De concentrarse, y vivir a pensión completa, en los bajos de un pabellón de Mataró con la selección juvenil durante dos meses en los años '70, a dormir en el lujoso hotel Park Hyatt de Tokio en 2006 con su familia, tras la victoria de la selección en el Mundial de Japón, hay un trecho. De estudiar en los jesuitas del convulso Bilbao anterior a la muerte de Franco, a ser un popular periodista, tras jugar doce años en el Real Madrid y en la selección con notable éxito, también.
En Antes de que se me olvide, uno tiene la sensación de atravesar diversos episodios nacionales, no todos relacionados necesariamente con el baloncesto. El libro habla de un tiempo que hoy parece lejano, pero que no lo es tanto: el de la educación vinculada a la iglesia, el de la transición política y la posterior movida, el del despertar del baloncesto español, el de una de las mejores épocas de la sección de baloncesto del Real Madrid, y también el de la explosión de la comunicación, en un país abonado a dos canales de televisión y cuatro periodistas deportivos con nombres y apellidos hasta hace bien poco.
El escrito de Juanma Iturriaga tiene también una lectura en clave interna. La del propio Itu hacia su familia. Primero a la memoria de su padre, y más adelante, en los últimos capítulos, en favor de la construcción de la memoria de sus hijos. De la primera hay un recorrido vital extraño, como fue el que sintió buena parte de la generación cuyos padres vivieron en su infancia el final de la guerra civil o la plenitud de las posguerra. En el segundo caso, intuyo, hay cierta intención de proyección del recorrido vital del antiguo alero madridista hacia sus dos hijos.
El conjunto de los capítulos son una declaración de amor a su familia, a sus amigos más cercanos, y, también, un interesante repaso a los nombres y lugares más determinantes de su vida: Nacho Solozabal, Wayne Brabender, Fernando Martín, Epi, Juanito Corbalán, Michael Jordan, Antonio Díaz Miguel, Drazen Petrovic, Mike Davis, Mirza Delibasic, Fernando Romay, Magic Jhonson, Sabonis, Andrés Montes, Bilbao, Nantes '83, Los Ángeles '84, El País, Telemadrid, Panamá...
Jugadores y situaciones que, en la mayoría de los casos, son ya memoria histórica del baloncesto, por su importancia en el devenir de los acontecimientos actuales, y por la conjunción de elementos que hicieron que aquel tiempo de basket tuviera una pasión y una efervescencia en nuestro país que hoy parece en declive.
Juanma Iturriaga no era un tipo precisamente querido en la grada del Magariños. Aquella que yo habitaba con regularidad en su época de jugador, donde se le gritaba y silbaba con ardor guerrero y trazo grueso. Sin embargo, de aquella rivalidad de personajes, formas de vida, y escuelas, los que mostraban carácter -que no eran pocos en los dos bandos- eran apreciados. Sin ellos no se podría entender el baloncesto de entonces, ni algunas de las carencias y virtudes del de ahora.
Iturriaga recuerda esos tiempos desde la sinceridad, algo que seguro su psicoanalista, y también el lector, agradece. Por encima del aprovechamiento de unas virtudes para el deporte, está la capacidad de interactuar con la vida y el cotidiano. En el caso de Itu, con mayor o menor habilidad en cada una de las dos disciplinas, lo innegable es que la frontera no es perceptible, y eso es digno de elogio. No hay trampa ni cartón, Iturriaga es así.
PD1: Antes de que se olvide está editado por Turpial. Más información sobre el libro aquí.
PD2: Aquellos maravillosos años es un capítulo del libro, el título hace referencia al nombre de una serie de televisión americana (1988-19939) en la que un adolescente narraba en primera persona su cotidiano en los Estados Unidos de los años '70, los cambios en la sociedad y en su propia familia.
7 comentarios:
Leí el libro al principìo del año y pude hacerle una entrevista sobre él al protagonista, algo decepcionante porque creía que en cada respuesta encontraría un monumento a la creatividad como nos suele regalar Itu en sus apariciones mediáticas.
No conozco a Itu, solo he estado una vez con él en mi vida (Este capítulo lo he narrado más de una vez y es habitual entre mis anécdotas de basket), pero creo que es un 'personaje' que ha aprovechado los viajes que le ha dado la vida. Se ha adaptado como un camaleón a la existencia como actor mediático y lo explota. En ese sentido, su generación, quizá por inocencia, por el desparpajo del desconocido, parece estar más preparada que la actual, más huidiza a los focos (en Europa, digo). Creo que Itu sabe que cartas tiene que jugar para seguir en este mundillo y lo hace de maravilla. Es su negocio. Como este libro.
Saludos desde Puertatrás
Otia, qué pereza...
¿Recomendáis el libro entonces? Tengo pendiente para este verano Sueños Robados, pero después del descanso estival ya viene mi santo, reyes y cumpleaños y tengo que buscar libros de calidad.
A mí me parece un tío con el espíritu del deportista como personaje público. Nuestro Barkley o Kenny Smith particular, pero con un campo más amplio que el baloncesto (escucharlo en Hoy por Hoy con Javier Coronas es asegurarte un buen rato de radio por la mañana).
Saludos
@sraly: Leí la entrevista, y es cierto que no era excesivamente brillante en las respuestas. Pero ya sabes que esto es como el chiste de Tamariz cuando va a compar el pan (si no lo sabes recuerdamelo y te lo cuento un día).
Iturriaga ha sabido adaptarse al formato como nadie, de eso no hay duda, y en 'eso' hay mucho mérito.
@profesorguapito: Eso lo dices porque eres donostiarra! ;-)
@Almanzor: Yo después de recomendar a una amiga la película 'Louise-Michel' como "la mejor película -y la más divertida- de la historia del movimiento obrero" y luego ella mirarme desde entonces con ojos extraños, me cuesta recomendar. Pero si te gusta leer sobre basket, sobre los '80, en capítulos breves,con un ritmo ameno plagado de anécdotas... Yo lo compraría. El precio es el único problema, algo excesivo, pero como se ve en la crítica a mí el libro me ha gustado.
Un saludo a todos, y gracias por los comentarios.
Q poco me gusta Iturriaga como deportista y como "periodista". Lo siento mucho, pero siempre fué y es un vividor de esto...
@Mini Moni: No tienes que sentir nada ;-) Para gustos colores. Yo me he limitado a hacer la crítica de su libro, que recomiendo porque cuenta una parte importante de la historia de nuestro baloncesto. El resto lo dejo a la elección de cada uno.
Un saludo, y gracias por el comentario.
Iturriaga me caía con una patada en el estomago. Cuando era jugador era la antitesis de mi ídolo (Nacho Solozabal), luego Inocente Inocente me pareció una formula graciosa que derivó en una suerte de pestiño previsible. Pero ahora, pasados los años y los ardores juveniles me gusta como escribe, aunque debería bajarse un poco de la nube. La única crítica que le pongo al libro es el precio y las ausencias, algunas notables.
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