como la superficie. Meter sonido ambiente a un libro de baloncesto no es tarea sencilla y el texto lo logra hasta enganchar: poniendo música; haciendo arqueología social de Estados Unidos; evocando sutilezas sin bloqueo; redactando crónica rosa y negra (o al revés) y madrugando mucho para contarnos la NBA, la mejor liga del mundo. El sistema de comunicación del avión que pilota (en sentido figurado y en el sentido macarra del término) Antoni Daimiel es perfecto de cara al público y de puertas adentro.
Hay que felicitarse por este ejercicio de memoria tan bien contado.
7 comentarios:
Excelente libro, brillante comentario. Deberías dedicarte a reseñar libros de deporte, lo haces estupendamente.
Un saludo.
Me ha encantado la crítica y ahora tengo muchas más ganas de adquirir el libro, espero que triunfe de escritor como lo ha hecho de comentarista! BUEN BLOG !
DAimiel y sus tablas en el AS!!! Un gran fichaje para la presnsa seria del baloncesto PATRIO (espero q te guste esta forma de llamar al baloncesto español, Jacobo).
Fernando Martín, podría decir tantas cosas de él, de su manera ser , del "lado b" de su persona, de su breve estacnia en el planeta para ser el primero en pisar LUNA NBA cuando esta merecia la pena. La luna de ahora se convierte alcanzable y eso NO es nada bueno.
Daimiel hace q se nos acerque la cultura de antes con MI INCULTURA de ahora CAPRICHOSA , sobre la NBA(me gusta más la A.C.B., el baloncesto patrio, repito) , pero bueno, por favor, q se indique en estos comentarios donde podemos adquirir el pedazo de LIBRO...
Mientras seguire OJEANDO y aprendiendo de "50 años de baloncesto en Castilla" la enciclopedia de Martin Tello y Carlos Jiménez oi el 60º aniversario del Estu por el desaparecido FElie Sevillano(su hijo ha cogiod el testido con las fotos).-.
Saludos cordiales JAcoBo, hace mucho q No se de ti y ahora me leo todo muy ra´`pido...je.
GonZALO a. gÓMEZ vALCÁRCEL-
Buenas,
en primer lugar darte la enhorabuena por ofrecer información de calidad en tu página.
Te escribo para preguntarte si te interesa un intercambio de enlaces entre nuestros sitios.
Por mi parte tengo varias páginas de ámbito deportivo así como de apuestas.
Espero que estés interesado, escribeme a apuestasexpertas@gmail.com.
Un saludo y suerte en tus proyectos
Hola!!
He encontrado tu blog por casualidad y me encanta, tiene un montón de información interesante.
Quería preguntarte si te gustaría intercambiar enlaces conmigo, porque yo tengo un blog donde enseño cómo se pueden ver los partidos de baloncesto online. Si quieres, mándame un mail a info@partidosendirecto.es
Gracias y enhorabuena!!
Magda
Hola un gusto saludarle ,
He visto su sitio y me parece muy atractivo , soy webmaster de sitios de apuestas y estoy interesada en ofrocerle un intercambio de articulos relacionados a su sitio ,para mas detalles por favor contacte conmigo .
Mary,
webmaster,seosolutions
Buen dia
muy bueno espero poder comprar el libro algun dia
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